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"La sociedad está enferma de presiones comerciales sin precedentes"
  1. Bienestar
Entrevista a Miguel Ángel Martínez-González

"La sociedad está enferma de presiones comerciales sin precedentes"

El prestigioso epidemiólogo acaba de ser reconocido con el premio Gregorio Marañón de Medicina que otorga el Ministerio de Ciencia e Innovación por sus aportaciones sobre la relevancia de la nutrición en medicina preventiva

Foto: Miguel Ángel Martínez-González. (Universidad de Navarra)
Miguel Ángel Martínez-González. (Universidad de Navarra)

Miguel Ángel Martínez-González (Málaga, 1957) lleva toda una vida profesional dedicada a velar por la salud de la población con la nutrición como punto fundamental de análisis. Su formación, más de mil investigaciones, libros y, sobre todo, una carrera intachable sin sombra alguna de la industria alimentaria le acaban de valer el premio Gregorio Marañón de Medicina que otorga el Ministerio de Ciencia e Innovación, el reconocimiento más importante de España en el ámbito de la investigación científica.

El catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y de la Universidad de Harvard ha sido premiado por sus singulares aportaciones sobre la relevancia de la nutrición en medicina preventiva y, en particular, de la dieta mediterránea, así como sobre la intervención conductual para cambiar los estilos de vida. El epidemiólogo es el responsable de varios proyectos de investigación como Ciberobn, Sun o Predimed, que, desde España, han arrojado una luz y una evidencia científica sin precedentes con impacto mundial.

Aunque ya tenga 65 años, no piensa en jubilarse, pero sí en apartarse para dar más protagonismo a compañeros más jóvenes, y considera que este “reconocimiento no es a Miguel Ángel Martínez, sino a todo el equipo de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y todos los grupos de investigación que han trabajado con nosotros”.

Charlamos con el prestigioso especialista en salud pública sobre la importancia de la prevención mediante la nutrición, la industria alimentaria y la gran controversia que hay con el alcohol, entre otras cuestiones.

placeholder El epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González. (Editorial Planeta)
El epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González. (Editorial Planeta)

PREGUNTA. Hasta la pandemia, la epidemiología era una profesión desconocida para el común de los mortales, y ahora todo el mundo la asocia al coronavirus. ¿Por qué es tan importante el método epidemiológico en nutrición?

RESPUESTA. Porque hay que llegar a los problemas antes de que se conviertan en un asunto de medicina clínica. Los médicos clínicos tratan a personas enfermas; los epidemiólogos, especialistas en medicina preventiva y salud pública, tratamos de curar sociedades enfermas.

Es muy llamativo que tengamos una sociedad que está enferma por unos patrones alimentarios de mala calidad que han conllevado un aumento sin precedentes de la obesidad, que es la gran pandemia del siglo XXI. Lamentablemente, detrás de ella vienen la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Y esto tiene que ver con la sobrealimentación, el sedentarismo, patrones alimentarios de mala calidad, una americanización del patrón alimentario... La comida basura ha invadido los países mediterráneos.

"La comida basura ha invadido las sociedades de los países mediterráneos"

Todo esto ya no es una patología individual, sino que tiene mucho de una patología que afecta a toda una sociedad y, por tanto, hay que intervenir con las herramientas de salud pública.

La medicina ha arreglado los grandes problemas de salud de la humanidad, pero no solo tiene que estar presente cuando ocurre un brote epidémico como el del covid-19, también cuando hay graves lacras para la población que producen una carga global de enfermedad sin precedentes y que hay que afrontar desde sus raíces. Porque mientras se pongan parches no estamos arreglando el problema, sino poniendo un dique, como pasa con los tratamientos de hipertensión, diabetes, colesterol...

Por ejemplo, uno de cada 10 adultos en España tiene diabetes tipo 2, pero con esta enfermedad no se actúa hasta que se padece, cuando lo que hace falta es otro tipo de medicina que trate a la gente para que no se convierta en diabética.

Como decía Einstein, las personas inteligentes aportan soluciones, pero las sabias evitan los problemas. Hay que adelantarse a los problemas, y esto es lo que hace la medicina preventiva y dee salud pública.

P. Precisamente por lo que está contando, ¿cree que realmente se presta la atención necesaria a la salud pública desde las instituciones?

R. No se le presta la atención necesaria. Pero creo que este premio es un acierto, al elegir los temas de salud pública como prioritarios, y pienso que el siglo XXI tiene que ser el siglo de la salud pública.

"Este premio es un acierto, al elegir los temas de salud pública como prioritarios. Pienso que el siglo XXI tiene que ser el siglo de la salud pública"

P. Su libro ‘¿Qué comer?’ lleva el subtítulo de 'Ciencia y conciencia para resistir'. ¿A qué debemos 'resistir' exactamente?

