Consejos para comer sano y huir de la comida rápida

Si estás acostumbrado a consumir comida fuera de casa o eres un adicto a pedir comida a domicilio, deberías intentar cambiar los hábitos cuanto antes. El consumo de alimentos procesados, además de ser dañino para la salud, es caro y perjudica al bolsillo personal y familiar. Por ello, sería bueno seguir estos consejos para comer bien sin gastar demasiado dinero.

Evidentemente, también es bueno salir a cenar, a comer o pedir comida para consumirla en casa, de vez en cuando. La rutina constante no es buena en ningún sentido. Darse un capricho no es insano, pero sí lo es convertirlo en una costumbre. El dinero que empleas en comer productos elaborados en restaurantes o en cadenas de comida rápida puedes emplearlo en llenar tu cesta de la compra de manera rica y saludable.

Cuando tienes mucha hambre, puedes actuar compulsivamente. Por ello, el primero de los consejos pasa por reservar una parte del tiempo, durante la semana, para cocinar y dejar listos varios platos para esos momentos. De esta manera, te encontrarás la nevera llena y no necesitarás recurrir al teléfono para pedir una pizza o comida china. Tu estómago y tu bolsillo lo agradecerán enormemente.

La comida rápida es cara e insana

Si no estás acostumbrado a cocinar, pide ayuda o busca, en redes sociales, personas que te puedan ayudar a iniciarte en ello. Cocinar puede resultar un muro infranqueable para aquellos que nunca lo han hecho, pero, con el tiempo, puede acabar resultando hasta un placer y un método perfecto para desconectar y relajarse.

Evidentemente, para cocinar sano, debes dedicar tiempo a ir a la compra para llenar tu cesta de alimentos saludables. Evita los productos congelados, para microondas o que requieren de muy poco para estar hechos. Apuesta por carnes frescas, pescados, legumbres y frutas de calidad. Por el mismo dinero que empleas en comida rápida, puedes comprar lo mismo y comerás de manera mucho más sana.

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Alberto Bravo

Si no estás acostumbrado a estar en la cocina, comienza por recetas fáciles. Cocínate una pechuga de pollo acompañada de unas verduras troceadas al vapor o rehogadas con una pizca de aceite de oliva. Si te apetece comer pescado, puedes hacerlo hervido o al horno acompañándolo de unas patatas cocidas o de una ensalada fresca de lechuga, tomate o pepino.

Para el resto de la semana, prepara varios recipientes con comida que puedas dejar almacenada en la nevera o en el congelador. Por ejemplo, apuesta por verduras como el brócoli, la zanahoria cocida o rehogada o los guisantes. Estos últimos los puedes sofreír en el momento con un poco de jamón ibérico. Te quedará un plato exquisito y fácil de realizar en pocos minutos.

Si llenas tu frigorífico con comida sana, no tendrás que recurrir a la comida basura cuando tengas un ataque de hambre. Si tienes hijos, acostúmbrales a visitar la nevera para tomar alimentos sanos. Erradica de tu vida diaria los productos saturados, los dulces a diario y apuesta por productos frescos y naturales. Es la mejor manera de sentirse libre del enganche que produce pedir comida a domicilio.