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La salud física y mental de los jóvenes españoles cae en picado
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Barómetro Juvenil 2021

La salud física y mental de los jóvenes españoles cae en picado

El coste de la factura de la pandemia en la población más joven es demasiado alto: baja un 30% la percepción de tener buena salud, se duplican los problemas mentales y la mayoría ve con desconfianza el futuro

Foto: Estrés y ansiedad minan a los jóvenes. (iStock)
Estrés y ansiedad minan a los jóvenes. (iStock)

Nadie se ha librado de pagar el peaje de la pandemia, y sin necesidad de echar carreras por alzarse con el ‘mérito’ de ser el más afectado, los jóvenes de entre 15 y 29 años no han salido bien parados. Entre los años 2017 y 2021, la cifra de los que perciben que su salud física es buena se ha desplomado desde el 86,7 al 54,6%; la mental también ha ido claramente a peor, y si hace cinco años el 6,2% de jóvenes admitía tener trastornos mentales, el año pasado lo hicieron el 15,9%, y aunque tan solo la mitad consultó con un especialista, el 36,2% recibió un diagnóstico clínico (la mayoría, de depresión y trastornos de ansiedad).

El 35,4% de los jóvenes ha tenido alguna vez ideas suicidas, y el 8,9% las tiene a menudo

Y una consecuencia alarmante: en solo dos años (de 2019 a 2021), las ideas suicidas constantes han aumentado tres puntos y se han instalado en el 8,9% (pero el 35,4% lo ha pensado alguna vez).

Estos son algunos preocupantes datos recogidos en el Barómetro Juvenil 2021, elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y Fundación FAD Juventud a partir de las encuestas realizadas a 1.500 jóvenes de toda España y con un nivel de estudios de, al menos, enseñanza secundaria.

¿Qué les pasa a los jóvenes?

La mitad de los diagnósticos son depresión (sobre todo a partir de los 25 años), ansiedad y fobias, seguidos muy de lejos (12,6%) por los trastornos de la alimentación (12,6). Los varones tienen mucho más problema que las chicas con las sustancias adictivas (13,8% frente al 3,4%) aunque, globalmente, las mujeres presentan más problemas de salud mental.

Foto: Ilustración: iStock.

En consecuencia, el consumo de psicofármacos está muy extendido, y uno de cada cuatro jóvenes los toma, aunque la mitad lo hace sin prescripción médica.

Otra pata del bienestar mental son los problemas psicosociales, y la encuesta pone de manifiesto que cambian según la edad: los jóvenes de 15 a 20 años tienen, sobre todo, dificultad para concentrarse (56%) y controlar sus impulsos; los de 20 a 24 años sienten inquietud y desasosiego (47%), irritación, explosividad y agresividad (38%), y a partir de los 25, este tipo de sentimientos es menos habitual (aunque también sienten tristeza, decaimiento y desesperanza).

placeholder Las peleas son más frecuentes en los chicos de menos de 20 años. (iStock)
Las peleas son más frecuentes en los chicos de menos de 20 años. (iStock)

Es llamativo, y relevante, que este grupo de población suele sufrir cansancio y apatía (48%), miedo e incertidumbre ante el futuro (45%), dificultades para dormir (44%) e inquietud y desasosiego (42%), unos síntomas que están estrechamente relacionados con el estrés que les produce su trabajo y los estudios (63%) y la situación económica (51,4%).

Futuro incierto

Lo cierto es que tienen razones objetivas para estar preocupados, ya que España es el país de nuestro entorno con las cifras de paro juvenil más altas (30%), según la OCDE, seis veces más que Japón (5%). Entre los que trabajan, sueldos bajos y temporalidad chocan con los altos precios de la vivienda. El resultado: tienen que seguir viviendo bajo el techo paterno hasta después de los 30 años (el Consejo de la Juventud en España asegura que solo 1,5 de cada 10 jóvenes puede emanciparse).

Foto: Foto: Reuters.

Para combatir el estrés, los jóvenes recurren a la actividad física y al entretenimiento; con frecuencia se apoyan en sus amigos (sobre todo en la franja de 15 a 19 años), pero a partir de los 25 años la familia es el gran apoyo.

La mitad de los que piensan que su salud mental no está bien consultan con un especialista, sobre todo un psicólogo, seguido del médico de familia y, por último, el psiquiatra.

Con todo, los más jóvenes son los que menos recursos utilizar para combatir el estrés, y recurren, más que los otros grupos, a emborracharse, meterse en peleas y practicar deportes de riesgo.

Salud física

La pandemia de covid también ha dejado huella en la salud física de los jóvenes, al menos en la percibida, con un desplome del más del 30% de los que aseguran sentirse bien. Eso también se traduce en una mayor preocupación por su estado de salud, y un aumento de la automedicación (un tercio toma medicamentos sin prescripción), pero también de consumo de fármacos recetados por el médico (el 41% de los jóvenes toma algún medicamento con receta varias veces al mes).

Foto: Foto: iStock.

Para sentirse bien, procuran llevar un estilo de vida saludable (más del 60% asegura que lo hace), haciendo ejercicio físico y con la alimentación, de aquí que cerca del 19% (8% más que en el año 2017) siga algún tipo de dieta.

Sin embargo, casi la cuarta parte tiene una discapacidad (o enfermedad crónica) que les limita su actividad y les hace sentirse discriminados.

La encuesta revela que la salud de la juventud española no pasa por buen momento, y que el desánimo ante un futuro incierto cunde: solo el 23% de los jóvenes piensa que la situación va a mejorar. Todo un toque de atención para la sociedad.

Nadie se ha librado de pagar el peaje de la pandemia, y sin necesidad de echar carreras por alzarse con el ‘mérito’ de ser el más afectado, los jóvenes de entre 15 y 29 años no han salido bien parados. Entre los años 2017 y 2021, la cifra de los que perciben que su salud física es buena se ha desplomado desde el 86,7 al 54,6%; la mental también ha ido claramente a peor, y si hace cinco años el 6,2% de jóvenes admitía tener trastornos mentales, el año pasado lo hicieron el 15,9%, y aunque tan solo la mitad consultó con un especialista, el 36,2% recibió un diagnóstico clínico (la mayoría, de depresión y trastornos de ansiedad).

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