Dime cómo escribes los emails y te diré si tienes fatiga informática
El experto en desconexión digital Francisco Trujillo analiza el agotamiento digital en su nuevo libro. Es un riesgo creciente y muy pocas empresas están tomando medidas para mitigarlo
Hace unas semanas agendé una reunión presencial con una directiva. Cuando llegué al lugar de mi cita, no estaba. Me dijo que ella pensaba que nos veíamos online. Sin embargo, en nuestras conversaciones por correo electrónico, ella misma fue quien me dio el punto de encuentro.
Cada vez, despistes así son más generalizados. Este tipo de situaciones pueden ser señales de muchas cosas. Primero, de que vamos demasiado rápido y tenemos cosas de más en agenda. Segundo, pueden ser una indicación de agotamiento mental y la hiperconectividad podría tener mucho que ver.
El profesor de Derecho y experto en desconexión digital Francisco Trujillo (Castellón, 1984) lo tiene claro: la fatiga informática está en auge por la sobreinformación de la pandemia y es el momento de que las empresas tomen acciones urgentes al respecto.
Acaba de publicar 'La fatiga informática en el trabajo' (Editorial Bomarzo). En él, analiza la situación en nuestro país, pionero mundial en incorporar este término en la legislación, y sensibiliza sobre este riesgo emergente. Sus consecuencias pueden ir desde dolores de cabeza o de cuerpo hasta ataques al corazón o cuestiones de salud mental, como el agotamiento crónico. El efecto a largo plazo a nivel corporativo puede ser devastador.
Trujillo es consciente de que su libro, de casi 600 páginas, no es para la mesilla de noche de todos los españoles, sino más bien para las “estanterías del delegado de prevención de riesgos laborales o del departamento de recursos humanos”. Sin embargo, en sus palabras, hay sabiduría que cualquiera puede poner en marcha, sobre todo los lectores influyentes de este periódico.
Hasta el 93% de los directivos y gerentes en España afirmaron estar disponibles fuera del horario laboral, respondiendo llamadas o correos, según un reciente informe de Infojobs. El contexto no ayuda: 6 de cada 10 compañías encuestadas reconocían no tener ninguna medida para fomentar la desconexión digital de sus empleados.
Pregunta. ¿Estamos sobrecargados e hiperconectados de más?
Respuesta. La fatiga informática se ve en falta de atención, pérdida de memoria, incluso dolores cardiovasculares, infartos, aumento de peso… El trabajador está explotado y autoexplotado, porque se cree que se está realizando o que va a ser el heredero de la empresa y también está muy empujado por este rendimiento del mundo neoliberalista que estamos viviendo.
P. A mí se me cansa mucho la vista por tantas horas delante de la pantalla, lo cual es bastante común. ¿En qué otro tipo de cuestiones nos podemos dar cuenta de la fatiga informática?
R. Hay gente que está tan estresada que incluso la redacción de los correos es un síntoma de que están sufriendo un agotamiento digital.
P. ¿Cómo son esos emails?
R. Los escriben prácticamente sin enunciado o con errores ortográficos. (...) Lo vemos también en el WhatsApp. Personas que contestan prácticamente con monosílabos, ya agotadas. Esta persona necesita una pausa.
P. Suena a la manera de escribir de muchos jefes que he tenido.
R. Las personas con puestos directivos, que tienen sistemas de guardia y de responsabilidad son las que más se fatigan. A la vez, son los que generan a veces esta expectativa [de conexión constante]. Por eso la formación y sensibilización debe ir primeramente a ellos.
P. ¿Cómo pueden entender las personas directivas los problemas derivados de esa falta de desconexión?
R. Hay que sensibilizar de forma drástica, para cambiar esta expectativa y que sepan que la fatiga informática es real, que no es un estrés normal y que se cronifica. (...) Yo en mis formaciones hago como la Dirección General de Tráfico: informo de accidentes mortales, de daños cardiovasculares o del síndrome de Karoshi, que es una muerte por exceso de tiempo de trabajo.
P. Espero que quien nos esté leyendo se esté preguntando: ¿y ahora qué puedo hacer?
R. Que se analice, se haga un análisis interno, un DAFO [debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades]. Que maximice sus fortalezas y que sus debilidades no pesen tanto. Y si se está fatigando, que lo indique. En primer lugar, que vaya a su delegado de personal o a su representante de los trabajadores, para que la empresa haga caso a sus exigencias y le garantice un descanso efectivo.
P. En tu libro hablas de “la deuda de seguridad de la empresa frente al trabajador”. ¿Qué pueden y deben hacer las organizaciones?
R. Bajo la ley de prevención de riesgos, el empresario es el que debe garantizar la seguridad y el bienestar de sus empleados. Es como el padre respecto a sus hijos. Debe poner todos los medios a su alcance para evitar esta fatiga: medidas preventivas, de protección, estudios cuantitativos y cualitativos.
P. Y garantizar que se pueda cumplir el derecho a la desconexión digital, que todos tenemos en España. De hecho, estamos a punto de irnos de vacaciones. Danos algunos ejemplos de acciones que puedan tomar.
R. En vacaciones se pueden tomar medidas drásticas, como cerrar los servidores de las personas que estén fuera de su horario de trabajo. Si el trabajador tiene dos móviles, el de la empresa lo puede dejar en casa. (...) Y si tiene la manía de tener el email o el WhatsApp vinculado al móvil personal, pues eliminar los grupos de trabajo o silenciarlos. Son medidas informáticas y poco costosas, y el retorno de esta inversión es altísimo e inmediato. Generan una mayor energía al trabajador, una mayor felicidad y satisfacción. ¿Por qué? Porque está 100% descansado.
P. ¿Hay alguna empresa en particular que sea puntera en tratar la fatiga informática?
R. Hay muy pocas empresas que lo estén reconociendo en su evaluación de riesgos, no lo están planificando, no están adoptando medidas, porque lo desconocen. Los convenios lo mencionan, pero luego hay que ver la realidad de cada empresa.
P. Y a nivel convenio, ¿quién destaca en España?
R. El convenio colectivo estatal del sector de la banca, el convenio de Telefónica o de empresas como Ikea o Leroy Merlin. Sobre todo son empresas grandes y multinacionales. Reconocen la fatiga informática y que van a hacer formación, pero no detallan qué acciones.
P. Así que la legislación va más adelantada que la aplicación práctica. ¿Hay esperanza de que la situación avance?
R. Hay mucha pequeña y mediana empresa que no conoce el riesgo y hay mucho directivo que no está siendo el ejemplo a seguir para sus equipos. Sí que es cierto que ya hay gente que se está sensibilizando sobre la salud digital. Hay rayos de esperanza, pero el libro, si sale, es porque hay una deficiencia.
Si quieres recibir recomendaciones regulares sobre cómo tener una relación más sana con la tecnología, con el trabajo y cuidar de tu salud mental, puedes suscribirte gratuitamente al canal de Telegram del blog "Tecnosaludables": https://t.me/tecnosaludables
Hace unas semanas agendé una reunión presencial con una directiva. Cuando llegué al lugar de mi cita, no estaba. Me dijo que ella pensaba que nos veíamos online. Sin embargo, en nuestras conversaciones por correo electrónico, ella misma fue quien me dio el punto de encuentro.