¿Un genio de la lámpara de la alimentación? Esto es lo que pedirían los nutricionistas españoles

Como cada año, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebra este domingo el Día Mundial de la Alimentación. Este año, el día está marcado por numerosos desafíos mundiales, como la guerra en Ucrania, el cambio climático, la inflación o las tensiones internacionales. Además, desde la organización explican que está en juego la seguridad alimentaria mundial.

Por esta razón, y para conocer la situación en la que se encuentra nuestro país, El Confidencial ha contactado con cinco profesionales de la alimentación para plantearles la siguiente pregunta:

Si pudiera cambiar tres aspectos negativos en el mundo de la alimentación en España, ¿qué cambiaría? ¿Por qué?

Roberto Vidal, 'El coach nutricional'

Dietista-nutricionista, preparador físico y divulgador en redes sociales. Su mayor propósito es influir positivamente en la máxima cantidad de gente posible para que adquieran el 'superpoder' de tomar decisiones saludables.

-La primera acción que añadiría para cambiar la alimentación en España sería instaurar un mayor desarrollo de contenidos en educar nutricionalmente en los colegios desde bien pequeños y mantenerlo durante toda la vida lectiva, para que haya siempre contacto con información relacionada con la nutrición. Lo ideal sería que se establecieran contenidos anuales adaptados a niños y adolescentes.

-Asimismo, creo que se debería reconocer el perfil del dietista-nutricionista en la sanidad pública. Esto ayudaría a que no se cometiesen errores como establecer pautas alimenticias obsoletas. Las consultas de los médicos endocrinos suelen ser de diez minutos y esto no es tiempo suficiente para un correcto servicio de nutrición. Además, muchos profesionales carecen de información complementaria y actualizada. También cabe añadir que hay personas que no se pueden permitir una consulta nutricional privada.

-El último cambio sería a nivel gubernamental. Que de algún modo desde el Ministerio de Sanidad se invierta mucho más en proyectos de educación nutricional para la población general, bien sea a través de actividades lúdicas, ferias de nutrición en distintas localidades... A día de hoy hay ciertos proyectos, pero no son suficientes. Hay que concienciar de la relación que existe entre alimentación, bienestar y calidad de vida.

Blanca García-Orea, 'Blancanutri'

Con casi 700.000 seguidores en Instagram y varios libros en el mercado, esta nutricionista recuerda cada día a sus seguidores la importancia de la microbiota para una salud integral.

-En primer lugar, impartiría clases de nutrición y de cocina en los colegios. La buena alimentación debe fomentarse desde pequeños. Ahora mismo los niños son los que peor comen, por las prisas y desinformación de sus padres, y las enfermedades que más están sufriendo nuestros niños por mala alimentación son: diabetes, hipertensión arterial, anemia, gastritis y enfermedades odontológicas.

-También eliminaría la visión anticuada sobre nutrición que únicamente se relaciona con adelgazamiento. Es necesario que el mundo sepa que lo que comemos influye en nuestro sistema inmune, en nuestras defensas, en la prevención y recuperación de enfermedades, en nuestro estado de ánimo, en cómo tomamos las decisiones, en la concentración, ansiedad, en nuestro nivel de energía del día a día o en el cansancio.

-Por último, cambiaría la comida de los hospitales. La alimentación es fundamental en la recuperación de enfermedades, ya que contribuye a bajar la inflamación y hace que asimilemos mejor la medicación y que el tiempo de recuperación sea menor. Ayuda a que estemos menos días hospitalizados, ahorra dinero público y, sobre todo, ayudará a que suframos menos enfermedades crónicas y metabólicas (diabetes, hipertensión, anemias, gastritis, enfermedades autoinmunes, etc).

Carlos Ríos

Este nutricionista es el creador del movimiento 'realfooding' y batalla en las redes sociales para que se vayan introduciendo pequeños cambios en el mundo de la alimentación en España con el objetivo de que la población acceda a comida más saludable.

-Primeramente, haría más accesible la comida saludable. Sabemos que ser consciente de nuestra alimentación es el primer paso para mejorarla. La divulgación y promoción de la comida saludable, de una dieta basada en la comida real, es muy importante y somos muchos los que lo hacemos desde redes sociales y otros canales. Ahora bien, no es suficiente: es importante que, además de generar conciencia, esta motivación pueda llevarse a la práctica. Por eso, es clave que todos los agentes que tenemos un papel en la alimentación no solo tomemos conciencia de la importancia de hacer más accesible la comida sana —especialmente las verduras y frutas—, sino que lo hagamos efectivo. Se trata de poner en marcha medidas como buscar mecanismos para que las frutas, verduras y alimentos de calidad estén al alcance de todos los bolsillos, mejorar la composición de los alimentos procesados que encontramos en el supermercado, hacer una mayor promoción de la comida sana, educar para saber entender el etiquetado de los productos o regular la publicidad de los ultraprocesados, especialmente la dirigida a menores.

