¿Se puede erradicar la viruela del mono? Las claves para el control de la enfermedad
Hace más de 40 años, la variante humana de esta patología se dio por extinta. Teniendo en cuenta que la del simio viene siendo recurrente en las últimas décadas, debemos plantearnos cómo abordarla en los nuevos tiempos
La viruela del mono –una enfermedad endémica desde hace al menos 40 años en países de África Occidental y Central– ha hecho saltar las alarmas alrededor del mundo tras haberse detectado hasta la fecha en 17 países de otras regiones, entre ellos España, que encabeza la lista de casos. La preocupación por esta enfermedad ya llevó a Sanidad a aprobar un protocolo para la detección precoz mientras valoraba las opciones terapéuticas más eficaces. Varias autonomías ya investigan contagios de este tipo de viruela, de la que previsiblemente se irán confirmando nuevas infecciones, según han advertido las autoridades sanitarias.
Aunque para la mayoría de la población esta enfermedad es nueva –y recuerda terroríficamente al covid-19–, lo cierto es que la viruela del mono es una vieja conocida que siempre ha estado ahí. Ya en 2003 la importación de animales salvajes a Estados Unidos y su relación con animales de ese país provocó que el virus de la viruela del mono contagiase a los utilizados como mascotas y acabase provocando esta patología a más de 800 personas.
Teniendo en cuenta que es una enfermedad latente que es relativamente recurrente en nuestro continente, cabe plantearse cómo deberíamos actuar para frenarla en seco y, sobre todo, si es posible erradicarla como hicimos con la viruela humana.
¿Se puede erradicar la viruela del mono?
El que fue director de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS, Daniel López Acuña, lo tiene claro: “La viruela del mono no se va a erradicar porque es una enfermedad endémica de los animales, que está presente en roedores y simios en el oeste de África”.
“Llevamos 50 años en los que se están dando casos en África de manera excepcional, pero no debemos olvidar que es una enfermedad endémica y el virus sigue presente en varios animales de manera continua, son reservorios. Cuando se produce una relación estrecha de estos con humanos, da el salto a las personas, y una vez ha ocurrido, con el trasiego que tenemos hoy de viajeros en el mundo, es perfectamente factible que pueda haber casos por infección en Europa. El potencial está ahí. No vamos a poder erradicarla, pero sí protegernos de los brotes”, explica el epidemiólogo a El Confidencial.
Ante estos casos que ocurrirán de manera “excepcional”, Acuña señala que la solución es el control de la enfermedad, ante una erradicación imposible.
Descartada la vacunación masiva
El exdirectivo de la OMS descarta por completo que la vacunación generalizada sea la solución para controlar la viruela del mono. En el caso del brote de EEUU de 2003, “la vacuna se utilizó únicamente para proteger a los contactos estrechos, no para vacunar masivamente”, ejemplifica.
Por otro lado, hace especial hincapié en que “debemos quitarnos de la cabeza la idea de que esta va a ser una nueva pandemia; ni que se pueda controlar con una vacuna”.
Antivirales contra la viruela del mono
Un nuevo estudio retrospectivo de siete pacientes diagnosticados con viruela del mono en el Reino Unido entre 2018 y 2021 sugiere que algunos medicamentos antivirales podrían tener potencial para acortar los síntomas y reducir la cantidad de tiempo que una persona infectada es contagiosa.
Los casos analizados en el estudio, publicado en la revista ‘The Lancet Infectious Diseases’, representan los primeros casos de transmisión intrahospitalaria y transmisión domiciliaria fuera de África, además de informar la respuesta del paciente al primer uso no indicado en la etiqueta de dos medicamentos antivirales diferentes –brincidofovir y tecovirimat– para tratar la enfermedad.
El estudio encontró poca evidencia de que el brincidofovir tuviera un beneficio clínico, pero concluyó que se justificaría una mayor investigación sobre el potencial del tecovirimat.
Diagnóstico temprano
Para el control de la enfermedad –la única forma de atajarla según Acuña–, el exdirectivo de la OMS señala que el diagnóstico temprano de los infectados y su aislamiento “es fundamental”. “Estas personas se tienen que aislar de tres a cuatro semanas porque es el periodo durante el cual la enfermedad es infecciosa o contagiosa”.
Asimismo, apunta que hay que hacer “un rastreo muy minucioso” de los contactos cercanos que hayan tenido los infectados para aislarles y diagnosticarles tempranamente.
Además, reitera de nuevo que “existe la posibilidad de hacer lo que se hizo en Estados Unidos en el brote de 2003, aplicando la vacuna de la viruela humana a los contactos estrechos. Algo que se podría hacer también con el personal sanitario que está lidiando con los casos. De este modo se evita el contagio, la expresión severa de la enfermedad y se frena en seco la trasmisión”.
La viruela del mono –una enfermedad endémica desde hace al menos 40 años en países de África Occidental y Central– ha hecho saltar las alarmas alrededor del mundo tras haberse detectado hasta la fecha en 17 países de otras regiones, entre ellos España, que encabeza la lista de casos. La preocupación por esta enfermedad ya llevó a Sanidad a aprobar un protocolo para la detección precoz mientras valoraba las opciones terapéuticas más eficaces. Varias autonomías ya investigan contagios de este tipo de viruela, de la que previsiblemente se irán confirmando nuevas infecciones, según han advertido las autoridades sanitarias.