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En 2050 habrá 139 millones de personas con demencia, según la OMS
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En 2050 habrá 139 millones de personas con demencia, según la OMS

La causa más habitual de la demencia es el alzhéimer, pero el problema principal es la escasez de acciones a la hora de tratar a los afectados

Foto: Fuente: iStock.
Fuente: iStock.

La demencia afecta a más de 50 millones de personas en el mundo y cada año se diagnostican más de 10 millones de casos nuevos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se estima que entre un 5 y un 8% de la población general de más de 60 años padecerá la afección en algún momento. Del total de los casos actuales, el 60% vive en países de ingresos bajos o medios. La organización señala que esta cifra alcanzará los 139 millones de afectados en 2050.

Una de las señales más claras es la pérdida de la memoria y van apareciendo otras de manera progresiva, aunque los síntomas varían según cada persona: dificultad para comunicarse o encontrar las palabras, pérdida de la capacidad espacial y desorientación o complejidad para razonar, resolver problemas, manejar tareas complejas, planificar y organizar o incluso coordinación de las funciones motoras. A menudo, el paciente también experimenta cambios en la personalidad, depresión, ansiedad, paranoia, agitación o alucinaciones.

Causas de la demencia

La demencia es una enfermedad que provoca una pérdida grave de la función cerebral que ocurre, sobre todo, a causa de ciertas enfermedades como el alzhéimer o a consecuencia de un derrame cerebral. Se trata de una patología que provoca un alto grado de discapacidad porque afecta a la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio, el comportamiento y, en general, a las habilidades sociales.

Según la Clínica Mayo, en el caso del alzhéimer, los expertos aseguran que tiene un componente genético, pudiendo transmitir la enfermedad de padres a hijos. Si bien son varios los genes diferentes que probablemente están implicados en la enfermedad de Alzheimer, uno de los que más aumenta el riesgo es la apolipoproteína E4 (APOE).

Foto: El presidente Adolfo Suárez, durante una acto oficial en Madrid. (EFE)

Suele desarrollarse a partir de los 60 años y normalmente en edades avanzadas, es decir, el riesgo de padecer la enfermedad aumenta a medida que una persona envejece. Así lo explican los expertos de la Biblioteca de los Centros Nacionales de Salud (NIH).

Aunque con menos frecuencia, algunas afecciones como la enfermedad de Huntington, la esclerosis múltiple, algunas infecciones como el VIH, la sífilis y la enfermedad de Lyme, la enfermedad de Pick o la parálisis supranuclear progresiva también pueden desencadenar la demencia.

En la mayoría de los casos, la demencia es irreversible y degenerativa, pero existen algunas causas de demencia que se pueden detener o revertir si se detectan a tiempo, incluyendo lesión cerebral, tumores del cerebro, abuso de alcohol continuado en el tiempo (crónico), cambio de los niveles de azúcar, calcio y sodio en la sangre, niveles bajos de vitamina B12, hidrocefalia normotensiva, ciertos medicamentos y fármacos empleados para reducir el colesterol y algunas infecciones del cerebro.

Insuficiencia en las acciones

Además del aumento de casos, el principal problema es que estos no están siendo abordados de la forma adecuada. Esta es una de las conclusiones del último informe de la OMS en el que se analiza el estado mundial de las acciones de los países para prevenir o tratar la afección. El documento, llamado ‘Informe sobre el estado mundial de la respuesta de salud pública a la demencia’, hace un balance de los progresos y carencias de los últimos años y los objetivos para 2025 establecidos en el ‘Plan de acción mundial contra la demencia’.

Para poder abordar la patología, “se necesita una acción concertada para garantizar que todas las personas con demencia puedan vivir con el apoyo y la dignidad que merecen”, señala el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

De esta forma, los expertos que han colaborado en el documento indican que es imprescindible reforzar los apoyos que se prestan a estas personas, sobre todo por el nivel de discapacidad que provoca la enfermedad, especialmente en los países de medios y bajos ingresos, donde más avanza la patología.

Existe una gran carencia, a nivel mundial, de los servicios sanitarios. La OMS señala que una de las medidas debería ser el refuerzo de los apoyos que se prestan a los afectados y a sus familias, así como la mejora de los servicios de atención primaria, que son el primer filtro del paciente, pero también de los servicios comunitarios, rehabilitación, atención a largo plazo y cuidados paliativos.

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Foto: Unsplash/@joshappel.

Esta escasez de recursos provoca que todo el cuidado recaiga en el entorno más cercano, afectando de lleno a la calidad de vida tanto de las personas con demencia como de sus familiares. Los datos recogidos en el informe también reflejan que el cuidado de un familiar con demencia supuso para los cuidadores una media de cinco horas diarias en 2019, siendo las mujeres el grupo más dedicado a ello.

De esta forma, el familiar desarrolla, en múltiples ocasiones, estrés psicológico y emocional y un aumento de los gastos económicos familiares. Otras dificultades de los cuidadores informales son la falta de formación de los mismos y la complejidad de acceso a la información y a los servicios de apoyo necesarios para preservar la calidad de vida del paciente y de su cuidado.

La demencia afecta a más de 50 millones de personas en el mundo y cada año se diagnostican más de 10 millones de casos nuevos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se estima que entre un 5 y un 8% de la población general de más de 60 años padecerá la afección en algún momento. Del total de los casos actuales, el 60% vive en países de ingresos bajos o medios. La organización señala que esta cifra alcanzará los 139 millones de afectados en 2050.

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