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Hidratación: lo que el color de tu orina dice de tu salud
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Los tonos de amarillo son lo mejor

Hidratación: lo que el color de tu orina dice de tu salud

Los expertos apuntan que un adulto sano realiza entre 4 y 10 visitas al día. Mantener unos niveles adecuados de líquido en nuestro sistema es fundamental. Pero hay colores que pueden indicar muchísimas cosas

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Vamos por partes: si es roja, verde, azul o negro intenso, no deberíamos estar leyendo esto, sino dirigirnos inmediatamente a un hospital. Para el resto de casos, el color de nuestras secreciones es un buen indicativo de qué está ocurriendo en el interior de nuestro organismo. Esto es especialmente relevante en el caso de la orina, pues es extraordinariamente sencillo observar hasta los más mínimos cambios de tonalidad.

Debemos tener en cuenta que nuestro organismo está compuesto en un 60% por agua. Es considerado un nutriente esencial, dado que, aunque nuestro cuerpo la genera mediante diversos procesos metabólicos como el ciclo de Krebs, no puede producir suficiente como para mantener nuestras funciones vitales.

Nuestro nivel de hidratación es fundamental para mantener un estado de salud óptimo y la presencia de agua en nuestro organismo es un componente clave para cientos de funciones, desde la cerebral hasta el desempeño sexual.

Qué significa el color

En un cuerpo sano, en el que la única variable es el nivel de hidratación (supuesto que se aplica a la inmensa mayor parte de personas), el mejor indicador es el color de la orina, que puede variar desde una transparencia absoluta hasta un color marrón intenso.

Transparente

Nos dan mucho la vara, desde los medios de comunicación hasta las autoridades médicas, sobre la necesidad de beber mucha agua. La cosa es que nos podemos 'pasar de rosca'. La OMS recomienda dos litros y medio de agua al día, pero apunta que dependiendo de nuestra actividad y el clima, este número puede tanto aumentar como disminuir.

Si sale transparente, significa que estamos imponiendo un trabajo demasiado grande (e innecesario) sobre nuestros riñones. Estos se dedican a filtrar nuestra sangre, eliminando los tóxicos que se acumulan en ella. Si no hay tóxicos pero se ven forzados a seguir funcionando a un ritmo superior al normal, estaremos ejerciendo sobre ellos una presión que a largo plazo podría resultar contraproducente.

Los expertos afirman que, en un periodo de 24 horas, un adulto sano debería hacer entre 4 y 10 visitas al baño si su nivel de hidratación es el correcto.

De agua con limón a cerveza

Es el nivel correcto, la cantidad de agua en nuestro organismo y los electrolitos disueltos en ella están en los niveles normales y no tenemos nada de lo que preocuparnos.

Ámbar y cobre

En este momento ya empezamos a ver claramente un oscurecimiento sustancial de nuestra orina. Esto se debe a que nuestro cuerpo elimina las toxinas con una cantidad mucho menor de agua, por lo que salen muchísimo más concentradas. Este es un buen momento para comenzar a beber agua en mayor medida de lo que lo estábamos haciendo.

Naranja oscuro y café aguado

Si alcanzamos este nivel, empezamos a estar en peligro. Es uno de los principales síntomas de deshidratación. Estos colores solo se obtienen si llevamos muchísimo tiempo sin beber ni una sola gota de agua, o si hemos sufrido grandes eventos deshidratantes como diarrea, vómitos o fiebre alta. Estas, de hecho, son las causas más comunes de deshidratación en la población española.

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En general, salvo que suframos alguna condición médica que nos lo impida, recuperar los niveles óptimos de hidratación es extraordinariamente sencillo dado que solo hace falta beber agua. El problema es que si hemos sufrido una de gran importancia, puede que parte de nuestros electrolitos (minerales disueltos en el agua) hayan disminuido, y estos son igual de importantes que el agua en sí. Para remediarlo, en todos los supermercados podemos encontrar las típicas bebidas para deportistas que los incluyen, pero también podremos acudir a una farmacia para que nos proporcionen soluciones para este problema.

¿Y si el color no es un tono de amarillo?

En estos casos, lo más común será que cunda en nosotros el pánico, pero no tiene por qué. En efecto, puede ser a causa de determinadas enfermedades, pero también hay medicamentos y comidas que son capaces de alterar el tono que tiene nuestra orina. Estos son los más comunes:

  • Rosa o rojizo. Puede deberse a sangre en la orina, por lo que se recomienda, si no tenemos otra explicación, visitar a nuestro médico cuanto antes dado que se podría tratar de diversas infecciones o lesiones de la próstata, la uretra, la vejiga o el riñón. De todos modos, las moras, la remolacha o el ruibarbo tienen la capacidad de teñir nuestra orina de este color, al igual que algunas medicinas, por lo que podría no ser nada.
  • Naranja intenso. Cuando es más agudo que el que mencionábamos anteriormente, puede ser debido a la ingesta de antibióticos como la rifampicina o anticoagulantes como la warfarina. También puede darse con una ingesta considerable de zanahorias o el zumo que estas producen.
  • De azul a verde. Probablemente el más llamativo. Una gran cantidad de medicamentos producen estos tonos de color, pero también pueden ser debidos a una infección del tracto urinario producido por la bacteria Pseudomonas aeruginosa, determinados tintes usados en pruebas médicas y por el consumo de espárragos y colorante alimentario.
  • Morado, violeta y púrpura. También puede ser producida por la bacteria P. aeruginosa, y algunas enfermedades raras. Que se sepa, el único alimento capaz de producir estos efectos es el colorante alimentario del mismo color.
  • Orina turbia u opaca. Es una de las más comunes. Sus causas médicas pueden ser una enfermedad de transmisión sexual (ETS), piedras en el riñón o prostatitis, entre otras. De todos modos, normalmente es causada por el consumo de anchoas, carne roja o cantidades grandes de leche.

Vamos por partes: si es roja, verde, azul o negro intenso, no deberíamos estar leyendo esto, sino dirigirnos inmediatamente a un hospital. Para el resto de casos, el color de nuestras secreciones es un buen indicativo de qué está ocurriendo en el interior de nuestro organismo. Esto es especialmente relevante en el caso de la orina, pues es extraordinariamente sencillo observar hasta los más mínimos cambios de tonalidad.

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