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¿De dónde viene el dolor de espalda? Hay que escuchar al paciente y seguir la pista
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¿De dónde viene el dolor de espalda? Hay que escuchar al paciente y seguir la pista

Es un problema muy frecuente, tanto que el 90% de la población lo sufrirá en algún momento de su vida. Para tratarlo con éxito hay que hacer un diagnóstico correcto, basado en lo que cuenta el paciente y sin escatimar en las exploraciones

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El dolor de espalda puede estar generado en los huesos o articulaciones de nuestras columnas, puede ser un dolor referido, que venga o esté causado en otra localización o derivado de una patología no propiamente ósea o articular de nuestras columnas, como podría ser aquel dolor provocado o proveniente de nuestros músculos, fascias o piel.

El diagnóstico de la causa de un dolor de espalda no es fácil debido, como ya podemos imaginar, al gran número de estructuras presentes. Además, estas se intercomunican, cruzan e insertan de manera compleja. Si a ello sumamos miles de pequeñas terminaciones nerviosas aferentes que inervan los huesos, discos, articulaciones, ligamentos, músculos y fascias, la cosa se complica aún más. Nuestros cerebros realizan un esfuerzo ímprobo para poder interpretar toda esta información, y son ellos los responsables últimos del dolor.

Foto: El movimiento del swing se repite decenas de veces. (iStock)

Cómo se interpreta el dolor es de vital importancia y objeto de estudio desde hace años y, de hecho, diferentes estrategias terapéuticas actuales y futuras van en esta dirección. Otras, en cambio, intentan que la información llegue modificada al cerebro, como son aquellas que neuromodulan la señal.

Tratamiento conjunto

También somos muchos y diferentes los especialistas que luchamos para aliviar el dolor por el que nos consultan los pacientes. Desde el médico de cabecera o el médico de urgencias que pauta un tratamiento hasta el especialista de columna que opera. Desde el fisioterapeuta o rehabilitador hasta el médico especialista en dolor. Cada uno, desde nuestra especialidad, realizamos, seguramente, un enfoque terapéutico diferente. Sin embargo, el paciente es uno y su problema también es uno. Muchas veces, nos tenemos que coordinar y combinar diferentes tratamientos.

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Nosotros, en nuestro instituto, creemos que el enfoque multidisciplinar es el que más y mejor beneficia al paciente. Tendremos mayores probabilidades de éxito si somos capaces de aplicar aquella terapia en el momento adecuado, sea cual sea, o bien combinar más de una en un mismo momento. Pero siempre desde el conocimiento y el diagnóstico.

Lo primero: el diagnóstico

Tener un diagnóstico certero es una pilar fundamental desde siempre en medicina y no hay que escatimar esfuerzos ni tiempo en llegar a él. Si erramos, cualquier tratamiento que implementemos fallará y conducirá a un agotamiento psicológico del paciente y de su familia, lo que redundará en un aumento del dolor y la desesperación.

Foto: Foto: iStock. Opinión

Nosotros siempre nos hemos apoyado en la tecnología y en los conceptos modernos que definen nuestras columnas. En este sentido, hace años que incorporamos el primer escáner EOS y contamos con dos de los tres escáneres que en este momento están instalados en España. Con el escáner EOS podemos ver la alineación que tienen nuestras columnas, podemos interpretar mejor la relación con otras articulaciones como caderas o rodillas. Pero también hay pacientes que precisan de radiografías dinámicas, TAC o resonancia magnética.

La exploración física es de vital importancia, así como escuchar lo que nos explica el paciente. Un paciente intervenido que nos diga que el dolor que presenta es el mismo que el que experimentaba antes de la intervención, seguramente indica que o bien la intervención no ha solucionado la patología o bien que la causa del dolor no estaba allí o no era esa. Por el contrario, un paciente que nos explique un dolor diferente o que tras la intervención transcurrió un periodo asintomático querrá decir que el dolor no está en la zona intervenida sino en otro lugar.

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En la escucha tenemos que observar atentamente tanto al paciente como a su acompañante y preguntar sobre sus hábitos y trabajo. El estrés es otro factor que con frecuencia agrava el dolor o lo somatiza. El tiempo que el paciente lleve con dolor también será otro factor que determine el éxito de cualquier terapia. Exploraremos si el dolor sigue un patrón anatómico claro y congruente, y preguntaremos sobre las características de distribución, temporales o de relación mecánica del mismo.

Como vemos, no será siempre fácil llegar a un diagnóstico certero en todos los casos. Por fortuna, hoy en día contamos con mucho más conocimiento y excelentes medios y tecnología diagnóstica.

Recordemos siempre que el mejor consejo para no tener dolor es cuidar nuestras columnas y realizar ejercicio de forma frecuente.

El dolor de espalda puede estar generado en los huesos o articulaciones de nuestras columnas, puede ser un dolor referido, que venga o esté causado en otra localización o derivado de una patología no propiamente ósea o articular de nuestras columnas, como podría ser aquel dolor provocado o proveniente de nuestros músculos, fascias o piel.

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