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¿Te gusta pasear descalzo por la playa? ¡Ojo, porque quizás no sea buena idea!
  1. Bienestar
PELIGRO PARA TUS PIES

¿Te gusta pasear descalzo por la playa? ¡Ojo, porque quizás no sea buena idea!

Todos pensamos que caminar descalzo por la playa aporta múltiples beneficios. Sin embargo, debes tener cuidado porque puede provocarte lesiones en los tendones y articulaciones

Foto: ¿Te gusta pasear descalzo por la playa? ¡Ojo, porque quizás no sea muy buena idea! (Unsplash/Nadia Jamnik)
¿Te gusta pasear descalzo por la playa? ¡Ojo, porque quizás no sea muy buena idea! (Unsplash/Nadia Jamnik)

Caminar descalzo por la playa es una actividad de lo más relajante. Nos permite liberarnos del estrés y poner nuestras ideas en orden mientras contemplamos el mar y escuchamos el rumor de las olas. Es tan agradable que incluso nos permite perder calorías y adelgazar sin apenas sudar.

De hecho, muchas personas aprovechan el verano para dar largos por la orilla de la playa, como una manera sana de hacer ejercicio físico que, a su vez, fortalece la resistencia y la fuerza del cuerpo y mejora la salud cardiovascular. Hasta ahí, todo perfecto.

Foto: Aprovecha los beneficios de caminar en la playa. (Pexels/Ben Mac)

Sin embargo, y aunque caminar sobre la arena suele fortalecer los músculos y los tendones y actúa como un cojín natural para reducir la tensión en las articulaciones y los pies, puede resultar perjudicial si se abusa de largas caminatas, ya que puede tener un impacto negativo sobre nuestros pies.

Mejor sobre la arena dura

Y es que no es lo mismo caminar descalzos por la orilla que sobre la arena seca. En el primer supuesto, la arena mojada nos aporta un suelo blando, pero suficientemente consistente como para andar de forma segura, mientras que, en el segundo caso, el pie se hunde en la arena seca, algo más blanda, y el esfuerzo que tenemos que hacer para mantener la estabilidad es mayor. Tanto es así que estos paseos pueden sobrecargar la musculatura y provocar lesiones al ejercer más tensión sobre los tendones y tener menos soporte en las articulaciones, como es el caso de los tobillos y los talones.

El suelo de las playas no es plano, por lo que caminar sobre este tipo de superficies hace que forcemos más las articulaciones y el cuerpo esté en desequilibrio, provocando que una pierna soporte más peso que la otra, debido a que los pies caminan en un ángulo al que no están acostumbrados y se produzca un tirón muscular, una sobrecarga en los gemelos u otra lesión, como las contracturas y calambres.

Las largas caminatas por la orilla pueden tener un impacto negativo sobre nuestros pies

Las personas con artrosis, artritis o reumatismo crónico deben tener especial cuidado al andar descalzos por la playa, ya que el tipo de suelo conduce a una marcha más difícil y dolorosa en comparación con una superficie plana y estable. Además, estas caminatas pueden provocar la aparición de fascitis plantar.

Caminar descalzo por la playa es una actividad de lo más relajante. Nos permite liberarnos del estrés y poner nuestras ideas en orden mientras contemplamos el mar y escuchamos el rumor de las olas. Es tan agradable que incluso nos permite perder calorías y adelgazar sin apenas sudar.

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