No es solo tu cerebro: tu trabajo es responsable de tu mala salud mental

Nunca tres palabras tan desafortunadas tuvieron un impacto tan positivo. “Vete al médico”, le gritó hace un año un diputado del PP a Íñigo Errejón, portavoz de Más País, cuando preguntaba al presidente del Gobierno sobre la salud mental de los españoles tras la pandemia.

Desde entonces, la conversación sobre salud mental en nuestro país no ha hecho más que crecer. La última muestra, este jueves: cuando el Ministerio de Trabajo presentó una comisión de expertos que evaluará su conexión con la precariedad laboral. Entre los temas a analizar estarán no solo los sueldos bajos, sino el efecto de los ritmos de trabajo intensos, de las cargas excesivas, las horas extra, el acoso o el estrés.

Porque la situación actual no es sostenible: la ansiedad y la depresión son la segunda causa de incapacidades temporales, según destacó el director del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, Carlos Arranz, que también resaltó que la media de tiempo de estas bajas está entre 5 y 6 meses.

“La empresa no puede ser un lugar de sufrimiento”, concluía la ministra y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

El mercado laboral es una gran fuente de malestar social y psicológico

El grupo de expertos tendrá seis meses para realizar su análisis y de ahí presentará resultados y recomendaciones de políticas públicas. Tener un diagnóstico acertado es el primer paso para actuar. Sin embargo, la duda queda: ¿conseguirán hacer propuestas que consigan el cambio en el día a día de las empresas?

​Probablemente el problema no es tuyo

“Tus condiciones laborales son más importantes que tu serotonina [químico asociado con el estado de ánimo]”, recordaba una de las expertas, Belén González, de la Asociación Madrileña de Salud Mental.

Esta psiquiatra está cansada de ver casos en su consulta de gente diagnosticada con depresión o crisis de ansiedad, causadas por el trabajo. Curiosamente, sus pacientes no suelen verlo, y lo entienden como una cuestión individual: “Algún problema hay conmigo para que no sea capaz”, le dicen.

Existe un gran estigma asociado a reconocer asuntos de salud mental

Esto resuena mucho con mi propia experiencia personal: al poco de empezar mi carrera como periodista, empecé a tener ataques de ansiedad, a dudar de mí misma. Los nervios me hacían sentir cómo la sangre corría por mis venas, mi corazón se aceleraba tanto antes del informativo que tuve que parar. Estuve de baja, diagnosticada con depresión, por unos seis meses. Todo el mundo me recomendó que ocultara este hecho de mi currículum, una muestra del estigma sobre estos temas.

En los siguientes años, más de una docena de compañeros obtuvieron la baja por motivos similares. El tiempo ha demostrado que había un patrón tóxico que requería cambios en la cultura de esa organización. Por eso, González tiene claro que el origen del problema está en las empresas: “Estos casos no me deberían llegar a mí”.

​La responsabilidad de cuidado de las empresas

“Y cuando las empresas no cumplen, ¿quién las hace cumplir?”, se preguntaba en voz alta, frustrada, una de las asistentes al evento de presentación, que tenía a mi lado. De ahí la importancia del trabajo de esta comisión que se acaba de presentar, porque se trata de un problema colectivo a ser resuelto a nivel de política pública.

Los 12 expertos seleccionados por el ministerio provienen de múltiples disciplinas, especialistas en la materia: psicólogos, psiquiatras, investigadores en salud laboral, profesores de derecho del trabajo y tres escritores. A pesar de haberse mencionado la hiperconexión y la digitalización como uno de los asuntos clave, no hay ningún tecnólogo. Tampoco representantes del mundo empresarial.

“No hay ni sindicatos ni empresarios porque entendemos que tienen un espacio propio [de negociación]”, aclara a El Confidencial la ministra Díaz.

“Esto no es una propuesta contra los empresarios. En España se pierden cientos de miles de horas por bajas laborales producidas por situaciones de salud mental”, nos comenta Errejón. “Eso nos cuesta mucho dinero a nosotros y les cuesta mucho dinero a las empresas”.

​El periodismo, en el centro del problema

La comisión de expertos va a centrarse en todas las profesiones, a diferentes niveles. Errejón señalaba que falta que la conversación sobre salud mental se amplíe a “las cajeras, los reponedores, la gente que trabaja en un call center, los amenazados por la pérdida de empleo, los que renuevan mes a mes”.

Conversando con El Confidencial, la vicepresidenta reconocía que hay algunas profesiones donde ya han identificado que el problema es más acuciante. Entre ellas, el periodismo, porque está mal pagado, hay muchos falsos autónomos, bajo altos niveles de estrés, donde la desconexión es difícil y existen prácticas laborales muy tóxicas.

“El derecho a la información es un derecho fundamental y los y las profesionales que trabajan con un material tan sensible tienen que estar cuidados”, nos decía. “Hago un llamamiento a cambiar la cultura de las empresas de la información”.

Para la vuelta del verano, la recién creada comisión presentará sus conclusiones. Ojalá sirvan para iniciar este cambio cultural tan necesario en nuestro país, aunque el camino se anticipa largo y complicado.

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