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Cuando los estrógenos te impiden dejar de fumar
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Cuando los estrógenos te impiden dejar de fumar

Un nuevo estudio ha probado que la generación de esta hormona en el cerebro de las mujeres cesa con el consumo de nicotina, y eso puede tener importantes repercusiones en el tabaquismo femenino

Foto: Los estrógenos y el tabaco: una compleja relación. (iStock)
Los estrógenos y el tabaco: una compleja relación. (iStock)

Que no vengan a negarlo: dejar de fumar es una tarea titánica (que el autor de estas líneas ha emprendido en múltiples ocasiones y nunca completado). No son escasas tampoco las técnicas para conseguirlo, desde parches de nicotina a terapias de hipnosis. Pero el problema es que prácticamente cada día descubrimos nuevas razones por las que el tabaco nos tenía 'enganchados', no solo de forma psicológica (es un hábito muy presente en nuestro subconsciente), sino también química.

La última ha sido desvelada por la profesora Erika Comasco, de la Uppsala University, en Suecia, en un nuevo estudio que explora cómo existe una conexión (en las mujeres) entre la generación de estrógeno en el cerebro (o más bien el cese de dicha generación) y el consumo de tabaco. Esto, según la autora, puede ser una de las causas de que "el comportamiento de las fumadoras sea tan diferente de aquellas que no consumen tabaco y también de por qué presentan una resistencia superior que los hombres a dejar de fumar".

"Las mujeres parecen ser más resistentes a la sustitución química de la nicotina que los hombres y experimentan más recaídas"

Como explica Erika Comasco, "nos sorprendió ver que se observaban notables cambios químicos incluso con una sola dosis de nicotina, equivalente a un solo cigarrillo, lo que es muestra de cómo de potentes son las consecuencias del tabaquismo en el cerebro de las mujeres. Esto es un efecto del que no se tenía constancia hasta el momento".

El efecto observado se daba principalmente en el tálamo, una de las regiones centrales del cerebro (para los que no somos ases en anatomía, se trata del bulbo en el 'núcleo' en el que 'desemboca' la médula espinal) que sirve como interconexión entre la médula espinal, el cerebelo y el resto, con lo que toda la información sensorial pasa por él. Además, forma parte del sistema límbico de nuestro cerebro, uno de los principales responsables de la gestión del comportamiento y de las respuestas emocionales.

placeholder Las recaídas son más frecuentes en las mujeres. (iStock)
Las recaídas son más frecuentes en las mujeres. (iStock)

Para llevar a cabo su estudio (muy limitado para los estándares científicos actuales, cosa que los propios autores reconocen, y afirman que será necesario llevar a cabo más investigación), los investigadores trabajaron con un grupo de 10 voluntarias sanas a las que se les administraron dosis intranasales de nicotina al mismo tiempo que se les inyectaba un marcador radioactivo junto a una molécula que se une a la aromatasa, un precursor químico del estrógeno.

Después, gracias a resonancias magnéticas y tomografías por emisión de positrones, los investigadores pudieron determinar la cantidad de aromatasa y su localización en el cerebro antes y después de la administración de nicotina, determinando que la producción de estrógenos disminuía considerablemente con esta molécula propia del tabaco.

Foto: Foto: Unplash/@haim_charbit18.

Estos datos, aunque los autores son cautos en sus conclusiones, podrían tener relevancia dado que "se sabe desde hace tiempo las diferencias entre hombres y mujeres en su relación química con el tabaco. Las mujeres parecen ser más resistentes a la sustitución química de la nicotina que los hombres, experimentan más recaídas y muestran una mayor vulnerabilidad a la heredabilidad del tabaquismo".

Esto, aunque está lejos de ser concluyente, puede abrir una nueva vía para ganar terreno en la lucha contra el tabaquismo, que llevamos casi 100 años librando y ahora en este país, según publican diversas fuentes, están perdiendo 8,6 millones de personas.

Que no vengan a negarlo: dejar de fumar es una tarea titánica (que el autor de estas líneas ha emprendido en múltiples ocasiones y nunca completado). No son escasas tampoco las técnicas para conseguirlo, desde parches de nicotina a terapias de hipnosis. Pero el problema es que prácticamente cada día descubrimos nuevas razones por las que el tabaco nos tenía 'enganchados', no solo de forma psicológica (es un hábito muy presente en nuestro subconsciente), sino también química.

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