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"Hay tolerancia hacia productos con aura saludable que en realidad no la tienen"
  1. Bienestar
El lado oculto de la farmacia

"Hay tolerancia hacia productos con aura saludable que en realidad no la tienen"

La médica y divulgadora Esther Samper disecciona la extensa oferta de las boticas y desmonta muchos mitos y también revela fraudes. ¿Negocio? ¿Desidia por parte de médicos y autoridades? ¿Desinformación? De todo un poco

Foto: Doctora Esther Samper. (Foto cedida)
Doctora Esther Samper. (Foto cedida)

Una herramienta útil para estar bien informados en el campo de la salud. Ese es el principal objetivo de la doctora Esther Samper con la publicación de 'El lado oculto de la farmacia' (Planeta), una obra destinada a revelar a los pacientes la verdadera utilidad y eficacia de productos que podemos encontrar en cualquier botica y que, realmente, no cuidan de nuestra salud.

Doctora en Ingeniería Tisular Cardiovascular, licenciada en Medicina y máster en Biotecnología Biomédica, Samper ha dedicado buena parte de su trayectoria profesional a la investigación y a la divulgación. Aprovechando la publicación de su libro, hablamos con ella sobre vitaminas, pseudoterapias, grandes laboratorios y productos que no deberían estar en los estantes de una farmacia. "Reparto a diestro y siniestro. Soy muy crítica con los médicos y las autoridades sanitarias y también con los farmacéuticos, que en muchas ocasiones no tienen ninguna responsabilidad", dice. Seguro que muchos se darán por aludidos.

PREGUNTA. ¿Cuál ha sido la principal dificultad a la hora de investigar o exponer los aspectos fraudulentos?

RESPUESTA. La información que comparto es pública y de fácil acceso. La mayor dificultad que me he encontrado ha sido la de difundir estas cosas y que se comprenda mi interés. El simple hecho de mostrar la portada del libro en la redes sociales ha llevado a que algunos farmacéuticos se hayan sentido ofendidos porque piensan que desprestigio su profesión. Nada más lejos de mi intención, porque cualquiera que lea el libro verá que identifico a muchos responsables de que estos productos estén en la farmacia, y en ocasiones los farmacéuticos no tienen ninguna responsabilidad, sino que es cosa de médicos, de legisladores. Dentro del ‘lado oculto de la farmacia’, hay un complejo fenómeno con muchos actores involucrados.

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Foto: iStock.

P. Dedica un extenso capítulo a la homeopatía, una práctica que ha gozado de muchos seguidores durante años. ¿Cómo ha sido el camino hasta derribar estas creencias? ¿Qué hay en España después del plan contra pseudoterapias de 2018?

R. La tolerancia hacia la homeopatía ha hecho que tenga una legislación realmente privilegiada con respecto a otros medicamentos. No olvidemos que tiene nombre de medicamento aunque no tenga la obligación de demostrar su eficacia a través de ensayos clínicos. Esto, desde el punto de vista médico y sanitario, no tiene ni pies ni cabeza, pero se ha hecho así para no perjudicar económicamente la homeopatía.

En España, el Gobierno se ha puesto más contundente y ha iniciado un largo trámite para analizar los productos. Probablemente, a lo largo de este año, la Agencia Española del Medicamento se pronuncie y decida qué va a pasar con ellos.

A nivel de población, cada vez existe más información y las ventas han disminuido muchísimo. Creo que vamos por buen camino y espero que a medio plazo la homeopatía en la farmacia sea un recuerdo del pasado.

P. Los grandes laboratorios homeopáticos, además de financiar cátedras médicas, ¿apoyan campañas políticas?

R. En España hemos visto la campaña de Homeopatía Suma, en la que sus defensores son muy activos, pero no creo que tengan tanta fuerza como para influir a nivel político. Su efecto es muy limitado, porque aunque estén en la farmacia, son una minoría los médicos que recetan homeopatía. Por otra parte, no tenemos datos fiables sobre qué porcentaje de médicos prescriben homeopatía porque, aunque los laboratorios homeopáticos suelen defender que representan el 10%, no se sabe de dónde sale esa cifra y, seguramente, es muy inferior.

La mayoría de farmacéuticos saben que no tiene ni pies ni cabeza, pero la venden por si hay clientes que la piden y no quieren tener problemas. Pero eso no es inconveniente para explicar que realmente es un placebo que carece de efectos.

