La investigación española que abre una vía para tratar el tumor cerebral más letal en niños
Por primera vez, se ha tratado con un virus oncolítico el glioma difuso intrínseco de tronco. Es una investigación que abre la puerta a nuevos tratamientos contra cánceres de todo tipo
Alrededor de 40 niños son diagnosticados cada año en España de glioma difuso intrínseco de tronco (DIPG), el tumor cerebral que más muertes causa entre los pequeños. Este cáncer suele aparecer entre los 5 y 10 años y, actualmente, su tratamiento se basa en la radioterapia, pero la mitad de los pacientes pediátricos que la reciben no sobreviven más de un año.
Ahora, la Clínica Universidad de Navarra (CUN) y el Cima han abierto una vía para el tratamiento de este tumor que tantas muertes infantiles causa, con un punto de vista muy innovador. Por primera vez en el mundo se ha tratado con un virus oncolítico a niños con DIPG y se ha demostrado que el procedimiento es realizable y seguro.
Los resultados de este ensayo clínico, publicados en ‘New England Journal of Medicine’, destacan el carácter novedoso del tratamiento con virus oncolíticos para este tipo de tumores y subrayan la importancia de que se haya llevado a cabo un estudio pequeño y con una población bien seleccionada.
“El glioma difuso intrínseco de tronco es un tumor maligno que infiltra el tronco cerebral y que, por tanto, afecta a estructuras vitales del sistema nervioso central provocando manifestaciones neurológicas graves. Se trata de un tumor agresivo, con un pronóstico todavía sombrío”, explica el Dr. Jaime Gállego, especialista del Departamento de Neurología de la CUN y coordinador de su Área de Tumores Cerebrales.
Ensayo en 12 niños
El ensayo ha consistido en inyectar en el tumor un virus oncolítico desarrollado en el laboratorio de los doctores Juan Fueyo y Candelaria Gómez-Manzano, del MD Anderson Cancer Center de Houston, y con quienes el Laboratorio de Tumores Sólidos Pediátricos del Cima y la CUN mantienen una estrecha colaboración.
La intervención se realizó en 12 pacientes pediátricos diagnosticados con este tumor, provenientes de España y de otros países europeos. “En la misma intervención realizamos primero una biopsia del tumor y, a continuación, inyectamos el virus en su interior”, cuenta la Dra. Sonia Tejada, especialista en Neurocirugía responsable del procedimiento quirúrgico. “Hasta hace poco tiempo, estos tumores localizados en el tronco cerebral no se biopsiaban ni analizaban por el riesgo de secuelas neurológicas derivadas de la propia biopsia. Este ensayo no solo ha permitido obtener muestras de los tumores y caracterizarlos molecularmente, sino que ha demostrado que la inyección intratumoral de un virus oncolítico en estos tumores del tronco cerebral es realizable y se abre como una nueva vía de tratamiento”, detallan los doctores Gállego y Tejada.
Los resultados del ensayo demuestran que el procedimiento es posible y seguro; es decir, apenas ha generado toxicidad y los efectos adversos observados son en su mayoría leves y tolerables. “A los pocos días de la operación los pacientes recibieron el alta del hospital y procedieron a tratarse con radioterapia en sus respectivos centros. Al tratarse de un ensayo fase I realizado en un número muy reducido de pacientes no podemos extraer conclusiones sólidas sobre la eficacia del tratamiento, aunque es cierto que la mayoría de los pacientes han tenido una supervivencia mayor de la esperada, un resultado esperanzador que anima a seguir explorando esta alternativa terapéutica”, afirma la Dra. Marta Alonso, directora del Laboratorio de Tumores Sólidos Pediátricos del Cima y de la CUN.
En concreto, por el momento dos de los 12 niños han conseguido salvar sus vidas. Un número que, aunque pueda sonar bajo no lo es, ya que “hasta ahora todos los tratamientos para estos tumores han ido fracasando”, explica la Dra. Alonso a El Confidencial. “La media de supervivencia ha sido más alta de la que hubiese sido con otros tratamientos anteriores”, apostilla.
El ensayo clínico de la CUN y el Cima es de carácter académico –no está vinculado con la industria–, ha sido financiado por aportaciones de donantes, un proyecto del European Reserch Council (ERC-Consolidator, concedido a la Dra. Alonso) y por la propia CUN, que ha considerado el ensayo de interés general.
Un adenovirus
La Dra. Alonso comenzó a trabajar con este virus a principios de este siglo en el citado laboratorio de Houston. En concreto, el virus oncolítico empleado en el ensayo clínico es el adenovirus DNX 2401, un tipo de virus que causa mayoritariamente cuadros catarrales en la población: “Los efectos secundarios son los típicos de un catarro, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y poco más”.
Este virus ha sido modificado genéticamente para que solo pueda infectar, replicarse y matar selectivamente a las células tumorales. Además de ese efecto directo sobre las células tumorales, el virus oncolítico ejerce otro efecto antitumoral adicional potenciando la acción del propio sistema inmune del paciente frente al tumor.
En este estudio, los autores han podido “analizar el tumor y su microambiente antes del tratamiento, y han podido comprobar los cambios producidos y la respuesta inmune antitumoral desencadenada tras la administración del virus”, exponen los investigadores.
Una nueva vía contra más tumores
“Al carecer de un tratamiento eficaz para este tipo de tumor, hay un flujo constante de estrategias que se abren y se cierran”, señala la Dra. Alonso. “Gracias a este ensayo académico disponemos de una esperanza, una vía más prometedora para seguir avanzando hacia la cura de esta enfermedad”.
“Supone abrir un camino, al que todavía le queda mucho por recorrer, pero por lo menos es una vía que ya sabemos que es segura y que merece la pena seguir investigando en el laboratorio para mejorar esta estrategia o combinarla con otras cosas y tener mejores resultados”, añade sobre el tratamiento para el DIPG.
Y más allá de este tumor pediátrico, si se demuestra la eficacia, este tratamiento con virus oncolítico “podría tratar cualquier tipo de tumor en el que puedas acceder para poner el virus, que prácticamente son todos”. No solo para tumores sólidos de niños, también en adultos.
Los cánceres de sangre sí escaparían a este tratamiento, “porque esos virus difícilmente infectan las células de la sangre, con lo cual en tumores líquidos no tiene mucho sentido”, matiza la Dra. Alonso.
En cuanto a la aplicación clínica de este adenovirus contra los tumores, la experta apunta a que las investigaciones están “muy avanzadas”, pero apela a la prudencia a la hora de poner fechas, insistiendo en que todavía queda camino por recorrer.
Alrededor de 40 niños son diagnosticados cada año en España de glioma difuso intrínseco de tronco (DIPG), el tumor cerebral que más muertes causa entre los pequeños. Este cáncer suele aparecer entre los 5 y 10 años y, actualmente, su tratamiento se basa en la radioterapia, pero la mitad de los pacientes pediátricos que la reciben no sobreviven más de un año.