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El verano y las picaduras de insectos: descubre cómo diferenciarlas
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MOLESTAS Y DOLOROSAS

El verano y las picaduras de insectos: descubre cómo diferenciarlas

Esta es la época idónea para que mosquitos, chinches y pulgas campen a sus anchas y suframos sus temidas picaduras. Saber diferenciarlas es una medida de prevención vital

Foto: La picadura del mosquito 'Aedes japonicus' puede contagiar el virus del Nilo Occidental. (iStock)
La picadura del mosquito 'Aedes japonicus' puede contagiar el virus del Nilo Occidental. (iStock)

La llegada del verano es sinónimo de sol, de buen tiempo, de playa o montaña… pero también de las molestas y temidas picaduras de insectos. Es inevitable, más tarde o más temprano alguno de ellos nos pica y aparecen esos pequeños habones o ronchas que se van haciendo grandes por momentos y cuyo veneno produce una irritación local y un molesto picor que hace que no podamos parar de rascarnos.

El frío, aplicado de forma local, produce un efecto vasoconstrictor, lo que reduce la sensación de picor en la mayoría de picaduras. En cualquier caso, siempre es conveniente tener a mano antihistamínicos o productos domésticos, como los de Rentokil, para acabar con estos parásitos de forma eficaz. La higiene y los insecticidas también son fundamentales para evitar la proliferación de estos temidos insectos.

Foto: Foto: iStock.

Con la llegada de las altas temperaturas, los insectos encuentran las condiciones climatológicas perfectas para reproducirse. Por eso son tan comunes las picaduras de todo tipo de insectos en la época estival. Pero ¿son todas las picaduras son iguales? Claramente no.

Picaduras más habituales en España

Mosquitos: suelen ser las picaduras más comunes y, aunque son bastante molestas debido a su hinchazón y picor intenso, es raro que puedan transmitir algún tipo de enfermedad. Existen unas 3.500 especies de mosquitos en todo el mundo y son las hembras las que pican y succionan nuestra sangre aprovechando la caída del sol, ya sea por la tarde o por la noche.

Mosca negra: con un cuerpo algo más grueso que el de los mosquitos, unas alas anchas y unas patas cortas, sus picaduras se caracterizan por tener un punto interior con sangre y una importante inflamación e irritación alrededor de la zona afectada que puede durar varios días.

Avispas: a diferencia de los mosquitos, sus picaduras son muy dolorosas y la zona afectada puede seguir aumentando de tamaño lentamente durante horas. Estos insectos tienen la capacidad de picar una y otra vez ya que no dejan su aguijón al cometer su crimen.

placeholder La picaduras de avispa suelen ser muy dolorosas. (iStock)
La picaduras de avispa suelen ser muy dolorosas. (iStock)

Abejas: la prima hermana de la avispa, sí pierde el aguijón en la picadura y muere. Junto al aguijón, las abejas dejan una bolsa con el veneno, que sigue bombeando mientras el aguijón está clavado. Por eso, lo más importante es retirar cuanto antes el aguijón con un objeto sin punta.

Pulgas: las picaduras de estos insectos suelen aparecer en forma de roncha roja pequeña, muy agrupadas o siguiendo una especie de línea y es muy habitual que piquen en los pies o en la parte baja de las piernas. No duelen, pero sí pican bastante, aunque su hinchazón no es demasiado escandalosa.

Chinches: pequeñas, planas o con protuberancias; en el cuello, manos, brazos o piernas; con enrojecimiento, hinchazón o picazón… Así son las picaduras de estos pequeños, pero muy molestos insectos.

placeholder Pequeñas, rojas y con picazón: así son las picaduras de las chinches. (iStock)
Pequeñas, rojas y con picazón: así son las picaduras de las chinches. (iStock)

Garrapata: se quedan clavadas en la piel chupando la sangre poco a poco y necesitan ser extraídas mediante unas pinzas tirando de forma suave y constante para arrancarla del todo.

Arañas: su picadura es muy característica ya que deja una mancha roja con dos puntos centrales como recuerdo, lo que la hace muy reconocible. En nuestro entorno, la mayoría de las arañas no son peligrosas.

La llegada del verano es sinónimo de sol, de buen tiempo, de playa o montaña… pero también de las molestas y temidas picaduras de insectos. Es inevitable, más tarde o más temprano alguno de ellos nos pica y aparecen esos pequeños habones o ronchas que se van haciendo grandes por momentos y cuyo veneno produce una irritación local y un molesto picor que hace que no podamos parar de rascarnos.

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