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La innovadora terapia contra el cáncer que salvó la vida de Silvia
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Las CAR-T

La innovadora terapia contra el cáncer que salvó la vida de Silvia

A la salmantina le diagnosticaron un linfoma de grave pronóstico. Tras recibir sin éxito varios ciclos de quimioterapia, la terapia de células T ha conseguido la remisión del tumor

Foto: Silvia García. (Foto cedida)
Silvia García. (Foto cedida)

En 2019 a Silvia García le diagnosticaron un linfoma B difuso de células grandes (LBCG) –el subtipo más común de linfoma no-Hodgkin–, un tipo de cáncer de sangre muy agresivo. La salmantina recibió seis ciclos de quimioterapia para luchar contra la enfermedad, pero, a pesar de ello, el tumor volvió a crecer. Tras recibir otras dos sesiones de tratamiento, “el linfoma, por decirlo de algún modo, se hizo inmune y ya no respondía a la quimio”, cuenta a El Confidencial.

Aunque las terapias clásicas como la quimioterapia pueden ser eficaces en alrededor del 60% de los casos, hasta la mitad de pacientes recaerán. Para las personas que recaen o que no responden al tratamiento de primera línea, los resultados suelen ser malos. La mayoría de los pacientes con LBCL refractario (sin respuesta) antes no tenían opciones de tratamiento curativo. Pero como sucede en el caso de Silvia, que ahora tiene 40 años y su linfoma aparentemente ha remitido, la curación fue posible gracias a la innovadora terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T, por sus siglas en inglés).

Terapia de células T

La terapia con CAR-T, como la que ha recibido Silvia, “es una estrategia de inmunoterapia que combina también la terapia génica, en la que los linfocitos, que son las células del sistema inmune del propio paciente, se modifican en el laboratorio mediante tratamientos génicos para que expresen en su superficie un marcador que va a ir dirigido como un receptor. Como si fuera un imán que va a ir dirigido contra un antígeno que tenga la célula tumoral”, explica a este periódico la doctora Lucía López Corral, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca.

“Se trata de potenciar los linfocitos del propio paciente, enseñándoles en el laboratorio a pelear contra las células tumorales, convertirlos en ‘superlinfocitos’, armándolos para que luego, una vez se haga esta transformación en el laboratorio, los pueda volver a recibir, vayan dirigidos contra las células tumorales y las eliminen”, detalla la especialista que ha seguido el caso de Silvia.

placeholder Ilustración: iStock.
Ilustración: iStock.

En la práctica clínica actual, este innovador tratamiento se está llevando a cabo principalmente en neoplasias hemotológicas (leucemias y linfomas). “Son las enfermedades que llevan la delantera, especialmente el linfoma de células B, como el de Silvia, y la leucemia aguda”, aclara la médico. “Pero hay otras muchas enfermedades en las que ya hay resultados prometedores. También en tumores sólidos e, incluso, en enfermedades no tumorales como las que se encuentran en el campo de las infecciones o de las enfermedades autoinmunes”, añade.

Salvar la vida, cuando la esperanza es de 6 meses

La médico destaca que la principal ventaja de esta terapia “es ofrecer la curación en pacientes que tenían un pronóstico infausto antes de la aparición de esta estrategia”.

Va destinada a personas que antes tenían una media de supervivencia en torno a los seis meses “y actualmente un porcentaje elevado de pacientes pueden curarse”.

Esta terapia ofrece la curación a pacientes "que tenían un pronóstico infausto"

“Con este tratamiento, alrededor del 40% alcanza la respuesta completa y la mantienen en el tiempo. Entonces, desde el punto de vista de la eficacia, sin lugar a dudas, supone un beneficio para pacientes que no tenían otras alternativas óptimas”.

Además, la doctora López indica que es “un buen tratamiento de inmunoterapia” con un perfil de toxicidad distinto al de la quimioterapia, por lo que pueden recibirlo algunos pacientes que no podían someterse a otros tratamientos. “Aunque, sin duda, este tratamiento tiene un perfil de toxicidad tan específico que hace que se requiera de un equipo multidisciplinar y entrenado para su administración”, aclara la especialista.

