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Identifican una sola hormona esencial contra el envejecimiento
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Estudio en ratones

Identifican una sola hormona esencial contra el envejecimiento

Se llama factor de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21) y se secreta en el hígado. La clave de ella es que 'responde' cuando restringimos las proteínas

Foto: Foto: Unsplash/@nci.
Foto: Unsplash/@nci.

Llevan tiempo en el punto de mira de las dietas y más aún si hablamos del cuidado de la salud. Nos referimos a las proteínas. A menudo se recomienda una dieta baja en ellas para ayudar a tratar ciertas enfermedades. La función hepática deteriorada, la patología renal o los trastornos que interfieren con el metabolismo de las proteínas son algunas de las condiciones más comunes que pueden requerir una dieta que las mantenga alejadas.

En los últimos años, algunas investigaciones también han encontrado que las dietas bajas en proteínas pueden prolongar la longevidad y ofrecer protección contra enfermedades crónicas.

Se recomienda que la persona promedio obtenga del 10% al 15% de proteínas diarias

Recordemos que este tipo de alimentación requiere que restrinjas la cantidad de proteína que consumes, normalmente para que constituya del 4 al 8% de tus calorías diarias. Esto representa entre 20 y 50 gramos por día, dependiendo de cuántas calorías consumas en tu dieta habitual.

A modo de comparación, generalmente se recomienda que la persona promedio obtenga, al menos, del 10% al 15% de sus calorías diarias de proteínas. Esta cantidad puede aumentar en atletas o personas con ciertos problemas de salud. Pero también, y como documenta un estudio de 'Clinical Nutrition and Metabolic Care', su consumo debe ser más elevado en personas mayores.

'Antiaging'

Ahora, una nueva investigación publicada en 'Nature Communications' constata que parece tener beneficios increíbles para la salud y la esperanza de vida de los roedores, las moscas de la fruta y la levadura. De hecho, el nuevo estudio en ratones ha identificado una sola hormona que es esencial para estos curiosos efectos antienvejecimiento. La hormona se llama factor de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21) y se secreta en el hígado.

En los últimos años, los estudios previos han demostrado que la FGF21 responde a la restricción de proteínas en ratones machos, mejorando el gasto energético y la tolerancia a la glucosa al tiempo que reduce el peso corporal.

placeholder Foto: Unsplash/@dani_franco.
Foto: Unsplash/@dani_franco.

"De hecho, los ratones con deficiencia de FGF21 no solo son resistentes a los beneficios de la restricción de proteínas para la salud, sino que también exhiben una pérdida de peso temprana, mayor fragilidad y reducción de la esperanza de vida cuando se alimentan con una dieta baja en proteínas", relatan los expertos.

De esta forma, los nuevos hallazgos sugieren que los efectos de prolongación de la longevidad con relación a la restricción de proteínas dependen de una sola hormona, una que también está presente en los humanos.

Aunque todavía no está claro si el papel de la FGF21 en nuestra especie es el mismo que en los animales, la literatura científica en humanos muestra ya por qué las dietas bajas en proteínas y altas en carbohidratos podrían tener beneficios similares para la salud metabólica. Estos macronutrientes también afectan al FGF21 circulante. Ahora los ensayos de laboratorio están ayudando a los científicos a comprender mejor el papel que desempeña en el cuerpo.

Cómo funciona

Cuando a los ratones macho se les eliminó el gen FGF21 y luego se les alimentó con una dieta baja en proteínas, su esperanza de vida natural se redujo en comparación con el resto. Los roedores carentes de la hormona generalmente crecieron para ser más grandes y menos delgados. Los investigadores aseveran que "habían perdido por completo su tolerancia a la glucosa". Y prosiguen: “A medida que comenzaron a envejecer naturalmente, también empezaron a perder peso mucho antes, y se volvieron más frágiles y rápidos que aquellos con sus genes FGF21 intactos”.

Incluso a simple vista, los investigadores dicen que los ratones adultos que producen la FGF21 se veían más sanos y físicamente más robustos, con una dieta baja en proteínas a largo plazo. Sus pelajes no estaban tan desgastados o irregulares como los de los carentes del gen FGF21.

La ingesta restringida de proteínas puede mejorar la vida útil de los ratones

En resumen, los primeros resultados sugieren que la restricción de proteínas reduce la fragilidad en ratones normales a medida que envejecen, y que este proceso se controla a través de la vía de señalización de la mencionada hormona. La FGF21 tiene muchas funciones, pero se sabe que regula la ingesta de azúcar y que la forma en que ella responde a ciertos macronutrientes tiene un impacto en el cerebro.

Algunas investigaciones anteriores de los mismos autores han demostrado que las dietas bajas en proteínas a largo plazo aumentan su activación en el cerebro del ratón, lo que lleva a las personas a elegir alimentos bajos en grasas y carbohidratos y altos en proteínas cuando se les dan múltiples opciones.

"Nuestros datos sugieren que la FGF21 le habla al cerebro y que, sin esta señal, el ratón no 'sabe' que está comiendo una dieta baja en proteínas. Como resultado, el roedor no puede cambiar adaptativamente su metabolismo o comportamiento de alimentación", explica el neurocientífico y coautor del trabajo, Christopher Morrison.

Foto: Los huevos, una de las proteínas más completas.

Los hallazgos ofrecen una posible explicación de por qué la ingesta restringida de proteínas puede mejorar la vida útil de los ratones. Pero es importante tener en cuenta que este estudio solo se centró en animales machos. Las hembras pueden no tener una respuesta tan fuerte a dietas similares. Aun así, el estudio es el primero en identificar una sola hormona que controla los efectos beneficiosos de una dieta baja en proteínas.

Llevan tiempo en el punto de mira de las dietas y más aún si hablamos del cuidado de la salud. Nos referimos a las proteínas. A menudo se recomienda una dieta baja en ellas para ayudar a tratar ciertas enfermedades. La función hepática deteriorada, la patología renal o los trastornos que interfieren con el metabolismo de las proteínas son algunas de las condiciones más comunes que pueden requerir una dieta que las mantenga alejadas.

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