España se queda sin médicos de familia este verano (y esto es solo la punta del iceberg)
En estas fechas es más palpable que nunca la tensionada situación en la atención primaria. Una coyuntura derivada del abandono institucional y el desprestigio hacia la especialidad que provoca que muchos doctores decidan evitarla
La tensión que lleva sufriendo la atención primaria desde hace meses y la falta de médicos de familia se hace especialmente palpable con la llegada del verano. En toda España, los centros de salud tendrán que reducir considerablemente su actividad ante un escenario en el que ya faltaban especialistas y los que quedan cogerán unas merecidas vacaciones por turnos.
Desde Aragón alertan de que ven "insostenible" el verano con la falta de 72 médicos de familia en los centros de salud. En ambulatorios de Galicia han tenido que reorganizar las plantillas para no cerrar. Y más sangrante es el caso de la Comunidad de Madrid, donde asumen directamente que tendrán centros de salud sin médicos.
“Hemos llegado a doblar turnos para poder cubrir todas las consultas en verano”, explica a El Confidencial Pilar Borraz, coordinadora de un centro de salud de difícil cobertura de la provincia de Teruel. En una situación parecida se verán en Vigo, aunque es algo que llevan arrastrando tiempo, según explica María Montes, médico de familia en el Centro de Salud Pintor Colmeiro: “Yo llevo haciendo media jornada más varios días a la semana desde hace meses”.
“Nos quedamos con prácticamente la mitad de plantilla de médicos en verano”, señala Antonio Fernández-Pro Ledesma, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Además de los problemas estivales concretos derivados del abandono de la atención primaria por parte de las instituciones, desde la SEMG también alertan de un problema de fondo que produce que los doctores no quieran ser médicos de familia.
La falta de prestigio
A la castigada situación y las condiciones precarias en la atención primaria, que hacen huir de la especialidad de familia, se suma una falta de prestigio proveniente de los gobiernos e incluso de la universidad.
Fernández-Pro lo tiene claro: “No cabe ninguna duda de la falta de prestigio de la atención primaria y la falta de apoyo que tiene por parte de los políticos. Es evidentemente que viste mucho más la inauguración de una resonancia magnética de última generación que abrir un consultorio oncológico”. Esta “falta de apoyo manifiesto y de compromiso” por parte de las instituciones también es motivo de que no se cubran las plazas de jubilaciones o de bajas. Una situación de sobrecarga laboral en los ambulatorios que lleva a los doctores a no hacer la especialidad de familia.
Pero este desprestigio no solo se produce por el flanco gubernamental, también por el ‘alma mater’ de los médicos. “En la universidad no hay departamentos de atención primaria”, apunta el médico como otro de los motivos por los que muchos ni siquiera piensan en la importancia de la especialidad de familia para realizarla.
Este foco inexistente hacia la especialidad provocó que este año los números no cuadraran cuando se cerró el proceso de elección de las plazas de médico interno residente (MIR). Tras tres semanas en las que, por turnos, los 9.932 aspirantes que optaban a plaza en esta convocatoria presentaron sus listas de preferencias, 218 puestos quedaron vacantes. El elevado número de plazas desiertas es una excepción que no se había visto en la historia de elección del MIR. Y llama mucho más la atención que la mayoría de vacantes, 200 de 218, eran de medicina de familia.
Una tripe competición
El presidente de SEMG también describe un gran problema para dotar a muchos centros de salud de los médicos de familia necesarios derivado de una triple competencia.
Por un lado, Fernández-Pro apunta a una pugna entre las comunidades autónomas. Las regiones ofrecen condiciones distintas que inclinan la balanza de los especialistas a la hora de elegir, llegando a existir diferencias de hasta mil euros de sueldo en territorios vecinos.
Por otro, existe una competencia entre los centros de salud y los hospitales. Algunos profesionales prefieren trabajar en las clínicas antes que en la castigada atención primaria.
Y lo más flagrante, los médicos de familia que deciden irse a otros países en los que se les ofrece mejores condiciones laborales. “Hay una migración clara y rotunda, que tendrá un coste importantísimo para España”, considera el presidente de SEMG.
El verano es solo antesala
Tanto el presidente de la SEMG como las dos médicos de atención primaria coinciden en que el verano es la cara más visible de la falta de médicos de familia. Por un lado, porque los propios doctores no quieren esta especialidad, y por otro, por el abandono de la atención primaria por parte de las instituciones.
Ante este escenario, consideran que lo que pasa en los centros de salud en el periodo estival es solo la antesala de algo que se cronificará en todas las estaciones del año.
La médico aragonesa lo resume: “El déficit de médicos en atención primaria es una evidencia ya. Y en los próximos cinco años hay un porcentaje de compañeros que se va a jubilar y no hay recambio de médicos de familia”.
La tensión que lleva sufriendo la atención primaria desde hace meses y la falta de médicos de familia se hace especialmente palpable con la llegada del verano. En toda España, los centros de salud tendrán que reducir considerablemente su actividad ante un escenario en el que ya faltaban especialistas y los que quedan cogerán unas merecidas vacaciones por turnos.
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