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Los destinos donde hacerse un 'lavado de sangre' contra el covid persistente: ¿negocio o salud?
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Los destinos donde hacerse un 'lavado de sangre' contra el covid persistente: ¿negocio o salud?

Clínicas de Suiza, Alemania y Chipre ofrecen tratamientos de filtrado de la sangre contra las secuelas del SARS-CoV-2. No hay evidencia científica de su utilidad, pero sí de que suponen un gran desembolso. Una investigación de 'BMJ' destapa la trama

Foto: Filtrado de sangre. (iStock)
Filtrado de sangre. (iStock)

La pandemia de covid está dejando situaciones extrañas que todavía necesitan explicación científica, como son las decenas de secuelas asociadas a la infección por el coronavirus y que se han metido en el saco de covid persistente. Muchas personas superan la enfermedad, pero el cansancio extremo, la sensación de estar vacíos de energía o la dificultad para dormir perduran hasta el punto de impedirles seguir con su vida normal precovid. Y, lo peor: no existe, de momento, ningún remedio que tenga una eficacia demostrada.

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Pero a grandes males, soluciones ingeniosas, que a menudo están a caballo entre la pseudociencia y la charlatanería y casi siempre resultan beneficiosas en términos económicos para sus promotores. Esta es la realidad que pone al descubierto una investigación de Madlen Davies, editora del 'British Medical Journal', junto a ITV News, al revelar que “miles de personas viajan a clínicas privadas de Chipre, Alemania y Suiza para someterse a un lavado de sangre”.

Un grupo de Facebook y la técnica

Técnicamente, se trata de una aféresis, un procedimiento que consiste en pasar la sangre por una máquina para separar los diferentes componentes, extrayendo los que se necesitan (por ejemplo, las plaquetas) y devolviendo el resto al cuerpo. Se trata de una práctica habitual en los centros de donación de sangre y se emplea para tratar numerosas enfermedades, desde hematológicas hasta digestivas. Pero lo que los expertos cuestionan es si estas terapias invasivas deberían ofrecerse sin pruebas suficientes y, en concreto, para tratar los síntomas de covid persistente.

placeholder Extracción de plasma de la sangre de un donante recuperado de covid-19. (EFE/Rodrigo Sura)
Extracción de plasma de la sangre de un donante recuperado de covid-19. (EFE/Rodrigo Sura)

En la investigación, la editora de 'BMJ' incluye testimonios de personas que se han sometido al ‘lavado de sangre’, como la psiquiatra Gitte Boumeester, de los Países Bajos, que se contagió de SARS-CoV-2 en noviembre de 2020. Durante meses, experimentó cansancio extremo, confusión mental, palpitaciones... Unos síntomas que atribuía al virus, pero un año después, en noviembre de 2021, después de dos intentos fallidos de retomar su trabajo, tuvo que abandonar su actividad.

Se unió a un grupo de Facebook de pacientes con covid de larga duración, en el que muchos afectados hablaban de viajar a Alemania para hacerse un tratamiento de 'lavado de sangre'. En ese foro también se informó de la apertura de una clínica nueva en Chipre, el Long Covid Center, en Lárnaca, que ofrecía aféresis. "Pensé: ¿qué es lo peor que tengo que perder? El dinero era lo único", cuenta la psiquiatra a 'BMJ'.

Dos meses después, estaba de vuelta a su casa, con los mismos síntomas y con 50.000 euros menos

Se decidió a intentarlo y dos meses después estaba de vuelta a su casa en los Países Bajos, con los mismos síntomas y con 50.000 euros menos, el importe total de seis sesiones de aféresis (1.685 euros cada una), nueve de oxigenoterapia hiperbárica (a 150 euros la sesión) y un cóctel intravenoso de vitaminas y una inyección de vitamina D (50 euros) en la clínica privada Poseidonia, al lado del centro médico. En esa clínica también le recomendaron glutatión y aminoácidos intravenosos. “Estaba un poco dudosa, sobre todo con el tratamiento adicional, pero me dije que, si estaba allí, haría cualquier cosa”, confiesa Boumeester.

En declaraciones a 'BMJ', un portavoz de Poseidonia defiende que todos los tratamientos ofrecidos “se basan en la evaluación médica y clínica de nuestros médicos y nutricionista clínico, y el diagnóstico y seguimiento se hacen a través de un análisis de sangre, según los criterios de buena práctica médica”.

Consentimiento firmado

La psiquiatra, que firmó el consentimiento informado del tratamiento de aféresis, también recibió una hoja con el consejo de tomar terapia anticoagulante (aspirina, clopidogrel y una infusión intravenosa de un anticoagulante y un antiviral) hasta dos veces por semana. Además, le recomendaron que comprara clopidogrel para dos semanas e hidroxicloroquina —cuya eficacia quedó descartada en una revisión de Cochrane publicada en 2021— para 10 días como un tratamiento precoz ante una eventual reinfección por el coronavirus. Para finalizar, las recomendaciones también incluían suplementos nutricionales y una dieta cetogénica.

