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Personas con alta sensibilidad: ¿tienen un don o sufren un castigo?
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SALUD MENTAL

Personas con alta sensibilidad: ¿tienen un don o sufren un castigo?

Vivir con las emociones a flor de piel puede ser una suerte o una condena. Identificar este rasgo de la personalidad es el primer paso para saber convivir con ello

Foto: La alta sensibilidad no es un trastorno, es un rasgo de la personalidad. (iStock)
La alta sensibilidad no es un trastorno, es un rasgo de la personalidad. (iStock)

Se estima que entre el 15 y el 20% de la población encajaría con el perfil psicológico de las personas con alta sensibilidad. Es decir que, aproximadamente, dos de diez personas experimentan las emociones de un modo más intenso que el resto, perciben cualquier pequeño cambio a su alrededor con suma facilidad, disfrutan de la soledad y buscan la perfección en todo momento. Estos son algunos de los aspectos que nos sirven para aproximarnos a la alta sensibilidad, un asunto que no debe entenderse como un trastorno psicológico o una enfermedad mental, sino como un rasgo de la personalidad.

Foto: Foto: iStock.

Ahora bien, ¿cómo calificar esa intensidad con la que viven estas personas? ¿Se trata de un problema, una carga con la que han de lidiar o, por el contrario, podría considerarse una suerte por la que dar gracias? La psicóloga Beatriz González, directora de Somos Psicólogos (Madrid), considera "muy positivo tener una capacidad enorme de disfrutar, de emocionarse, de ser creativos, captar los detalles, ser empáticos". Ahora bien, también advierte que "estos rasgos de las personas con alta sensibilidad tienen que ser trabajados de una manera correcta para ayudarles a aceptarse, quererse y saber identificar lo que les ocurre, ya que de lo contrario pueden llevar al aislamiento social, a no ser entendidos por otras personas y, en última instancia, esto llevar a sufrir ansiedad o depresión".

Claves de la alta sensibilidad

El estudio de la alta sensibilidad en las personas es algo relativamente reciente, pero cada vez está adquiriendo más presencia y peso en la comunidad científica. Expertos e investigadores de todo el mundo han analizado este concepto desde hace décadas. Ahora bien, probablemente, fue la psicóloga americana Elaine Aron la que llevó a cabo la aportación más importante al respecto. Según sus investigaciones, existen cuatro pilares básicos que sostienen el concepto de alta sensibilidad en personas y que agrupó bajo el paraguas del acrónimo DOES: Depth of Processing (profundidad de procesamiento), Overstimulation (sobreestimulación), Emotional Reactivity y Empathy (gran emocionalidad y empatía) y Sensing the Subtle (sensibilidad hacia las sutilezas).

La psicóloga Elaine Aron es la que ha hecho la aportación más importante sobre la alta sensibilidad

Reunir estos requisitos significa que estaríamos hablando de personas que suelen reflexionar de manera profunda sobre toda la información que reciben del exterior, que no pueden evitar sobreestimularse, lo que les provoca una angustiosa sensación de saturación, que sienten sus emociones con extrema intensidad consecuencia de una gran capacidad empática, y que cuentan con una elevada sensibilidad sensorial que hace que perciban el exterior de forma mucho más acusada que el resto.

7 rasgos para identificarla

Los puntos DOES firmados por la doctora Aron son el punto de partida para averiguar si alguien es una persona con alta sensibilidad, o PAS, acrónimo que comienza a extenderse y conocerse por la sociedad. Sin embargo, existen muchas otras actitudes, comportamientos y rasgos con los que una PAS puede sentirse identificada. La psicóloga nos acerca y aclara siete de los más comunes.

Experimentan la felicidad, la tristeza, la injusticia... de forma muy intensa

Está demostrado que ser PAS se debe a causas fisiológicas, ya que el sistema neurosensorial de estas personas está mucho más desarrollado. Esto significa que la forma en la que las PAS experimentan los estímulos, ya sean físicos o emocionales, es mucho más acusada que la del resto de la población. Por esta razón, pueden experimentar las emociones de forma mucho más intensa.

placeholder Los sentimientos se viven de forma más extrema en las personas con alta sensibilidad.
Los sentimientos se viven de forma más extrema en las personas con alta sensibilidad.

Poseen el umbral del dolor muy bajo

Realmente no se trata de que las personas PAS tengan una menor tolerancia al dolor, sino que sienten el dolor de una manera mucho más extrema. Precisamente porque su capacidad sensitiva es tan elevada, estímulos que para otras personas pasan desapercibidos resultan muy acusados para las PAS. Esto sucede no solo con el dolor, sino también, por ejemplo, con el placer o la felicidad. Por lo tanto, se trata de una creencia errónea.

Foto: Foto: iStock.