-Para continuar, incorporaría clases de cocina y alimentación saludable en los colegios. La base de una buena alimentación empieza en la educación. Las clases de cocina podrían tomar muchas formas, aunque lo ideal sería que estas clases estuviesen enfocadas a mejorar las habilidades de cocina con el objetivo de hacer alimentos como los vegetales más atractivos y concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de la alimentación en nuestra salud. En este estudio, las clases de cocina para adultos y niños se asociaron con mejores actitudes, autoeficacia e ingesta saludable en adultos y niños.

-Finalmente, transformaría los menús de los comedores sociales y hospitales en saludables. Hoy podemos ver en los hospitales máquinas de 'vending' cargadas de productos insanos, cafeterías llenas de bollería e incluso en la comida que sirven a los pacientes. Una alimentación saludable a lo largo de la vida ayudaría al sistema a ahorrarse costes vinculados al peor pronóstico, estancias hospitalarias más largas, más mortalidad, etcétera. Un paciente malnutrido es mucho más vulnerable. Una buena alimentación fuera del hospital ayuda a prevenir y dentro del hospital ayudaría mucho a todo el proceso terapéutico en el que se ve inmerso el paciente. También ocurre en los comedores escolares: es importante educar en una alimentación saludable desde etapas tempranas en las que adquirimos muchos de los hábitos que nos acompañarán de por vida.

Juan Llorca

Chef con más de 25 años de experiencia. Su pasión por la cocina desembocó en un enorme interés por la nutrición, sobre todo la de los más pequeños. Esto le llevó a comenzar el movimiento #PorUnaEscuelaBienNutrida, en el que difunde una alimentación "sana, sabrosa y divertida".

-Lo primero que quiero mencionar es que me gustaría que se redujera el consumo de carnes procesadas como país y diéramos más importancia a la legumbre, que se ha dejado de consumir tanto. La carne se consume en exceso en cualquier grupo, desde los niños hasta adultos, pero durante la infancia mucho más.

-En segundo lugar, debemos aumentar la educación nutricional porque es imprescindible. Hay que fomentar, principalmente en la infancia y adolescencia, el consumo de frutas y verduras porque hay una carencia muy importante y estos alimentos deben tener un mayor peso. El problema es que la sociedad cree que no es tan prioritario su consumo en el crecimiento y no se suele ofrecer porque a los niños no les suele gustar y no nos queremos enfrentar a ello. Por ejemplo, ocurre con la creencia de que si los niños no meriendan no crecen y les damos un bocata de crema de chocolate en lugar de una fruta porque aparentemente no se la comerá. Así no saldremos de ese círculo nunca.

-En tercer lugar, veo fundamental que los niños y adolescentes aprendan a cocinar en las clases. Si un nutricionista te hace un menú saludable, pero no sabes cocinar los platos, ¿qué haces?

Carlos Ferrando

Especialista en Nutrición Clínica y Deportiva. Actualmente, es el nutricionista del Valencia CF y pasa consulta en su clínica Nutralab. Además, sube vídeos a las redes comparando alimentos, probando restaurantes o compartiendo recetas saludables.

-Para empezar, y desde mi punto de vista como nutricionista y de las personas que veo en el día a día en mi consulta, si pudiera cambiar algo serían los extremos que se divulgan en redes sociales, ya que encontramos una disparidad tremenda en diferentes cuentas que puede seguir una misma persona. A lo largo de un mismo día puede recibir un bombardeo intermitente de información: que el ayuno es bueno o es malo, el gluten hay que comerlo o está prohibido… Esto al final acaba generando muchísima confusión en la población, disminuyendo mucho la capacidad de elección de cada individuo.

-Seguidamente, cambiaría la legislación o las políticas dirigidas al marketing alimentario, ya que hoy en día encontramos un gran desconocimiento en el mundo de las marcas alimentarias con los sellos que nos indican que el producto tiene más proteínas, menos calorías, que son 'light', veganos, sin gluten… En definitiva, nos hacen creer que simplemente por ese etiquetado lo que estamos comprando es más sano y vamos a ser más saludables.

-En última instancia, cambiaría la educación que están recibiendo actualmente nuestros hijos, tanto en el ámbito escolar como en el familiar. Si hay una carente educación en las bases nutricionales, lo que vamos a encontrar son padres que se encuentran con esos extremos en redes sociales y esa publicidad del supermercado. Al final, es el mensaje que van a trasladar a sus hijos, generando mayor nivel de confusión.