Óxido nitroso: ¿droga para adolescentes o necesidad médica?

Las drogas no dejan de ser compuestos químicos que tienen un efecto en nuestro organismo, exactamente del mismo modo que los medicamentos. Por supuesto, los fines da cada uno difieren mucho: unos mejoran nuestra calidad de vida, alivian el dolor, solucionan enfermedades e incluso nos evitan la muerte, mientras que el segundo grupo de compuestos químicos, el lúdico, empeora a medio y largo plazo nuestra calidad de vida, provoca enfermedades, dan 'gusto', crean adicción y, en algunos casos, pueden provocarnos la muerte.

Pero hay ciertas sustancias que, debido a que sus efectos pueden usarse para ambos fines, se ponen en entredicho. Una de ellas, cada día más popular (tanto médica como recreativamente), es el óxido nitroso, conocido popularmente como 'gas de la risa'. Esta sustancia es muy simple químicamente hablando, solo dos átomos de nitrógeno y uno de oxígeno. Su presencia en nuestros pulmones es capaz de provocar la liberación de determinadas sustancias en nuestro sistema nervioso central, explican los investigadores S. M. Brown y J. R. Sneyd, del Derriford Hospital en la ciudad británica de Plymouth, que tienen un efecto analgésico equivalente, según la Asociación de Anestesistas del Reino Unido, a "15 mg de morfina administrada por vía subcutánea".

"Puede conllevar peligros graves, como la bajada brusca de la presión arterial, infarto de miocardio, hipoxia o alucinaciones visuales"

Otro de los 'mejores' efectos del consumo de óxido nitroso como agente anestésico es su peculiar modo de acción. Por un lado, entre el momento de su inhalación y que aparezca su efecto transcurren solamente 30 segundos. Por otro, sus efectos desaparecen con gran rapidez (un máximo de un minuto tras interrumpir su uso). Esto permite que sea muy útil en determinados escenarios médicos como es el parto.

Se administra unos 30 segundos antes de que el dolor de las contracciones que está sufriendo la mujer que esté dando a luz se conviertan en insoportables. Esto permite que, aunque la paciente vea aliviado el dolor, siga teniendo el control de sus músculos, cosa que no siempre es posible con otros tratamientos anestésicos como es el caso de la epidural.

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Álvaro Hermida

Pero su uso más común (también en España) es como agente anestésico administrado por dentistas. Según el presidente del Consejo General de Dentistas de España, Óscar Castro Reino, "en las clínicas dentales se utiliza, fundamentalmente, para intervenciones no demasiado largas en pacientes que no controlan o controlan mal su grado de ansiedad (odontofobia)". Y continúa: "Está clasificado dentro del grupo de anestésicos, aunque suele usarse en concentraciones menores mezclado con oxígeno. De esta manera, no se duerme al paciente, el cual puede seguir colaborando sin sentir dolor ni recordar nada de ese periodo debido a su efecto amnésico".

La otra cara de la moneda

Ojalá la historia acabase aquí, pero eso no es posible con una sustancia llamada 'gas de la risa'. El consumo de este compuesto químico como sustancia recreativa es muy popular, sobre todo entre los más jóvenes, y esto es un peligro debido a los posibles efectos más que adversos de esta droga. Según informan desde el propio Consejo General de Dentistas, "se está produciendo un aumento de casos de problemas neurológicos y de daños en la médula espinal debidos a su uso continuado".

Pero esos no son los únicos riesgos: "Puede conllevar peligros graves, como la bajada brusca de la presión arterial, infarto de miocardio, hipoxia (falta de oxígeno) o alucinaciones visuales". Esos son los riesgos a los que los consumidores habituales se enfrentan a cambio de los otros efectos, descritos por el Consejo General de Dentistas como "analgesia, aparición de euforia, entumecimiento del cuerpo, sensación de sedación, mareos, risa incontrolada, descoordinación motora, visión borrosa, confusión y cansancio".

La forma de adquirirlo, además, es un problema. Es una sustancia considerada 'segura' y, por tanto, tiene una regulación muy escasa, lo que permite que personas de todas las edades tengan acceso a ella. Por ejemplo, en determinados distribuidores online podemos encontrar botellas de 1.100 g de óxido nitroso a precios completamente asequibles o, si nuestro presupuesto no alcanza, uno de los gases utilizados en los envases de nata montada es, en efecto, óxido nitroso.

Es por esto que, por ejemplo, el estado de Nueva York prohibió en el mes de agosto la compra de botes de nata montada a personas de menos de 21 años de edad (la edad mínima para comprar alcohol o tabaco en el país norteamericano) con el objetivo de evitar la "epidemia" de consumo (como las propias autoridades neoyorquinas lo definen) entre los más jóvenes.

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Por otra parte, Óscar Castro Reino subraya que el óxido nitroso puede ser, en realidad, una droga puente: "El uso de este gas suele ir asociado al consumo de otras sustancias como el alcohol o drogas, lo que incrementa los riesgos para la salud. El incremento de su autoconsumo por parte de jóvenes y adolescentes debe considerarse un serio problema de salud pública". Además, los datos provenientes del Reino Unido sugieren que este es un problema que, en Europa, se extiende año a año: "En Inglaterra y Gales, por ejemplo, de 2019-20, casi el 9% de los jóvenes de 16 a 24 años consumieron óxido nitroso en el último año, frente al 6,1 por ciento en 2012-13", apostilla Óscar Castro.

El uso de medicamentos como sustancias recreativas es más que cuestionable, por regla general, pero en este caso, en el que se trata de una droga extraordinariamente fácil de adquirir y, por tanto, supone un peligro para los más pequeños, acciones por parte de las autoridades, especialmente las sanitarias, parecen prioritarias.