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Si quieres controlar el azúcar en sangre, es imprescindible que tengas las encías sanas
  1. Bienestar
En boca de todos

Si quieres controlar el azúcar en sangre, es imprescindible que tengas las encías sanas

Una deficiente salud gingival acarrea importantes consecuencias para la salud, en general, y para los diabéticos o los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, en particular. ¡Hasta el rendimiento deportivo se resiente!

Foto: Foto: iStock.
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A los pacientes siempre les sorprende mucho cuando les cuento lo siguiente: en nuestra clínica recibimos a menudo pacientes remitidos por sus médicos, que les explican que sin tener la boca en perfectas condiciones de salud, el transcurso de su enfermedad es mucho más incierto. “¿Cómo va a influir tanto que me sangren las encías al cepillar o que tenga caries o algo de dolor al masticar en mi salud general?”, nos preguntan.

Un ejemplo: en pacientes que padecen esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o esclerosis múltiple (EM), la presencia de infecciones u otros factores desestabilizantes en la cavidad oral aumentan el riesgo de aparición de 'brotes' y empeoramiento de la enfermedad. En otras palabras, para disminuir el riesgo de deterioro de la salud en estos pacientes es primordial tener una boca sana.

Foto: Foto: iStock. Opinión

El motivo es la inflamación: el sangrado de las encías, las caries que acaban afectando al nervio del diente, las fracturas dentales y otras formas de disbiosis oral son condiciones locales que liberan factores inflamatorios que viajan por el torrente sanguíneo y pueden desencadenar un nuevo 'brote' de esclerosis. Además, la relación es bidireccional: la EM o la ELA implican 'per se' un estado inflamatorio que empeora las enfermedades de la boca. Y bien, ¿qué tiene que ver todo esto con el azúcar?

El rastro que deja el azúcar

La respuesta está en la íntima relación que existe entre la salud de la boca y la salud general. Una boca insana a menudo está relacionada con una pobre salud general. Al menos, a largo plazo.

Volviendo al factor concreto del azúcar, nos encontramos de nuevo con la inflamación. La diabetes y la periodontitis van mano a mano. Un paciente diabético tiene mayor riesgo de sufrir inflamación y sangrado de las encías, pérdida de hueso alrededor de los dientes y movilidad de los mismos, incluso pérdida de dientes.

placeholder Una deficiente salud oral influye en el control de la glucosa en diabéticos. (iStock)
Una deficiente salud oral influye en el control de la glucosa en diabéticos. (iStock)

En el otro sentido de esta relación, un paciente diabético con problemas dentales (sobre todo relacionados con las encías y su inflamación) tendrá siempre un peor control del azúcar en sangre, y, por ende, mayor riesgo de complicaciones a largo plazo (daño renal, afectación visual, pie diabético…). Es más, un paciente diabético con las encías inflamadas no podrá tener, literalmente, un buen control metabólico, con toda la gravedad que ello implica. Por suerte, si se cuida bien los dientes, podrá reducir considerablemente este riesgo.

Rendimiento deportivo

Podemos entender de esta manera cómo influye cuidarnos la boca en nuestro estado de salud general. Existe un ejemplo muy gráfico: un estudio demuestra que los atletas de élite que tienen inflamación de las encías tienen un peor rendimiento deportivo, entrenamiento y bienestar general.

Valentín Fuster: "Las personas que no cuidan de sus encías probablemente tampoco sigan muchos hábitos saludables"

La boca es mucho más importante de lo que podamos imaginar. De hecho, esto son buenas noticias: tenemos en nuestras manos la posibilidad de mejorar nuestra salud general y bienestar simplemente cuidando de nuestra boca. Estamos a tiempo de cuidarnos mejor y de cuidar a nuestros hijos a través de la educación y atención a la salud oral. Acudir a las revisiones con nuestro dentista de forma periódica nos puede ahorrar no solo disgustos, sino mucho dinero.

Mejorar nuestros hábitos de alimentación, técnicas de higiene y actitud frente a la salud oral siempre merece la pena. Si un atleta puede rendir mejor, el resto del mundo puede vivir mejor simplemente cuidándose la boca.

Según el Dr. Valentín Fuster, prestigioso cardiólogo y director médico del Hospital Mount Sinai de Nueva York, “las personas que no cuidan de sus encías probablemente tampoco sigan muchos hábitos saludables”. Dándole la vuelta a esta frase, cuando más sana está la boca, más salud tenemos.

A los pacientes siempre les sorprende mucho cuando les cuento lo siguiente: en nuestra clínica recibimos a menudo pacientes remitidos por sus médicos, que les explican que sin tener la boca en perfectas condiciones de salud, el transcurso de su enfermedad es mucho más incierto. “¿Cómo va a influir tanto que me sangren las encías al cepillar o que tenga caries o algo de dolor al masticar en mi salud general?”, nos preguntan.

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