Perciben los pequeños cambios con facilidad

Al tener tan desarrolladas sus capacidades sensitivas, estas personas suelen ser mucho más perceptivos que el resto de la población. Cuestiones que para cualquiera pasarían desapercibidas serían mucho más evidentes para un PAS. Pongamos un ejemplo: el zumbido de un mosquito es un sonido tenue, que por lo general pasa inadvertido para la mayor parte de las personas, salvo que estén en absoluto silencio; siguiendo este ejemplo, una persona PAS sería más sensible a este sonido y, en consecuencia, a ser consciente del mismo. No quiere decir que tengan mejor oído, sino que, oyendo lo mismo, son más conscientes de dicho sonido.

Les resulta difícil tomar decisiones

No es que a las PAS les cueste tomar decisiones, sino que procesan una cantidad mucho mayor de información a la hora de tomar esas decisiones. Al ser tan conscientes de todos esos estímulos que hemos mencionado, cuando tienen que valorar diferentes cursos de acción, se ven obligados a recopilar y valorar toda la información de la que disponen, que es mucha. Esto les lleva, obviamente, a que su proceso de toma de decisiones lleve más tiempo, pero no por indecisión sino por la cantidad de información sobre la cual se ven obligados a decidir.

Disfrutan de la soledad y la tranquilidad

Uno de los rasgos más frecuentes de las PAS es la sobresaturación, esto es, la sobrecarga que les genera en un momento dado estar expuestos constantemente a estímulos tan importantes. Esto les lleva a bloquearse o incluso estresarse, por lo que muchas veces necesitan encontrar lugares tranquilos en los que descansar de ese bombardeo continuo de sensaciones.

No hay que confundir esto, sin embargo, con que sean tímidos o poco sociales. Por el contrario, se trata de personas muy empáticas que disfrutan de la compañía de otros individuos, pero que, como decíamos antes, necesitan 'desconectar' de vez en cuando.

placeholder La personas con alta sensibilidad disfrutan con los momentos de soledad. (iStock)
La personas con alta sensibilidad disfrutan con los momentos de soledad. (iStock)

Son personas muy perfeccionistas

Al tener una capacidad sensitiva tan desarrollada, las pequeñas imperfecciones o sutilezas que para los demás pasan desapercibidas son muy evidentes. Por eso, son mucho más conscientes de los pequeños 'errores' que la mayor parte de la gente pasa por alto, lo que les lleva hacia ese perfeccionismo. El mayor problema de esto es que, si no se controla, puede llevar a una elevada ansiedad, al detectar constantemente errores en todo y ser incapaz de arreglarlos.

Necesitan un tiempo para adaptarse a los cambios

Una de las mayores fuentes de estrés para cualquier persona son los cambios. Cuanto más significativa sea la variación, mayor será ese estrés. Por este motivo, si añadimos a una situación de cambio el hecho de necesitar procesar mucha más información en profundidad y una capacidad sensorial mucho más destacada, es normal que el vaivén genere un mayor impacto sobre las personas PAS.

Aquí entra además en juego otro factor, que es la gran emocionalidad de las personas con alta sensibilidad. Una de sus características distintivas es el alto desarrollo de sus emociones, que muchas veces vinculan con olores, sonidos, lugares u objetos. Por este motivo, si añadimos la alta capacidad sensitiva y el estrés que genera a la emocionalidad vinculada a cualquier cambio, es lógico que este tipo de situaciones sean un poco más difíciles para ellos.

"Lo más importante es que el niño acepte sus rasgos, que comprenda que ni es bueno ni malo"

La alta sensibilidad antes de ser adulto

Si ya es difícil manejar las emociones, pensamientos, reacciones y conductas mencionadas cuando las experimenta un adulto, el asunto se complica mucho más si todo esto ocurre en el marco de la infancia o la adolescencia. En estos casos, "lo más importante es que el niño acepte sus rasgos, que comprenda que ni es bueno ni malo. El objetivo es ayudarle a entenderse, a quererse y respetarse", asevera González, quien defiende la idea de que "nunca hay juzgar lo que siente o cómo lo manifiesta, sino todo lo contrario, hay que ayudarle a que nombre lo que está sintiendo, a distinguir sus emociones y pensamientos, y facilitarle que lo exprese libremente, en un espacio de seguridad".

Se estima que entre el 15 y el 20% de la población encajaría con el perfil psicológico de las personas con alta sensibilidad. Es decir que, aproximadamente, dos de diez personas experimentan las emociones de un modo más intenso que el resto, perciben cualquier pequeño cambio a su alrededor con suma facilidad, disfrutan de la soledad y buscan la perfección en todo momento. Estos son algunos de los aspectos que nos sirven para aproximarnos a la alta sensibilidad, un asunto que no debe entenderse como un trastorno psicológico o una enfermedad mental, sino como un rasgo de la personalidad.

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