Foto: La ministra de Sanidad María Luisa Carcedo y el de Ciencia, Pedro Duque, antes de la presentación del plan (Zipi / EFE)

P. Eso en España, pero en Francia ha estado financiada por el sistema nacional de salud y el príncipe Carlos de Inglaterra también la ha defendido...

R. Tanto Francia como Alemania (el país de nacimiento de Samuel Hahnemann, su inventor) han sido más partidarias de la homeopatía, pero creo que cada vez hay más conocimiento de lo que suponen en realidad los medicamentos homeopáticos. Ahí también interviene el factor cultural.

P. En su libro describe el fraude, de millonarias ventas, de las sucesivas pulseras milagrosas que han ido apareciendo desde los años 80 del siglo pasado (biomagnéticas) hasta la ‘moderna’ Power Balance. Y usted está convencida de que en algún momento volverá ese tipo de producto con aires renovados…

R. Sí, porque es una cosa repetitiva. Allá donde haya algo que asegure que tiene un efecto beneficioso para la salud, siempre habrá alguien que lo quiera vender (sanitario o no). Es una cuestión de intereses.

"En España consumimos demasiada vitamina C y ciertos minerales. Es un sinsentido en el que se juntan el marketing, la desinformación y el deseo de estar cada vez mejor"

P. El negocio de productos nutricionales vive años de esplendor. Las vitaminas son muy demandadas desde hace décadas, pero se han ido añadiendo minerales, hormonas, enzimas, etc. ¿Cuál es el secreto de ese interés?

R. El caso de los complementos dietéticos es muy curioso, porque se venden muchísimo y en la mayoría de los casos están totalmente injustificados. Aquí se ve muy bien el efecto del marketing, porque muchas personas están convencidas de que es recomendable tomar complementos dietéticos para asegurarse una mejor salud, pero si eres una persona sana, que sigue una alimentación normal, no son necesarios. Se da la paradoja de que son los individuos sanos los que más se preocupan por estos compementos dietéticos.

En España consumimos demasiada vitamina C y ciertos minerales... Es un sinsentido en el se juntan el marketing, la desinformación y el deseo de estar cada vez mejor.

P. ¿Qué parte de responsabilidad tenemos, además de los médicos, los periodistas en este fenómeno?

R. Ha habido tolerancia, por no decir promoción, de complementos cuyos beneficios se han inflado a través de publicidad o artículos en diferentes medios de comunicación y se ha creado un aura saludable alrededor de ellos cuando en realidad no es así. Son alimentos y, por ley, no pueden decir que pueden prevenir, curar o tratar enfermedades; pero aun así, la publicidad es tan potente que muchas personas están convencidas de que deben tomarlos.

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P. Pero en determinados pacientes, como los que reciben terapia oncológica, pueden estar indicados…

R. Sí, el nutricionista debe valorar su conveniencia. Hay veces que si el déficit nutricional es leve, haciendo una dieta personalizada es posible mejorar la situación nutricional, pero hay ocasiones en las que sí hay que recomendar complementos dietéticos. Pero son casos concretos, que no se corresponden con el alto porcentaje de la población que los consume.

P. El texto también analiza la venta y consumo de plantas medicinales. Tal vez es algo que está arraigado en la cultura: esa infusión para las molestias de estómago o para tranquilizarnos.

R. Aquí confluyen diferentes factores que confunden; por un lado, está la idealización de lo natural y, por otra parte, se piensa que al ser natural tiene menos efectos adversos. El 25% de los fármacos que se utilizan en medicina proceden de principios activos que se encuentran en plantas. Es innegable que las plantas tienen muchas moléculas beneficiosas, pero eso no significa que todas las plantas tradicionales tengan efectos terapéuticos beneficiosos.

El problema es que los complementos dietéticos con plantas no han tenido que pasar por ensayos clínicos, ni tampoco los medicamentos a base de plantas que cuentan con 30 años de uso terapéutico y que gozan de una legislación muy favorable en comparación con los otros medicamentos. Otra cosa son los fármacos hechos con plantas medicinales que han pasado por ensayos clínicos y que se utilizan en la práctica médica, que son como el resto de los medicamentos habituales.

Es decir, aquí hay un popurrí que lleva a una gran confusión.

"Soy partidaria de que se retiren todos los medicamentos que no demuestren que, de verdad, funcionan"

P. Tampoco faltan en el libro críticas a fármacos habituales que en su día pasaron los ensayos clínicos, pero después su eficacia no fue la esperada y se sacaron de la financiación y se siguen vendiendo a precios muy altos.

