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El 'fármaco' de nanopartículas que elimina el Helicobacter pylori sin dar antibióticos
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Una vez al día dos semanas

El 'fármaco' de nanopartículas que elimina el Helicobacter pylori sin dar antibióticos

El tratamiento de esta bacteria, que favorece la úlcera y el cáncer gástrico, incluye varios antibióticos, pero con frecuencia la infección persiste. Científicos portugueses han creado una pastilla que destruye el germen de forma segura

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Los virus del momento son el coronavirus SARS-CoV-2, el de la viruela del mono, el de la ‘gripe del tomate’ o el poliovirus. Desde hace meses, no pasa un día sin que alguno de estos ‘famosos’ patógenos ocupe titulares en los medios. Mientras, otro viejo conocido ha dejado de ser tendencia, aunque no ha perdido ni una pizca de su poder infectivo: es el Helicobacter pylori, una bacteria que afecta a muchas más personas que la suma de todos los virus ‘de moda’.

Más de la mitad de la población mundial está infectada (hasta cerca del 80% en los países en desarrollo), de la que el 10% tendrá úlcera péptica y un 2% cáncer gástrico (el noveno más diagnosticado en España y el quinto en número de muertes).

Foto: Test diagnóstico del H. pylori. (iStock)

La irrupción del H. pylori hace 40 años cambió radicalmente el tratamiento de muchas enfermedades digestivas -entre ellas, el de la úlcera, la gastritis y hasta del cáncer de estómago-. Ya no consistía en abordar el problema concreto, sino en eliminar la bacteria del organismo del paciente, y eso se conseguía con un cóctel de medicamentos, que incluían inhibidores del ácido gástrico (omeprazol) y dos o tres antibióticos. La estrategia resultó un éxito... temporalmente, porque la bacteria no tardó en desarrollar resistencia a los antibióticos, obligando a replantear el plan de ataque.

El doctor Juan Carlos Fuentes, médico de familia del Centro de Salud Los Rosales, de Madrid, ilustra los continuos cambios terapéuticos: “Empezamos con la terapia OCA 7 (omeprazol, claritromicina y amoxicilina durante siete días), que ha ido cambiando con la sucesiva aparición de resistencias. Ahora utilizamos la terapia OCAM 14 (omeprazol, claritromicina, amoxiclina y metronidazol, dos semanas)”, y si fracasa, hay otros tratamientos alternativos de diez días. Dicho de otra forma: hay que tomar unas 10 pastillas al día, que no siempre son bien toleradas.

La amenaza de las resistencias

Un estudio europeo dirigido por Javier Gisbert y Olga Nyssen, del Hospital de La Princesa (Madrid), sobre más de 22.000 pacientes, ha encontrado que el 22% tuvo efectos adversos por el tratamiento, los más comunes son: sabor metálico (7%), diarrea (7%) y dolor abdominal (4%), y solamente en el 0,4% fueron graves. Y pesar de todo, no se debe suspender el tratamiento. “Está claramente demostrado que, si se deja a medias, la probabilidad de que la bacteria mute y se haga resistente a los antibióticos es muy alta. Por eso se recomienda hacer los tratamientos con tiempo y dosis establecidos para eliminarla”, enfatiza el doctor Luis Bujanda, responsable del Área de Enfermedades Hepáticas y Gastrointestinales del Instituto Biodonostia.

placeholder Los efectos adversos del tratamiento suelen ser pasajeros. (iStock)
Los efectos adversos del tratamiento suelen ser pasajeros. (iStock)

Un trabajo europeo, liderado por el propio Luis Bujanda y publicado en ‘Antibiotics’, ha detectado que las resistencias a los tres antibióticos que se utilizan generalmente -claritromicina, levofloxacino y metronidazol- superan el 20%. La consecuencia: un 10% de infectados que tienen que repetir una nueva tanda de tratamiento.

Nueva molécula con componentes conocidos

Así pues, está claro que hay que buscar soluciones, y una de las más prometedoras es la del grupo de la investigadora Laura Parreira, del Instituto Nacional de Ingeniería Biomédica de Portugal. El equipo ha desarrollado NanoPyl®, una formulación de nanopartículas lipídicas que, administrada por vía oral, disminuye la carga de H. pylori en la microbiota gástrica al tiempo que mantiene sana la mucosa del intestino. A diferencia de los antibióticos, la molécula patentada por los lusos no induce la resistencia bacteriana y no altera la microbiota intestinal del huésped.