R. Tenemos que resistir a varios tipos de presiones. Por un lado, hay unas presiones de tipo estructural que hacen que estemos en una sociedad enferma: enferma de consumismo, de gratificaciones inmediatas a corto plazo, lo que se llama el hedonismo; está enferma de presiones comerciales sin precedentes. Hay ciertos sectores de la industria alimentaria que están diseñando alimentos específicamente para el sobreconsumo, para que la gente coma más de lo que necesita, y están promoviendo una epidemia de obesidad…

Por otro lado, están las presiones de uno mismo, hay que resistir a la propia apetencia. Hay que tener más dominio de uno mismo y aquí creo que hay mucho terreno para el desarrollo de la educación desde la infancia. Nos preocupa mucho que en España estemos siempre en la lista negra de los peores países de Europa en cuanto a obesidad infantil. Hay una gran necesidad de apoyo a los padres, de apoyo a las familias, para educar desde pequeños, en sentido de autocontrol y autodominio.

"Hay que regular la industria alimentaria como se ha hecho con la farmacéutica"

No se puede ser maniqueo y decir que todo son medidas estructurales, que hay que regular la industria alimentaria. Hay que actuar como se actúa con la industria farmacéutica, a la que se está limitando su capacidad de presión sobre los profesionales. Sin embargo, queda mucho terreno por ganar en la industria alimentaria, porque así como los fármacos son solo para los enfermos, todos tenemos que alimentarnos. Está más regulado todo el tema de conflictos de interés de científicos con la industria farmacéutica que con la industria alimentaria. Y por eso también hablo de 'resistir'.

Foto: Foto: iStock.

P. Se publican y difunden una gran cantidad de análisis relacionados con la salud y la nutrición, aunque muchos de ellos responden a intereses comerciales o particulares. ¿Cómo podemos saber si un estudio es fiable o no lo es?

R. Es un tema difícil y hay que saber separar el grano de la paja, porque en ningún terreno de la medicina hay tanta pseudociencia como en la relación entre nutrición y salud.

"En ningún terreno de la medicina hay tanta pseudociencia como en la relación existente entre la nutrición y la salud"

Para saber si es de fiar, hay algunas pistas como, por ejemplo, si se han hecho estudios epidemiológicos con miles de personas a largo plazo y lo que se ha medido como resultado no es un cambio en la molécula, en la sangre, un lípido por el cambio, la tensión arterial o el cambio en la microbiota intestinal, sino el número de infartos, cánceres, casos de diabetes, casos de depresión, etcétera. Lo que se llaman estudios clínicos, que tienen por lo menos 5.000 personas y por lo menos cinco años de seguimiento. A partir de ese momento, te lo puedes creer.

Además, no te creas nunca un solo estudio, tienen que ser varios estudios que coincidan en lo mismo.

P. Para mantener la independencia de los estudios, ¿la financiación debe ser 100% pública?

R. Sí, sin ninguna duda. Yo soy muy partidario de esto. Aunque lo cierto es que actualmente es más fácil conseguir financiación de la industria alimentaria, sobre todo cuando les halagas el oído a los productores de determinados alimentos.

P. ¿La industria alimentaria es una de las causantes de muchos de los problemas de salud pública?

R. Sí, pero no toda la industria alimentaria. Hay ejercicios de responsabilidad muy bien hechos por parte de algunas empresas alimentarias y no se puede demonizar a todas. Pero sí que hay algunas empresas alimentarias con grandes corporaciones multinacionales detrás que han hecho mucho daño.

"Hay algunas empresas alimentarias que han hecho mucho daño a la sociedad"

Hay muchos ejemplos de que han intoxicado la literatura científica, han comprado a científicos que casi están en nómina en algunas industrias alimentarias y han diseñado unos productos que ellos sabían que eran dañinos.

P. ¿Se puede comparar la industria alimentaria con la tabacalera?

R. Hay analogías, yo no diría identidades, pero sí analogías. Alguna industria alimentaria se ha comportado de una manera análoga a lo que hizo la industria tabacalera.

Hay que tomarse muy en serio la alimentación y pienso que muchas veces se ha negado la evidencia científica por gente interesada. Hay casos clamorosos de análisis que han negado estudios que han llevado décadas de trabajo con miles de personas y luego se ha destapado que estaban financiados por la industria de los cárnicos o por la industria de las bebidas azucaradas. Lógicamente, es perverso que se niegue la evidencia científica porque alguien está cobrando, pero hay industrias que están haciendo ese daño, como pasó con el tabaco.

Foto: Foto: EFE/Archivo/David Crosling.

P. Hablemos del alcohol. Hay decenas de estudios sobre su consumo con resultados completamente dispares…

R. Este es un tema que me interesa muchísimo y en el que hay que decir el mensaje clave: hay que estratificar las actuaciones de salud pública por edad y sexo.