Un tratamiento frenado por el covid

En el caso concreto de Silvia, después de la ineficacia de la quimioterapia, el tratamiento CAR-T –más concretamente con axi-cel– fue el siguiente paso, aunque se vio paralizado por la pandemia.

En febrero de 2020 le extrajeron las células para enviarlas a Estados Unidos, donde fueron modificadas para luchar contra las tumorales de su cuerpo: “Fui pronto por la mañana al hospital, sobre las 9, y estuve allí hasta las 3 de la tarde. Allí me tumbaron en una cama, me abrí de brazos, me pusieron unas agujas bastante largas en cada brazo y conectaron todo a una máquina. Por un lado, salía la sangre a la máquina, que se quedaba las células, y por el otro volvía a entrar al cuerpo”. “Notabas como que la sangre corría muy rápido por el cuerpo”, añade la salmantina, que se muestra muy positiva en todo momento.

placeholder Silvia García. (Foto cedida)
Silvia García. (Foto cedida)

Cuando el proceso acabó estaba muy cansada, “como si hubiese corrido una maratón”.

La idea original era que sus células transformadas y listas para infundir se le volviesen a introducir en el mes de abril de 2020, pero la pandemia lo frenó todo.

“Para hacer este tratamiento te tienes que hacer multitud de pruebas para ver si tu corazón funciona bien, los pulmones… Porque este afecta a todos los órganos. Y me empezaron a llegar llamadas, ‘se cancela la prueba del corazón’, ‘se cancela la prueba de no sé qué’... Y llamé a mi doctora, que es la que me dijo que se tenía que cancelar porque no les dejan hacer ningún tratamiento. Porque, claro, como uno de los riesgos de la terapia es acabar en la UCI, porque te quedas sin defensas, allí estaría expuesta a un altísimo riesgo por el coronavirus. Me cancelan el tratamiento y me quedé en mi casa”, relata.

Por suerte, a finales de mayo el tratamiento pudo retomarse y al estar congeladas las CAR-T se pudo infundir sin problema. Ella misma describe el proceso por el que se las inyectaron como “supersimple” y bromea con que “olía a berberechos”.

placeholder Foto de archivo de extracción de sangre. (EFE/Rodrigo Sura)
Foto de archivo de extracción de sangre. (EFE/Rodrigo Sura)

“Es el mismo proceso que cuando te inyectan sangre de una bolsita que está colgada. Te pinchan y va entrando. Pero con una diferencia, la sangre es roja y lo que te meten es blanco”, narra.

Un equipo multidisciplinar contra los efectos secundarios

La hematóloga subraya que en la actualidad el tratamiento, que requiere el ingreso de varias semanas, solo se está administrando en centros expertos “que tienen un buen equipo multidisciplinar entrenado para vigilar las reacciones adversas graves que pueden ocurrir en los primeros días después de la infusión de las CAR-T”.

Por ejemplo, para el tratamiento del linfoma de Silvia, el Ministerio ha designado nueve centros: además del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, el Clínic de Barcelona, el Gregorio Marañón de Madrid, el Vall d'Hebron de Barcelona, La Fe de Valenci, el Virgen del Rocío de Sevilla, el Hospital Clínico Universitario de Valencia, el Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y el Hospital Dr. Negrín de Las Palmas de Gran Canarias.

Fiebre y malestar general son los efectos secundarios más comunes

Los centros donde se administra esta innovadora terapia están preparados para atender los efectos secundarios, siendo el más característico un síndrome inflamatorio que se debe a una liberación masiva de citoquinas inflamatorias: “Básicamente, se traduce en fiebre y malestar general que controlamos muy bien, con medicación de soporte o con medicación específica, pero que en poquitos casos lleva a alteraciones hemodinámicas, fracaso respiratorio, fallo multiorgánico, necesidad de UCI, neurotoxicidad… Por ello, para hacer un buen tratamiento de este cuadro es imprescindible hacerlo en un centro experto y con un buen equipo multidisciplinar”.