R. Esto se sigue manteniendo porque, mientras que los fármacos sean seguros, hay bastante tolerancia a mantenerlos. A la hora de financiarlos es distinto, y si no hay una buena relación coste/efectividad no se bonifican. Es verdad que cada cierto tiempo se retiran algunos medicamentos del mercado. Yo soy partidaria de que se retiren todos los que, de verdad, no demuestren que funcionan

P. Si retirasemos de una farmacia todos los productos que no funcionan, ¿cuántos quedarían?

R. Esa pregunta me la planteé en un supermercado alemán cuando retiró un montón de productos que procedían del extranjero como parte de una campaña contra el racismo. Si se hiciese lo mismo en la farmacias, deberíamos distinguir entre productos que realmente no tienen un fin sanitario (alimentos infantiles, de higiene personal, etc) y los que sí. Pero es difícil, porque estos establecimientos están diversificando cada vez más, ya que el margen que dejan los fármacos es muy estrecho y han ampliado su oferta. Yo no veo ningún problema en ello, lo que no comparto es que vendan productos y complementos con publicidad engañosa. La farmacia es un establecimiento sanitario que avala un producto y en realidad está desinformando a la población. Ese es el que llamo 'el lado oculto de la farmacia'.

P. ¿Cuáles son los aspectos más flagrantes, en su opinión, de cada uno de los apartados?

R. Es difícil escoger. Pero, de las plantas medicinales, lo más grave es que la falsa propaganda se encuentra fácilmente en internet, pero el aval científico de su eficacia es muy difícil de encontrar por parte de la población general.

Sobre los complementos dietéticos, la desinformación brutal por el marketing engañoso, ampliamente tolerado por las autoridades sanitarias.

De los antimosquitos, me parece surrealista que habiendo tantos productos de eficacia contrastada se vendan pulseras y dispositivos de ultrasonidos que carecen de cualquier validez.

Y de la homeopatía me parece sangrante esa situación de privilegio excepcional de unos placebos con nombre de medicamentos que se permiten el lujo de estar en farmacias solo por privilegio.

"Los ensayos clínicos independientes suelen tener resultados peores que los de las farmacéuticas"

P. ¿Qué papel tienen los laboratorios farmacéuticos en este escenario?

R. Sus responsabilidades son varias: por un lado, influyen mucho a la hora de sembrar ideas sobre su eficacia entre el colectivo médico y, a veces, a la hora de realizar estudios científicos, puede haber sesgo. Este es uno de los fenómenos que describo en el libro, que los ensayos clínicos independientes suelen tener resultados peores que los de las farmacéuticas. Es lógico porque la compañía se juega muchas cosas, pero creo que debería haber más estudios independientes (pero eso requiere muchos recursos)

P. Si nos paramos a buscar una explicaciòn al éxito de todos estos productos de dudosa eficacia, ¿encontramos una vertiente psicológica del ciudadano, que no encuentra solución a su problema en la medicina tradicional?

R. Esto sin lugar a dudas influye. Hay determinados problemas de salud para los que la medicina puede ofrecer una respuesta limitada (por ejemplo, la artrosis) y es normal que haya quien quiera recurrir a otras alternativas por si acaso le resultan útiles. Pero, por ejemplo, en el caso de los complementos dietéticos, nos queda la duda de si no estaremos haciendo lo suficiente por nuestra salud, y son el comodín de salud y de consuelo. Al final, una mezcla de factores psicológicos y desinformación nos lleva a consumir esos productos.

P. Hasta aquí lo que conocemos en el mercado. Usted ha investigado con células madre y su potencial terapéutico es muy prometedor. ¿Llegará un momento en que se incorporen a ese 'lado oscuro de la farmacia'?

R. Las células madre son uno de los campos más novedosos y con mejor reputación de la medicina, y siempre que hay algo novedoso, aparecen charlatanes que lo utilizan para vender sus productos. Eso lo vemos en cosméticos con células madre, que realmente no son humanas sino vegetales y no sabemos su beneficio en la piel; también las utilizan en clínicas ilegales que prometen grandes beneficios para enfermedades, pero en realidad son estafas que estan proliferando en diferentes países (afortunadamente, no mucho en España).

P. Después de su exhaustivo análisis, ¿queda más material para una segunda parte del libro?

R. Para una segunda y casi para una tercera.

Una herramienta útil para estar bien informados en el campo de la salud. Ese es el principal objetivo de la doctora Esther Samper con la publicación de 'El lado oculto de la farmacia' (Planeta), una obra destinada a revelar a los pacientes la verdadera utilidad y eficacia de productos que podemos encontrar en cualquier botica y que, realmente, no cuidan de nuestra salud.

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