La 'pastilla' está compuesta de nanopartículas de excipientes usados en la industria farmacéutica y estabilizantes/emulsionantes alimentarios

En un ensayo de 14 días de duración en animales, la molécula ha reducido el 90% de la carga gástrica de H. pylori, y para seguir avanzando hasta convertirlo en una realidad clínica, Laura Parreira ha recibido una ayuda de 100.000 euros de Fundación La Caixa. Según explica la científica a El Confidencial, “estas nanopartículas están hechas de compuestos aprobados para ser utilizados como excipientes en la industria farmacéutica y estabilizantes/emulsionantes en la industria alimentaria”.

Lo nuevo “es su uso para abordar la infección por H. pylori”, y para este fin el ‘fármaco’ aún no está comercializado. NanoPyl® actúa sobre Helicobacter pylori “de forma rápida e irreversible, ya que rompe la membrana bacteriana permitiendo el mantenimiento del microbioma del estómago”.

Necesidad urgente

Parreira recuerda que las combinaciones de antibióticos están en la primera línea terapéutica, pero “la bacteria es altamente resistente a los antimicrobianos y por eso el porcentaje de fracasos es muy alto, lo que significa que las personas siguen infectadas, a veces incluso después de varias rondas de tratamiento”. Traducido a números, “hasta 1.600 millones de personas en todo el mundo fracasarán en la terapia”, un dato lo suficientemente contundente como para afirmar que “existe una necesidad urgente de nuevas estrategias para controlar la infección por H. pylori”.

placeholder Paula Parreira, del Instituto Nacional de Ingeniería Biomédica de Portugal. (INEB)
Paula Parreira, del Instituto Nacional de Ingeniería Biomédica de Portugal. (INEB)

Así pues, este compuesto a base de nanopartículas promete resultados muy halagüeños. Sin embargo, recordando el historial de resistencias de la bacteria, es inevitable pensar que también tendrá una tasa de fracasos y consecuencias de una fallida erradicación. La científica afirma que “los datos in vivo muestran que NanoPyl® reduce la carga bacteriana en, al menos, un 90%, por encima del 70-80% que alcanzan la mayoría de los antibióticos. De hecho, cerca del 50% de los animales tratados durante 14 días estaban libres de H. pylori al final del tratamiento”. También descarta una posibilidad de recurrencia de la infección superior que con la terapia habitual.

El fármaco está diseñado para uso oral, una vez al día durante dos semanas

Otro punto a favor es que “el tratamiento puede repetirse tantas veces como sea necesario, ya que NanoPyl® es específico de H. pylori, no altera la microbiota intestinal y no induce el desarrollo de resistencia bacteriana a diferencia de los antibióticos”.

No a la búsqueda indiscriminada

En principio, esta pastilla está diseñada para su administración oral, una vez al día durante dos semanas, y “está pensada para tratar la infección sin administrar antibióticos”, una cualidad que, en opinión de la científica, hace que “NanoPyl® sea adecuado para todas las personas, incluso para refractarios al tratamiento estándar (la combinación compleja de antibióticos), alérgicos a antibióticos o que no pueden completar el ciclo de antimicrobianos debido a los graves efectos secundarios”.

Foto: Foto: Unsplash/@shubhangigambhir.

A pesar de lo extendida que está la infección por H. pylori, y los beneficios asociados a erradicarla, no está recomendado hacer una ‘búsqueda’ indiscriminada entre la población. Luis Bujanda, que ha sido reconocido por la Universidad de Stanford como uno de los investigadores más influyentes en gastroenterología, subraya que “hay gente infectada que puede convivir con la bacteria, ser asintomática y no tener ningún daño debido a factores genéticos, inmunológicos o de virulencia de patógeno”.

Eso sí, si aparecen molestias digestivas persistentes o hay antecedentes familiares de cáncer gástrico, hay que consultar con el médico.

Los virus del momento son el coronavirus SARS-CoV-2, el de la viruela del mono, el de la ‘gripe del tomate’ o el poliovirus. Desde hace meses, no pasa un día sin que alguno de estos ‘famosos’ patógenos ocupe titulares en los medios. Mientras, otro viejo conocido ha dejado de ser tendencia, aunque no ha perdido ni una pizca de su poder infectivo: es el Helicobacter pylori, una bacteria que afecta a muchas más personas que la suma de todos los virus ‘de moda’.

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