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No solo dolor muscular: una investigación alerta sobre un nuevo riesgo de las estatinas
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Asociación Americana de Cardiología

No solo dolor muscular: una investigación alerta sobre un nuevo riesgo de las estatinas

Investigadores de la Universidad de Copenhague han estudiado a más de 402.000 personas y han identificado un gen que reduce el colesterol LDL (malo) igual que lo hace este popular fármaco, un efecto que favorece el desarrollo de cataratas

Foto: Catarata central. (iStock)
Catarata central. (iStock)

La enfermedad cardiovascular es la mayor ‘asesina’ en el mundo y en España, y aunque hay diferentes factores que favorecen su aparición, el colesterol es una de las grandes amenazas de la salud cardiaca y, en consecuencia, de nuestra supervivencia.

La guerra contra este terrible enemigo permanece activa desde hace décadas y, en los últimos tiempos, la intensidad se ha redoblado rebajando a 200 mg/dl las cifras de colesterol total consideradas como saludables, aunque más importante que ese límite es la cantidad de cada uno de los dos tipos de colesterol: el LDL (lipoproteína de baja densidad), el malo, que se deposita en las paredes de las arterias y aumenta el peligro de desarrollar patologías cardiacas y circulatorias, y el HDL (lipoproteína de alta densidad), el bueno, que devuelve el colesterol sobrante (el que no ha utilizado el organismo para sintetizar hormonas, vitamina D o formar ácidos biliares) al hígado para que lo elimine.

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Mantener el colesterol en niveles óptimos depende mucho del estilo de vida (sobre todo de la dieta y la actividad física), pero también de la genética. Cuando fallan estos aliados, no queda otra que echar mano del arsenal farmacológico, y las estatinas son, desde hace 30 años, las preferidas por su alta eficacia. Sin embargo, no todo son parabienes y a lo largo de su vida se han visto en el centro de noticias apuntándolas como responsables de consecuencias más o menos importantes para la salud, sobre todo dolores musculares.

El último efecto encontrado

El último episodio es de hace apenas unas horas -se ha conocido a través de un artículo publicado en el 'Journal of the American Heart Association'- y, para ser exactos, no está relacionado estrictamente con las estatinas, sino con una variante genética que causa un descenso del colesterol LDL “similar a la reducción que consiguen las estatinas”, informa la AHA en su web.

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Foto: iStock.

En la literatura científica hay trabajos que apuntan a una relación de causalidad entre el tratamiento con estatinas y el desarrollo de cataratas. Para confirmar ese nexo, un equipo de cardiólogos moleculares y genetistas de la Universidad de Copenhague se han centrado en el estudio de ciertos genes que se comportan de forma parecida a estos fármacos hipolipemiantes.

Para rebajar las cifras de LDL, las estatinas inhiben una enzima llamada HMGCR y algunas investigaciones han confirmado que unas variantes en el gen HMGCR afectan al modo en el que las personas metabolizan el colesterol. Jonas Ghouse, autor principal del trabajo que publica 'JAHA', afirma que existe un vínculo entre las variantes genéticas que anulan la HMGCR y el desarrollo de cataratas, una relación que “no pudimos encontrar con los nuevos medicamentos reductores de lípidos que no son estatinas”.

Una gran base de datos

El grupo danés estudió los datos genéticos de más de 402.000 personas incluidas en el Biobanco de Reino Unido (una gran base de datos de salud de residentes británicos). Se centraron en cinco variantes genéticas, previamente identificadas, que reducen el LDL para identificar a las personas portadoras de una mutación concreta que hace que ese gen no funcione. “Si el gen no funciona, el cuerpo no produce la proteína, y eso equivale a tomar una estatina”, explica el doctor Ghouse.

Una bajada del LDL hasta 38,7 mg/dl se asocia a un 14% más de riesgo de desarrollar cataratas

La investigación permitió detectar a portadores de la mutación genética y su riesgo de desarrollar cataratas. Concretamente, una bajada del LDL hasta 38,7 mg/dl (40 mg/dl es el valor considerado como normal) se asoció a un 14% más de riesgo de desarrollar cataratas y un 25% de cirugía de las cataratas.

Los autores insisten en la magnitud de la asociación entre alteración genética y la aparición de las cataratas, un riesgo que, matizan, no es el mismo en personas que comienzan a tomar estatinas a una edad más avanzada que quienes las toman desde muy jóvenes porque tienen hipercolesterolemia familiar. Son estas últimas las que se pueden beneficiar más del hallazgo porque “se podrían identificar y someterles a seguimiento más estrecho para monitorizar la evolución de cataratas”.

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A pesar de la consistencia de los resultados, los autores subrayan que “los beneficios de las estatinas para reducir los niveles de lipoproteínas de baja densidad en personas que tienen niveles altos de colesterol en la sangre superan por completo el pequeño riesgo de cataratas. Además, la cirugía de cataratas es efectiva y segura".

La opinión de los especialistas

Cardiólogos consultados por El Confidencial señalan que, realmente, no está claro si el riesgo de cataratas es por las estatinas o por las bajas cifras de LDL, ya que otros fármacos también han mostrado un efecto similar sobre el cristalino. La clave está, más que en el hallazgo puntual, en interpretar el estudio globalmente, sin sesgos y teniendo en cuenta factores, como las dosis del hipolipemiante administradas, la edad de los pacientes, sexo, etc.

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Confirmar ese vínculo, a partir de lo que se ve en las consultas, es prácticamente imposible, porque las estatinas se suelen prescribir a partir de edades intermedias, que coinciden con las de aparición de cataratas (muy frecuentes entre la población).

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El doctor Jorge Alió, catedrático de oftalmología de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, opina que “hay que poner en perspectiva este trabajo porque describe una asociación estadísticamente significativa entre cifras bajas de LDL y aparición de cataratas”. Sin embargo, “existe mucha evidencia de que este fármaco prolonga la vida y salva vidas”.

El también fundador de Vissum recuerda que “las cataratas son un fenómeno involutivo que nos afecta a casi todas las personas en un momento de nuestra vida y se debe a la oxidación del cristalino por la luz”. También hay factores genéticos y ambientales que influyen en su aparición, pero “no es tan fácil hacer una asociación de las cataratas con la ingesta de estatinas porque, probablemente, esté vinculada a una determinada dosis y a un determinado grupo de riesgo, entre otros factores”.

"Yo quitaría el miedo a quienes estén tomando estatinas, y seguro que la indicación médica y preventiva es que sigan haciéndolo", defiende el oftalmólogo, porque "es un hallazgo estadístico con valor científico, pero con una aplicación práctica que hay que filtrar por la utilidad de estos fármacos y su capacidad para prevenir enfermedades vasculares y de prolongar la vida".

La opinión científica es unánime: el beneficio de reducir el colesterol se impone a otros posibles efectos secundarios.

La enfermedad cardiovascular es la mayor ‘asesina’ en el mundo y en España, y aunque hay diferentes factores que favorecen su aparición, el colesterol es una de las grandes amenazas de la salud cardiaca y, en consecuencia, de nuestra supervivencia.

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