En pocos casos puede provocar alteraciones hemodinámicas, fracaso respiratorio, fallo multiorgánico o necesidad de UCI

En el caso de Silvia, que estuvo tres semanas en el hospital salmantino, principalmente experimentó fiebre como efecto secundario. “También se me cayó el pelo, que me dijeron que no se me iba a caer, pero, bueno, eso no tiene mayor importancia”, agrega.

La doctora anticipa que, a medida que se vayan controlando los síntomas de los pacientes, el objetivo futuro es que este tratamiento se pueda realizar de manera ambulatoria.

Seguimiento de años

Además del seguimiento oncológico, los pacientes siguen siendo evaluados durante meses después de salir del centro donde han recibido las CAR-T por los efectos secundarios que puedan experimentar.

Silvia cuenta que al comienzo tenía que ir a revisiones semanales, que se fueron espaciando con el paso del tiempo: “Al principio el seguimiento es muy grande porque te tienen que vigilar las defensas. Digamos que con esta terapia como que te hacen un ‘reset’ por dentro, como si fueras un ordenador. Es como si volvieras a tu configuración de serie. El ejemplo más claro es que pierdes todas las vacunas desde que naces, yo ahora estoy con la vacunación como los niños, bueno, más la de la gripe. Es como volver a nacer”.

"Te hacen como un 'reset' por dentro. El ejemplo más claro es que pierdes todas las vacunas"

Tu sistema inmune no trabaja igual, es lento. A tu cuerpo le cuesta trabajar, no funciona al 100%. Por ejemplo, en mi caso me tuvieron que meter inmunoglobulinas unas cuantas veces. La médula no trabaja igual”, relata la salmantina.

También me tenían que inyectar defensas cada dos por tres, que a lo mejor vas una vez a una revisión y están muy altas, pero a los tres días te bajan”, prosigue.

Asimismo Silvia tuvo que tomar antivirales, “porque me puede afectar más un catarro o cualquier virus que a otra persona”.Y destaca que experimentaba agotamiento.

687 solicitudes de tratamiento en España

Desde el 2019 se está implementando esta terapia en nuestro país. Carolina Darias ha asegurado este mismo mes que gracias al Plan Estratégico de Terapias Avanzadas, "se han recibido un total de 687 solicitudes para el tratamiento de pacientes con medicamentos CAR-T, procedentes de 17 comunidades autónomas, siendo favorables en un 92%, en el caso de pacientes con leucemia".

Foto: Foto: iStock.

La doctora del hospital salmantino señala que en su centro aproximadamente han infundido a más de cien pacientes de la propia provincia y de otras del país que se desplazan hasta allí.

Respecto a la tasa de éxito de este tratamiento no es del 100%, “porque prácticamente no existe esta tasa en nada en medicina”, recuerda la médico. “Este tratamiento se ofrece para diferentes enfermedades y diferentes momentos de las mismas, con lo cual las tasas de éxito varían, pero en las indicaciones que están aprobadas la tasas de éxito a largo plazo están en torno al 40%, entendiendo por éxito la respuesta completa mantenida a lo largo de los años, es decir, lo que creemos que significa curación. Lo que pasa es que a los pacientes que se les está poniendo el tratamiento tienen unos pronósticos muy desfavorables y, básicamente, no tenían alternativas curativas”, resume la especialista.

En 2019 a Silvia García le diagnosticaron un linfoma B difuso de células grandes (LBCG) –el subtipo más común de linfoma no-Hodgkin–, un tipo de cáncer de sangre muy agresivo. La salmantina recibió seis ciclos de quimioterapia para luchar contra la enfermedad, pero, a pesar de ello, el tumor volvió a crecer. Tras recibir otras dos sesiones de tratamiento, “el linfoma, por decirlo de algún modo, se hizo inmune y ya no respondía a la quimio”, cuenta a El Confidencial.

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