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Las herramientas para combatir el síndrome posvacacional
  1. Bienestar
No es una enfermedad

Las herramientas para combatir el síndrome posvacacional

Para volver a la rutina puede ser beneficioso fomentar las actividades de ocio, buscar apoyo social y realizar algo de ejercicio físico

Foto: Foto: Unsplash/@PaolaChaaya.
Foto: Unsplash/@PaolaChaaya.

El llamado síndrome posvacacional, estrés o depresión posvacacional se refiere a la ansiedad o presión emocional que debemos afrontar al readaptarnos a la rutina después de un periodo vacacional.

Pero ¿es el síndrome posvacacional una enfermedad? “En ningún caso. Se trata simplemente de una respuesta de adaptación emocional de nuestro cuerpo totalmente normal. Tenemos que tener en cuenta que nuestro sistema emocional es el encargado de ayudarnos a adaptarnos al medio. Por ello, cuando estamos en una situación en la cual nos obligamos a reducir nuestras actividades de ocio, nuestras emociones responden a tal demanda”, explica a El Confidencial el psicólogo Jesús Matos Larrinaga, director del gabinete de psicología En Equilibrio Mental.

placeholder Foto: Unsplash/@HelloI'mNik.
Foto: Unsplash/@HelloI'mNik.

El experto en gestión de emociones asevera que “en ningún caso se trata de un problema de salud mental”, aunque “cuando volvemos de vacaciones, podemos experimentar respuestas emocionales cognitivas, fisiológicas y conductuales”. En este sentido, añade que, por ejemplo, nos puede costar concentrarnos, podemos experimentar cansancio por haber perdido la costumbre o dificultad para conciliar el sueño. “Pero en principio, a no ser que existan otros factores, no se trata de un problema de salud mental”, insiste.

"Hay que tener cuidado con psicopatologizar las situaciones cotidianas de la vida"

Para Matos, puesto que no es un trastorno, no hay que diagnosticar nada. “Además, hay que tener cuidado con psicopatologizar las situaciones cotidianas de la vida. No todo lo que supone cierto malestar emocional es un trastorno”, reafirma.

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Foto: Unsplash/@MolnárBálint.

En este sentido, explica que “nuestro cerebro está preparado para que sobrevivamos, no para hacernos felices todo el tiempo” y, a renglón seguido, añade: “Las emociones mal llamadas negativas, como la ansiedad, el miedo, la ira o la tristeza, son necesarias e imprescindibles en nuestra vida”.

“No es un trastorno”

Eso sí, sostiene Matos, “en principio, todos sufriremos en mayor o menor medida un proceso de adaptación” porque “es lo normal en los seres humanos”. Sí que es cierto que personas que tengan problemas en el área laboral pueden experimentar mayor malestar, pero no por el síndrome posvacacional en sí, sino por volver al lugar donde están teniendo problemas, detalla.

Con todo, según el psicólogo, en referencia a la vuelta a la rutina, simplemente necesitamos darnos tiempo para acostumbrarnos a la nueva realidad. Y para ello puede ser beneficioso fomentar las actividades de ocio, buscar apoyo social y realizar algo de ejercicio físico.

“Lo normal es que en pocos días estemos de nuevo habituados a los nuevos horarios y a las nuevas tareas”, concluye. Entretanto, quedémonos con esta frase de Elbert Hubbard, escritor estadounidense, recogida por Oliver Araujo: “Ningún hombre necesita tanto unas vacaciones como la persona que acaba de tener unas”.

El llamado síndrome posvacacional, estrés o depresión posvacacional se refiere a la ansiedad o presión emocional que debemos afrontar al readaptarnos a la rutina después de un periodo vacacional.

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