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Esteroides de uso común alteran el cerebro, advierte una nueva investigación
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Esteroides de uso común alteran el cerebro, advierte una nueva investigación

Ya sea por vía oral o inhalado, su consumo durante mucho tiempo se relaciona con cambios en la estructura y el volumen de la materia blanca y gris, según muestran los estudios de resonancia magnética

Foto: Foto: iStock.
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Debido a sus propiedades inmunosupresoras, los glucocorticoides se encuentran entre los fármacos más prescritos en el mercado, con una prevalencia anual estimada de uso de los conocidos sistémicos entre el 0,5% y el 3%, como refleja un trabajo danés, publicado en ‘European Journal of Endocrinology’.

Aunque son eficaces, tanto los glucocorticoides sistémicos como los locales (especialmente inhalados) se asocian con muchos efectos secundarios metabólicos, cardiovasculares y musculoesqueléticos potencialmente graves.

"Las asociaciones encontradas podrían ayudar a explicar los efectos neuropsiquiátricos que se observan con frecuencia tras el uso a largo plazo"

De hecho, llega ahora un estudio que constata que el uso de esteroides recetados, incluso en inhaladores, está relacionado con cambios en la estructura y el volumen de la materia blanca y gris en el cerebro, según sugieren los hallazgos del trabajo más grande de este tipo, publicado en la revista de acceso abierto ‘BMJ Open’.

Las asociaciones encontradas podrían ayudar a explicar los efectos neuropsiquiátricos, como la ansiedad, la depresión, la manía y el delirio, que se observan con frecuencia después del uso a largo plazo, dicen los investigadores.

placeholder Foto: Unsplash/@avery.
Foto: Unsplash/@avery.

Sus propiedades inmunosupresoras significan que los glucocorticoides, una clase de esteroides sintéticos, se encuentran entre algunos de los medicamentos recetados con mayor frecuencia, como hemos mencionado, y se utilizan para tratar una amplia variedad de condiciones médicas.

Uso a largo plazo

Investigaciones anteriores sugieren que el uso de esteroides médicos a largo plazo está asociado con anomalías estructurales y contracción de ciertas áreas del cerebro. Pero la mayoría de estos estudios han involucrado solo a un pequeño número de personas con condiciones específicas.

Y aún no está claro si estas relaciones también podrían observarse en una muestra más amplia de usuarios, incluidos los que usan esteroides inhalados para afecciones respiratorias, como el asma. En un intento por averiguarlo, los investigadores se basaron en datos del Biobanco del Reino Unido, que comprende medio millón de personas de 40 a 69 años de la población general, para ver si había alguna diferencia detectable en el volumen y la estructura del cerebro entre usuarios y no usuarios de esteroides sistémicos e inhalados.

Los investigadores también querían saber si el uso de esteroides podría estar asociado con diferencias en la velocidad de procesamiento y las respuestas emocionales.

Las resonancias magnéticas cerebrales de 222 personas que usaban esteroides sistémicos y 557 que recurrían a los esteroides inhalados se compararon con las de 24.106 no usuarios. Ninguno de los participantes del estudio había sido diagnosticado previamente de trastornos neurológicos, psiquiátricos u hormonales (endocrinológicos) o estaba tomando medicamentos que alteran el estado de ánimo, como los antidepresivos. Todos ellos completaron un cuestionario para evaluar ciertos aspectos del estado de ánimo durante la quincena anterior.

Con resonancia magnética

La comparación de los resultados de la resonancia magnética mostró que el uso de esteroides tanto sistémicos como inhalados se asoció con una estructura de materia blanca menos intacta que la que se observó en las exploraciones de aquellos que no tomaban estos medicamentos. La materia blanca tiene un papel en la conectividad neuronal y la señalización en el cerebro.

Los efectos fueron mayores en los usuarios sistémicos que en los usuarios de esteroides inhalados. Y un análisis más detallado sugirió que los efectos podrían ser aún mayores entre los usuarios a largo plazo.

El uso sistémico se asoció con un caudado más grande en comparación con ningún empleo de los medicamentos, mientras que el uso de esteroides inhalados se asoció con una amígdala más pequeña. Tanto el caudado como la amígdala son estructuras de materia gris en el cerebro involucradas en el procesamiento cognitivo y emocional.

Los usuarios de esteroides sistémicos también obtuvieron peores resultados en una prueba diseñada para medir la velocidad de procesamiento que los no usuarios, y reportaron significativamente más síntomas depresivos, apatía, inquietud y fatiga/letargo que los no usuarios. Los usuarios de esteroides inhalados informaron solo más cansancio/letargo y en menor grado que los usuarios de esteroides sistémicos.

"Los usuarios de esteroides sistémicos también obtuvieron peores resultados en una prueba diseñada para medir la velocidad de procesamiento"

“Aunque es probable que exista una relación causal entre el uso de glucocorticoides y los cambios en el cerebro según los estudios actuales y anteriores, la naturaleza transversal de este estudio no permite sacar conclusiones formales sobre la causalidad”, advierten los investigadores.

También señalan ciertas limitaciones. Solo se evaluaron unos pocos indicadores de cambios de humor, y solo durante las 2 semanas anteriores; y los cambios informados podrían haber estado relacionados con la patología para la cual se recetaron los esteroides más que con el uso de los mismos en sí.

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Foto: Unsplash/@NCI.

Los investigadores tampoco pudieron diferenciar entre tabletas de esteroides e infusiones para usuarios sistémicos, todo lo cual puede haber influido en los hallazgos.

Pero escriben: "Si bien no está claro si los tamaños del efecto observados tienen consecuencias clínicas para la población de usuarios de glucocorticoides en su conjunto, estos hallazgos son notables dados los efectos secundarios neuropsiquiátricos comunes de los mismos".

Y concluyen: “Este estudio muestra que tanto los glucocorticoides sistémicos como los inhalados están asociados con una reducción aparentemente generalizada en la integridad de la sustancia blanca, lo que puede ser la base en parte de los efectos secundarios neuropsiquiátricos observados en los pacientes que los usan”.

Dado el uso generalizado de estos medicamentos, tanto los médicos como los pacientes deben conocer los posibles efectos en el cerebro, apuntan los investigadores, que ahora piden que se investiguen las opciones de tratamiento alternativas.

Debido a sus propiedades inmunosupresoras, los glucocorticoides se encuentran entre los fármacos más prescritos en el mercado, con una prevalencia anual estimada de uso de los conocidos sistémicos entre el 0,5% y el 3%, como refleja un trabajo danés, publicado en ‘European Journal of Endocrinology’.

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