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¿Una depresión puede avisar de un ictus? Los resultados de un nuevo estudio
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NEUROLOGÍA

¿Una depresión puede avisar de un ictus? Los resultados de un nuevo estudio

Aunque siempre se ha hecho la relación inversa, un nuevo estudio sugiere que esta alteración del estado psicológico podría ser una señal de alarma de un accidente cerebrovascular

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

La depresión postictus (DPI) es el trastorno afectivo más frecuente tras sufrir esta enfermedad cerebrovascular y el principal factor que limita la recuperación y rehabilitación de los pacientes, además de poder incrementar su mortalidad hasta 10 veces. Aunque siempre se haya asociado esta alteración psicológica posterior al ictus, una nueva investigación publicada en 'Neurology' muestra que en algunas personas los síntomas de depresión precedieron a la aparición del mismo y empeoraban después.

"La depresión es uno de los problemas más acuciantes en las personas que han sufrido un ictus y es tan común que se denomina depresión postinfarto", afirma la autora de la investigación, Maria Blöchl, de la Universidad de Münster en Alemania. "Pero nuestro estudio ha descubierto que los síntomas depresivos no solo aumentan notablemente tras el ictus, sino que las personas ya habían desarrollado algunos síntomas incluso antes de que se produjera", añade.

Para el análisis, los investigadores han analizado a 10.797 adultos con una edad media de 65 años y sin antecedentes de accidente cerebrovascular previos. Los participantes han sido observados durante 12 años. Durante ese tiempo, 425 personas tuvieron un ictus. Se les emparejó con 4.249 personas que no lo habían sufrido, pero que eran similares en cuanto a edad, sexo, identidad racial o étnica y otras condiciones de salud.

Foto: El estrés puede influir directamente en enfermedades cardiovasculares. (iStock)

Los participantes realizaron una encuesta cada dos años en la que se les preguntaba si habían experimentado síntomas de depresión en la semana anterior, incluyendo: sentirse deprimidos, sentirse solos, sentirse tristes, si todo era un esfuerzo y sueño intranquilo. Cuantos más síntomas tuvieran los participantes, mayor sería su puntuación.

Los investigadores descubrieron que, seis años antes del momento del ictus, las personas que posteriormente lo sufrieron y las que no tenían puntuaciones más o menos iguales, de unos 1,6 puntos. Pero unos dos años antes del ictus, las puntuaciones de las personas que lo tuvieron empezaron a aumentar, una media de 0,33 puntos. Tras el ictus, los síntomas depresivos aumentaron otros 0,23 puntos en este grupo, alcanzando un total de unos 2,1 puntos y se mantuvieron así de altos durante los 10 años posteriores. En cambio, las puntuaciones de las personas que no sufrieron un ictus se mantuvieron más o menos igual a lo largo del estudio.

"La depresión no es solo un problema posterior al accidente cerebrovascular, sino también un fenómeno anterior al mismo"

Al evaluar si las personas podían considerarse clínicamente deprimidas, con una puntuación de tres puntos o más en la escala, los investigadores descubrieron que surgía un patrón de resultados ligeramente diferente. En la evaluación previa al ictus, el 29% de las personas que estaban a punto de sufrirlo cumplían los criterios de depresión, en comparación con el 24% de los que no lo habían sufrido. Pero en el momento de producirse, el 34% de las personas que lo tuvieron cumplían los criterios para tener una probable depresión, en comparación con el 24% de las que no pasaron por ello. Esas cifras eran prácticamente las mismas seis años después del ictus.

"Esto sugiere que los síntomas crecientes de depresión antes del ictus son, en su mayoría, cambios sutiles que pueden no ser siempre clínicamente detectables. Pero incluso los aumentos leves de los síntomas depresivos, especialmente los relacionados con el estado de ánimo y la fatiga, pueden ser una señal de que el ictus está a punto de producirse", señala Blöchl.

placeholder Mujer preocupada sentada en el suelo al lado de cama. (Stock)
Mujer preocupada sentada en el suelo al lado de cama. (Stock)

"La depresión no es solo un problema posterior al accidente cerebrovascular, sino también un fenómeno anterior al mismo", indica Blöchl. "No está claro si estos cambios previos al ictus pueden utilizarse para predecir quién lo sufrirá. Los síntomas depresivos que se producen antes del ictus deben ser investigados en futuros estudios".

La depresión postictus (DPI) es el trastorno afectivo más frecuente tras sufrir esta enfermedad cerebrovascular y el principal factor que limita la recuperación y rehabilitación de los pacientes, además de poder incrementar su mortalidad hasta 10 veces. Aunque siempre se haya asociado esta alteración psicológica posterior al ictus, una nueva investigación publicada en 'Neurology' muestra que en algunas personas los síntomas de depresión precedieron a la aparición del mismo y empeoraban después.

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