No es lo mismo el efecto del alcohol en hombres que mujeres. Las mujeres, por su dotación enzimática o su composición corporal, sufren más riesgos con el alcohol que los hombres.

"Las mujeres, por su dotación enzimática o su composición corporal, sufren más riesgos con el consumo de alcohol que los hombres"

Tampoco es lo mismo hablar de gente joven que de gente mayor, pues desgraciadamente ahora mismo la primera causa de muerte en gente joven es el suicidio, y cualquier consumo de alcohol aumenta el riesgo de suicidio. Después están los accidentes de tráfico y el cáncer de mama para las mujeres jóvenes. En las tres, cualquier alcohol que se consume afecta negativamente por poca cantidad que sea, esta evidencia epidemiológica es muy consistente. Hay que separar, no se puede aplicar el mismo estándar a todos.

Sin embargo, a partir de los 45-50 años en hombres y a partir de los 50-55 en mujeres, lo que toma la delantera como causa de muerte son los infartos cerebrales y los infartos de miocardio, es decir, la enfermedad cardiovascular. Y para ello hay más de 100 estudios epidemiológicos muy bien hechos que ven que un consumo moderado de alcohol es positivo. Eso sí, un patrón de consumo no solo moderado, estamos hablando de no pasarse de 2-3 copas en varones al día y no pasarse de 1-2 copas en mujeres; que sea siempre con las comidas, que no sea con el estómago vacío; que sea de bebidas de baja graduación, fundamentalmente de vino tinto, que es el que tiene más polifenoles; que no sea nunca en atracón, ni se concentre en el fin de semana, que no se concentre en unas pocas horas, sino que se reparta a lo largo de la semana... En definitiva, que no sea una droga psicoactiva, sino que sea parte del patrón alimentario. De este modo, en los que consumen el alcohol de esta manera, con este patrón mediterráneo clásico y tienen cierta edad, la mortalidad por todas las causas es menor que en los abstemios.

Foto: Foto: EFE.

Todos son análisis muy bien hechos. Pero lo que ha pasado es que ha habido unos estudios que tienen sus limitaciones, como todo estudio observacional, y se pretende hacer una estimación global, pero este tipo de estudios tienen que hacer muchos supuestos, coger muchos datos que de alguna manera son imputados o que los datos reales los aproximan con los de países vecinos, porque en muchos sitios las estadísticas sanitarias son malas. Entonces este tipo de estudio de modelización es de la carga global de enfermedades, pues algunos han sido muy demonizados, es de cualquier consumo de alcohol. Pero claro, luego cuando se ven las tripas de esos estudios y se forman con muchos supuestos que no se han verificado..., y otros estudios se llevan ya la aleatorización mendeliana. Entonces no miran el consumo de alcohol, sino que miran los genes porque los genes se reparten al azar. Miran cómo se distribuyen al azar esos genes que pueden estar relacionados con el metabolismo del alcohol, lo tratan de equiparar a un ensayo clínico, como si aquello fuera. Pero esto también tiene un montón de supuestos y, sobre todo, a igualdad de género hay mucha variabilidad en el consumo de alcohol y no es directamente extrapolable.

Pero desde luego, hoy por hoy, desde mi punto de vista como epidemiólogo con 30 años de experiencia con muchos estudios a mis espaldas, yo no invitaría a nadie a empezar a consumir alcohol para prevenir nada.

placeholder M. A. Martínez. (Planeta)
M. A. Martínez. (Planeta)

P. Respecto a los etiquetados, ¿existen estudios fiables que determinen si los productos llamados 'ecológicos' son realmente más beneficiosos para la salud?

R. Va habiendo algunos estudios que sugieren esto, pero todavía queda mucho por investigar. Yo creo que no tiene tanta importancia el que sean 'ecológicos' o no como que sean alimentos procesados.

P. También sobre etiquetado, llevamos ya varios meses con Nutri-Score. ¿Cree que ha servido para algo?

R. Hemos visto en el proyecto Sun [Seguimiento Universidad de Navarra] que el Nutri-Score tiene cierto efecto beneficioso en el sentido de que cuando hacemos una ponderación de los alimentos según su clasificación, tiende a la mejor supervivencia. Pero, claro, en ese mismo trabajo lo que veíamos es que cuando al aceite de oliva se le ponía la mejor calificación posible, todavía el efecto era mayor. Pero este semáforo nutricional no tiene en cuenta la mejor evidencia que tenemos con un ensayo autorizado con 7.500 personas y luego otro ensayo autorizado que ha usado aceite de oliva.

El Nutri-Score es muy mejorable y esto lo he dicho muchas veces. Si se va a poner un etiquetado frontal, tiene que ser lo mejor posible, porque poner por delante del aceite de oliva un batido o un refresco de cola bajo en azúcar es una barbaridad.

