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La estimulación cerebral profunda, prometedora contra el trastorno por atracón
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Ensayo piloto

La estimulación cerebral profunda, prometedora contra el trastorno por atracón

Un pequeño dispositivo detecta la actividad cerebral relacionada con el antojo de alimentos en una región clave del cerebro y responde estimulándola eléctricamente y controlando el impulso de comer

Foto: Foto: Unsplash.
Foto: Unsplash.

Los atracones de comida constituyen una herramienta para afrontar las situaciones desagradables para algunas personas, pero lo que puede ser una forma de acallar nuestras emociones puede convertirse en un problema: el trastorno por atracón (TA), tal y como documenta El Prado Psicólogos.

E insisten: “Los TA están catalogados dentro de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y, como su nombre indica, son episodios en los cuales la persona come de manera descontrolada, mucho más de lo que realmente necesita para saciar su hambre. De hecho, en algunos episodios puede llegar a ingerir más de 5.000 calorías. A diferencia de la bulimia, las personas afectadas no suelen provocarse el vómito ni recurren a laxantes, por lo que a menudo ganan mucho peso, llegando a padecer obesidad”.

"Los afectados pueden llegar a ingerir en algunos episodios más de 5.000 calorías"

De hecho, como indica el Centro Item, especialista en TCA, "los problemas de sobrepeso y obesidad se han incrementado de forma importante en los últimos años". Según la Organización Mundial de la Salud, nos encontramos ante una grave epidemia. Datos del Ministerio de Sanidad y Consumo indican que estos problemas alcanzan ya a un 53% de población española. La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) alerta de que el 14,5% de españoles son obesos y el 39% presentan sobrepeso.

No todas las personas que sufren un problema de obesidad presentan un TCA. Sin embargo, “se estima que tan solo el 5% de los problemas de obesidad se deben a alteraciones nutricionales. Los últimos datos apuntan que un 30-50% de la población con obesidad sufre un TCA y más concretamente un TA. El problema, por tanto, debe situarse en el plano psicológico”, agregan.

La esperanza

Ahora llega una estudio que constata que un pequeño dispositivo que detecta la actividad cerebral relacionada con el antojo de alimentos en una región clave del cerebro y responde estimulando eléctricamente esa región se ha mostrado prometedor en un ensayo clínico piloto con TA, según los investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (EEUU).

placeholder Foto: Unsplash/@juniorreisfoto.
Foto: Unsplash/@juniorreisfoto.

El ensayo, descrito en un artículo publicado en 'Nature Medicine', siguió a los pacientes durante seis meses, en los cuales el dispositivo implantado, del tipo que normalmente se usa para tratar la epilepsia resistente a los medicamentos, controló la actividad en una región del cerebro llamada núcleo accumbens.

El núcleo accumbens está implicado en el procesamiento del placer y la recompensa, y se vincula a la adicción. Cada vez que el dispositivo detectaba señales del núcleo accumbens que se habían encontrado para predecir los antojos de alimentos en estudios anteriores, automáticamente estimulaba esa región del cerebro, interrumpiendo las señales relacionadas con el antojo. Durante seis meses de tratamiento, los pacientes reportaron muchos menos episodios de atracones y perdieron peso.

"Este fue un estudio de viabilidad inicial en el que evaluamos principalmente la seguridad, pero sin duda los sólidos beneficios clínicos que nos informaron estos pacientes son realmente impresionantes y emocionantes", dijo el autor principal del estudio, Casey Halpern, profesor de Neurocirugía y jefe de Neurocirugía Estereotáctica y Funcional en Penn Medicine de la Universidad de Pensilvania y el Centro Médico de Asuntos de Veteranos Cabo Michael J. Crescenz.

El TA se considera el trastorno alimentario más común en los Estados Unidos y afecta al menos a unos pocos millones de personas. Los episodios están precedidos por antojos de alimentos deseados específicos. Halpern y sus colegas, en un estudio publicado en ‘Journal of Neuroscience’ con experimentos en ratones y humanos, encontraron evidencia de que la actividad eléctrica distintiva de baja frecuencia en el núcleo accumbens surge justo antes de estos antojos, pero no antes de comer de forma normal y sin atracones.

Los investigadores estimularon el núcleo accumbens en ratones para interrumpir esta actividad relacionada con el antojo cada vez que ocurría, y descubrieron que comían significativamente menos de un alimento sabroso y alto en calorías del que de otro modo se habrían hartado.

El dispositivo que el equipo usó para registrar señales y estimular los cerebros de los ratones está disponible comercialmente y está aprobado para tratar la epilepsia resistente a los medicamentos, como hemos indicado previamente. Se coloca quirúrgicamente debajo del cuero cabelludo, con cables que atraviesan el cráneo hasta el núcleo accumbens en cada hemisferio del cerebro.

La prueba

El nuevo estudio fue una prueba preliminar del mismo dispositivo y estrategia en sujetos humanos. El equipo de Halpern equipó a cada uno de los dos pacientes con TA gravemente obesos con los dispositivos de estimulación cerebral y, durante medio año, registró las señales de los dispositivos.

A veces, los pacientes estaban en el laboratorio, con bufés de sus comidas favoritas (la comida rápida y los dulces eran artículos comunes), pero la mayoría estaban en casa haciendo sus rutinas diarias. Los investigadores pudieron filmar los episodios de atracones de los pacientes en el laboratorio, y cuando los pacientes estaban en casa, autoinformaron los tiempos de sus episodios.

placeholder Foto: Unsplash/@shaotsui.
Foto: Unsplash/@shaotsui.

Los científicos observaron que, como en su estudio anterior, apareció una señal distintiva de baja frecuencia en el núcleo accumbens en los segundos previos a los primeros bocados de los atracones de los pacientes.

"Los pacientes informaron de fuertes reducciones en sus sentimientos de pérdida de control y en la frecuencia de sus episodios de atracones"

En la siguiente fase del estudio, los dispositivos de estimulación cerebral administraron automáticamente estimulación eléctrica de alta frecuencia al núcleo accumbens cada vez que ocurrían las señales asociadas con el deseo de baja frecuencia. Durante este intervalo de seis meses, los pacientes informaron fuertes reducciones en sus sentimientos de pérdida de control y en la frecuencia de sus episodios de atracones; cada uno también perdió más de 5 kilos. Uno de los sujetos mejoró tanto que ya no cumplía con los criterios para el TA. Y no pareció haber efectos secundarios adversos significativos.

"Esta fue una hermosa demostración de cómo la ciencia traslacional puede funcionar en el mejor de los casos", dijo la coautora principal del estudio, Camarin Rolle, PhD, investigadora posdoctoral del grupo de Halpern.

Los científicos han continuado el seguimiento de los sujetos durante otros seis meses y han comenzado a inscribir a nuevos pacientes para ampliar el ensayo. Señalan que, en principio, el mismo enfoque de tratamiento podría aplicarse a otros trastornos relacionados con la pérdida de control, incluida la bulimia.

Los atracones de comida constituyen una herramienta para afrontar las situaciones desagradables para algunas personas, pero lo que puede ser una forma de acallar nuestras emociones puede convertirse en un problema: el trastorno por atracón (TA), tal y como documenta El Prado Psicólogos.

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