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Este calor nocturno te va a quitar 58 horas de sueño al año
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menos horas a partir de 25 ºC

Este calor nocturno te va a quitar 58 horas de sueño al año

Las últimas semanas han supuesto uno de los junios más calurosos que recordamos. Ahora, los expertos han investigado cómo afectan las altas temperaturas a nuestro descanso, y no son buenas noticias

Foto: Cada vez dormiremos menos en verano. (Foto: Reuters/Jon Nazca)
Cada vez dormiremos menos en verano. (Foto: Reuters/Jon Nazca)

Esta ola de calor, para ser junio, ha sido dura. Incluso los más negacionistas del cambio climático no pueden negar que piensan que "esto normal normal no es". Todo aquel que haya tenido que andar por la calle entre las 8 de la mañana y las 9 de la noche ha sido testigo, directo, de un agravio climático a su bienestar térmico. Esto, para todos aquellos mortales que no disponemos en nuestros hogares de aire acondicionado, ha supuesto sufrir algo casi peor que el horno diurno: el infierno nocturno.

Héroe aquel que haya podido dormir plácidamente y a pierna suelta esta noche en Zaragoza, con los 28 grados registrados a las 6 de la madrugada. Para el resto de las personas, dormir con calor es un auténtico calvario. Sudores, sed, movimientos continuos en busca del último rincón de almohada o colchón que no hayamos calentado ya hasta la temperatura de fusión con nuestro propio calor corporal; desesperación por haber perdido en el último momento ese sueño reparador prometido, etc. Dicho de otro modo, dormir con calor es una pesadilla.

"El cambio climático puede hacer la situación mucho peor al aumentar, de forma generalizada, la tasa mundial de pérdida del sueño"

La ciencia, por supuesto, no ha ignorado este hecho, que es mucho más difícil conciliar el sueño cuando hace calor, y no solo eso, sino que, además, el sueño es de mucha peor calidad que el invernal, bajo nuestro edredón, con la cara fría pero con el cuerpo calentito. El mayor estudio llevado a cabo sobre este concepto fue realizado en el año 2017 por el investigador Nick Obradovich, de la Universidad de Harvard y del Massachusetts Institute of Technology (MIT), y su equipo.

En este trabajo científico, Obradovich afirma que "está establecido, desde un punto de vista científico, que el sueño es un componente crítico de la salud del ser humano. Dormir poco puede hacer susceptible a una persona a patologías crónicas y otras enfermedades, y además puede provocar daños psicológicos que afecten a nuestro bienestar y a nuestra función cognitiva".

placeholder Dormir con calor puede ser desesperante. (iStock)
Dormir con calor puede ser desesperante. (iStock)

Y continúa: "Lo que muestra nuestro estudio no es solo que la temperatura ambiente tiene consecuencias directas en la calidad del sueño y que tienen la capacidad de estropearlo, sino que también el cambio climático en general puede hacer la situación mucho peor al aumentar, de forma generalizada, la tasa mundial de pérdida del sueño".

De hecho, un nuevo estudio llevado a cabo, de nuevo, por Nick Obradovich y su equipo, realizado con los datos de más de 47.000 adultos de más de 68 países de todo el mundo, se afirma que, a pesar de que el consenso (según la National Sleep Foundation de Estados Unidos) es que los adultos deben tener cada noche entre siete y nueve horas de sueño, si la temperatura en el exterior alcanza los 25 grados centígrados, la probabilidad de disfrutar de esas siete horas de descanso se reduce un 3,5% comparado con la base, tomada con temperaturas comprendidas entre los 5 y los 10 ºC.

En total, explican los investigadores, con el escenario actual de cambio climático, si todo continúa por el mismo camino, para el año 2099 perderemos, cada uno de nosotros, 58 horas de sueño al año. Si tenemos en cuenta, además, que estos días de calor se concentrarán sobre todo en verano y no en el mes de enero, nos enfrentaremos a épocas estivales en las que la falta de sueño se acumulará día tras día.

Foto: Foto: Unsplash/@alexagorn.

Pero en España estamos acostumbrados al calor, no debería costarnos nada adaptarnos, ¿no? Eso es lo mismo que creían los investigadores, pero los resultados del estudio echan por tierra esta teoría. Según explican, las personas que viven en climas más cálidos pierden una mayor cantidad de horas de sueño que aquellos en latitudes más frías. Esto, según Kelton Minor, uno de los investigadores principales, "sugiere que la gente no es capaz de adaptarse a las temperaturas más elevadas".

El científico predice que esta pérdida de horas de sueño solo se va a acentuar según avance el cambio climático, y los más afectados vamos a ser los que ya vivimos en países cálidos y no tanto aquellos que habitan en condiciones más templadas. Además, los investigadores descubrieron algo sorprendente: no nos adaptamos. Gracias a los datos que obtuvieron de sus más de 47.000 sujetos de estudio, la cantidad de horas de sueño perdidas a causa de las altas temperaturas es igual a principios de junio y a finales de agosto, lo que, según Kelton Minor, significa que en un mismo año da igual la cantidad de noches de calor que hayamos sufrido, porque nuestro organismo es incapaz de adaptarse para soportarlas mejor.

Esta ola de calor, para ser junio, ha sido dura. Incluso los más negacionistas del cambio climático no pueden negar que piensan que "esto normal normal no es". Todo aquel que haya tenido que andar por la calle entre las 8 de la mañana y las 9 de la noche ha sido testigo, directo, de un agravio climático a su bienestar térmico. Esto, para todos aquellos mortales que no disponemos en nuestros hogares de aire acondicionado, ha supuesto sufrir algo casi peor que el horno diurno: el infierno nocturno.

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