"Existe el peligro real de que el sistema Nutri-Score redima a los ultraprocesados y les dé una carta de aprobación social"

Por otro lado, existe el peligro de que el Nutri-Score redima a los ultraprocesados y les dé una carta de aprobación social. Creo que el Nutri-Score tiene que reconocer el alimento natural, porque no esté procesado o lo esté mínimamente.

P. A usted se le conoce como 'el sabio de la dieta mediterránea', ¿los españoles en general realmente llevan una dieta mediterránea o solo lo creen?

R. Los españoles no llevan la dieta mediterránea y además se creen que la llevan, como demuestra el Eurobarómetro. Además, en el Sun también suspendemos en dieta mediterránea. No es que estemos un poquito apartados, es que estamos bastante lejos y además lo que sucede es que cuanto más joven es la población, peor.

Foto: Foto: iStock.

P. Además de evitar los ultraprocesados, el tabaco, el consumo excesivo de alcohol…, ¿de qué deberíamos huir en nuestro día a día para tener una buena salud?

R. Del sedentarismo, de la adicción a internet... La adicción a internet es un problema que tenemos ahora, sobre todo entre la gente joven, que pasa cinco horas de media al día o más enganchada a la pantalla. Hay estudios muy solventes que ven que esta adicción a las pantallas, esta adicción a internet y a las redes sociales, se comporta como un factor de riesgo de conductas suicidas. Tenemos una epidemia de enfermedad mental en la gente joven como no ha habido nunca. Ser capaces de leer libros, de estar con los amigos físicamente, de dar paseos, de no ser sedentarios, de hacer ejercicio físico… Todo esto, según los índices de estilo de vida saludable, aumenta la longevidad y previene tanto la enfermedad mental como la somática.

Yo diría que hay cinco factores fundamentales que son no fumar, estar delgado, tener una buena adherencia a la dieta mediterránea, ser abstemios en gente joven o tener un consumo moderado en gente mayor y hacer ejercicio físico medio al menos 150 minutos cada semana. Estos cinco factores son bastante decisivos para evitar las principales enfermedades crónicas y también la enfermedad mental.

Estoy muy preocupado con el tema de los problemas de salud mental en gente joven, especialmente con el tema del suicidio, la ideación suicida, las conductas de autolesiones… porque por cada suicidio consumado hay por lo menos 20 personas más que están con ideación suicida. Entonces, esto es un problema gravísimo. Estamos hablando de que hay reconocidos 4.000 suicidios en España, pero con la pandemia ha subido mucho esto, especialmente la gente joven, y esto está surgiendo en todo el mundo. Y los mejores psiquiatras y psicólogos que han estudiado estos temas claramente lo achacan al abuso de pantallas.

"Los padres inteligentes les dan teléfonos tontos a sus hijos y los padres tontos son los que le dan un teléfono inteligente a su hijo"

Me parece que es un error por parte de los padres dar teléfonos con conexión a internet a los niños cuando son muy jóvenes, que es un regalo que a veces se les hace antes de los diez años; es una barbaridad absoluta, incluso antes de los 15 años. Yo suelo decir que los padres inteligentes les dan teléfonos tontos a sus hijos, teléfonos que no tienen acceso a internet, y los padres tontos son los que le dan un teléfono inteligente a su hijo. Este es un problema que voy a afrontar en el próximo libro, ‘Salmones, hormonas y pantallas’.

P. Y última pregunta. Lleva más de 30 años de profesión relacionando la salud pública y la alimentación. ¿Han intentado comprarle alguna vez?

R. Sí, varias veces y me he resistido como gato panza arriba.

Una multinacional de refrescos vino cuando publicamos el primer artículo en el que se veía que la obesidad tenía mucho que ver con los refrescos y nos ofrecieron financiar nada menos que el Observatorio de la Obesidad en España. Yo dije claramente que no, que si querían financiarlo pusieran el dinero a disposición del Ministerio de Sanidad y que Sanidad sacara una convocatoria para ser independientes de la empresa. Porque si una multinacional de refrescos estaba detrás del Observatorio de Obesidad… pues ya se sabe, el que paga manda.

También he ido a otras reuniones a las que asistía ingenuamente, hasta que vi que estaba todo controlado por alguna industria que vende productos insanos. He dejado de ir hace bastantes años a este tipo de reuniones.

Miguel Ángel Martínez-González (Málaga, 1957) lleva toda una vida profesional dedicada a velar por la salud de la población con la nutrición como punto fundamental de análisis. Su formación, más de mil investigaciones, libros y, sobre todo, una carrera intachable sin sombra alguna de la industria alimentaria le acaban de valer el premio Gregorio Marañón de Medicina que otorga el Ministerio de Ciencia e Innovación, el reconocimiento más importante de España en el ámbito de la investigación científica.

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