Fumar afecta a tu columna vertebral más de lo que imaginas

El tabaco es uno de los principales problemas de salud pública en todo el mundo y encabeza el de muertes evitables. Las consecuencias de este mal hábito son numerosas y evidentes en periodos de tiempo muy cortos.

Si nos centramos en los efectos negativos que produce el tabaco en la columna vertebral, diferentes estudios científicos afirman que los fumadores son más propensos a sufrir dolor de espalda crónico, especialmente lumbar. Esto se debe a que el tabaco provoca mayor sensibilidad a los dolores musculares y reduce la capacidad de resistencia a esta dolencia. En esos estudios se analizó el estilo de vida de voluntarios fumadores y no fumadores con dolor de espalda constante y revelaron que cuando los fumadores dejaron el hábito, el dolor se redujo.

Hay una importante relación entre el tabaco y el desarrollo de artropatía facetaria lumbar y el empeoramiento de la calidad ósea vertebral

Se ha demostrado, además, una importante relación entre el tabaco y el desarrollo de artropatía facetaria lumbar y el empeoramiento de la calidad ósea vertebral con las consecuentes fracturas, así como la degeneración del disco y las complicaciones que de ello se derivan. Además, el tabaquismo favorece la mala cicatrización de heridas en caso de que la cirugía sea necesaria.

Daña los discos, deshidrata la columna y aumenta la osteoporosis

Otra grave consecuencia para la columna es que los químicos del tabaco dañan los discos vertebrales, afectan la circulación sanguínea de la columna vertebral y aumentan el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas vertebrales.

El tabaco causa malnutrición de los discos por la anoxia inducida y la enfermedad vascular que se deriva de su consumo. Existen estudios en animales que han demostrado una reducción importante del flujo sanguíneo vertebral tras la administración de nicotina. Por otro lado, la concentración más alta de monóxido de carbono en fumadores disminuye la capacidad de transportar oxígeno por parte de la hemoglobina, contribuyendo así a un mal riego vascular del disco.

Los químicos del tabaco, además, afectan directamente la viabilidad celular del disco intervertebral y existen estudios que demuestran estos cambios morfológicos a nivel microscópico que, al parecer, estarían en relación con la dosis de tabaco.

Así mismo, la exposición al tabaco estimula la producción de marcadores inflamatorios que degradan el disco y su matriz. Esto conlleva una pérdida de altura del disco que suele ser casi un 20 por ciento mayor en fumadores que en no fumadores. Más aún, si analizamos el disco vertebral de una persona fumadora, nos encontraremos con necrosis y fibrosis del núcleo pulposo y el anillo fibroso.

Tabaco y dolor de espalda en grandes fumadores

Dado que el tabaco no es el único factor de riesgo para sufrir una enfermedad degenerativa del disco, es difícil culparlo del 100% de nuestros dolores de espalda. Hay un grupo de pacientes que sufrirán de patología degenerativa muy importante sin necesidad de ser fumadores. Lo que está claro es que, según la mayoría de series, el riesgo de sufrir enfermedad degenerativa de columna se multiplica por seis en pacientes que fuman, comparados con los que no fuman.

En resumen, el tabaquismo incrementa el riesgo de degeneración y en consecuencia las probabilidades de requerir intervención tanto a nivel cervical como lumbar.

Cómo prevenir y aliviar el dolor de espalda

Lo primero: dejando de fumar. Aunque como es muy difícil hacerlo repentinamente, se puede ir disminuyendo progresivamente, ya que se conoce que existe una relación directa entre la cantidad de tabaco y los efectos deletéreos sobre la columna. Además de tener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio aeróbico y mantener una buena higiene postural de columna. Esto evitará la aparición de problemas derivados de la degeneración natural de la columna.