Foto: Foto: EFE/Mario Guzmán.

El empresario austriaco Marcus Klotz, cofundador del Long Covid Center, dijo a 'BMJ': “Nosotros, como clínica, no publicitamos ni promocionamos. Aceptamos pacientes que tienen problemas de microcirculación y quieren ser tratados con aféresis. Si alguien necesita una receta, nuestro médico lo evalúa individualmente o lo deriva a otros médicos especializados cuando sea necesario”.

Medias verdades

¿Se puede hablar de engaño? No en sentido estricto, pero sí de falta de evidencia científica. Shamil Haroon, profesor de Atención Primaria en la Universidad de Birmingham e investigador del ensayo 'Therapies for Long Covid in Non-hospitalised individuals (TLC)', justifica que los afectados por covid persistente intenten recuperar a toda costa su normalidad. “Pero, potencialmente, podrían arruinarse si acceden a estos tratamientos, para los cuales existe evidencia limitada o nula sobre su efectividad”, advierte.

Es un tratamiento que no se ha probado en un ensayo clínico, que puede beneficiarles o no, pero lo más preocupante es el riesgo de que cause daños

En su opinión, este tipo de tratamiento experimental debería ofrecerse en el contexto de un ensayo clínico, una idea que comparte la doctora Beverley Hunt, directora médica de la organización benéfica Thrombosis UK: “Me preocupa que a estos pacientes se les hayan ofrecido terapias que no han sido evaluadas por métodos científicos modernos, ensayos clínicos bien diseñados. El tratamiento puede beneficiarles o no, pero lo más preocupante es el riesgo de causar daños”.

¿De dónde sale la idea del 'lavado de sangre'? Según cuenta la investigación, la idea surgió de la internista alemana Beate Jaeger, en marzo de 2020, al leer los problemas de coagulación que provocaba el covid. Pensó que la aféresis podría ser un procedimiento eficaz y pidió a sus colegas aplicarla en pacientes ingresados en UCI. Su propuesta fue rechazada y empezó a tratar con aféresis a pacientes con covid de larga duración en su clínica en Mulheim. Asegura que ha tratado con éxito a miles de afectados, lo que no le impide admitir que es una terapia experimental.

La Asociación Médica de Renania del Norte, que examina si los médicos han violado su código de conducta profesional, asegura a Madlen Davies que no ha recibido ninguna queja sobre Jaeger o su clínica, pero, de todas formas, es un asunto que investigará.

Los que han probado

Uno de los que oyeron hablar a Jaeger de esta técnica fue el empresario Markus Koltz, que, cansado de recibir sin éxito diferentes tratamientos para su covid persistente, se decidió a probarlo. El resultado fue bueno y fundó la página de Facebook de la Asociación de Aféresis (que cuenta con 4.700 miembros) y después puso en marcha el Long Covid Center.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Como la psiquiatra de Países Bajos, el empresario británico Chris Witham, de 45 años, padeció covid durante mucho tiempo y gastó el año pasado más de 8.000 euros en un tratamiento de aféresis (incluidos los gastos de viaje y alojamiento) en Kempten, Alemania. "Hubiera vendido o regalado mi casa para mejorar, sin pensarlo dos veces", reconoce a 'BMJ', pero tampoco mejoró. Por el contrario, otros seis pacientes consultados por la autora de la investigación admitieron la mejoría de sus síntomas (no la curación).

Con la evidencia actual, pocos médicos se atreven a defender la utilidad de la aféresis para tratar el covid persistente, pero también son muchos los que no la descartan. Como casi siempre ocurre ante los nuevos tratamientos médicos (y sobre todo en lo relacionado con el covid-19), todavía faltan estudios que apuntalen la evidencia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el 10% y el 20% de los pacientes sufren síntomas durante, al menos, dos meses después de una infección aguda por covid-19. Un estudio publicado en 'The Lancet' ha encontrado más incidencia de covid persistente en las primeras olas del virus y en la variante delta. Sin embargo, en la actual de ómicron, los casos de covid de larga duración bajan hasta el 4,5%. De momento.

La pandemia de covid está dejando situaciones extrañas que todavía necesitan explicación científica, como son las decenas de secuelas asociadas a la infección por el coronavirus y que se han metido en el saco de covid persistente. Muchas personas superan la enfermedad, pero el cansancio extremo, la sensación de estar vacíos de energía o la dificultad para dormir perduran hasta el punto de impedirles seguir con su vida normal precovid. Y, lo peor: no existe, de momento, ningún remedio que tenga una eficacia demostrada.

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