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¿Por qué es tan especial el caso del niño Oliver? Así es el tumor y su tratamiento
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Oncología infantil

¿Por qué es tan especial el caso del niño Oliver? Así es el tumor y su tratamiento

El equipo médico del Hospital Sant Joan de Deu, de Barcelona, ha comenzado la intervención para extirpar el tumor del cerebro del pequeño. Sin embargo, la cirugía no resolverá la enfermedad y será necesario aplicar otras terapias

Foto: Alejandro Romero, padre de Oliver, atiende a los medios a su llegada a Barcelona desde México. (EFE/Marta Pérez)
Alejandro Romero, padre de Oliver, atiende a los medios a su llegada a Barcelona desde México. (EFE/Marta Pérez)

El caso del pequeño Oliver acapara la atención desde hace más de una semana, a raíz de la petición de ayuda desesperada de sus padres. El niño, de tan solo dos años, acababa de ser diagnosticado de un ependimoma en grado 3, un tumor cerebral que exigía tratamiento inmediato. El problema es que en México, donde reside la familia española, los médicos no pueden llevar a cabo el tratamiento necesario y de ahí la llamada de auxilio del progenitor y la historia que se ha hecho famosa en los últimos días: un empresario anónimo dona 200.000 euros para trasladar al paciente desde México a España en un avión medicalizado y la llegada de Oliver al Hospital Sant Joan de Deu, de Barcelona, uno de los centros más prestigiosos en el tratamiento de cáncer infantil, donde, hace cinco días, el equipo médico catalán llevó a cabo la primera intervención dirigida a reducir la elevada presión intracraneal provocada por la acumulación de líquido.

Foto: El padre de Oliver ante el Hospital en el que será intervenido. (EFE/Marta Pérez)

Hoy, a primera hora de la mañana, ha comenzado la segunda fase de la cirugía con la que los neurocirujanos pretenden eliminar total o parcialmente el tumor, situado en el tronco cerebral, para posteriormente continuar con el tratamiento oncológico.

¿De qué tumor se trata?

El diagnóstico compartido por el padre, Alejandro Romero, es ependimoma en grado 3, un tumor primario del sistema nervioso central (se origina en el cerebro o en la médula espinal), que puede aparecer a cualquier edad, aunque, generalmente, surge en niños pequeños.

En cuanto a los síntomas, según la Clínica Mayo, en los niños el tumor se manifiesta con convulsiones y dolores de cabeza, mientras que en los adultos lo hace como debilidad de la parte del cuerpo que controlan los nervios afectados por el tumor.

¿Cómo se diagnostica?

Examen neurológico: la exploración incluye la visión, la audición, el equilibrio, la coordinación, la fuerza y los reflejos. Los problemas en una o más de estas áreas pueden orientar sobre la región del cerebro que podría estar afectada por un tumor cerebral.

placeholder Resonancia magnética cerebral. (Lancaster University)
Resonancia magnética cerebral. (Lancaster University)

Estudio de diagnóstico por imagen: mediante resonancia magnética, principalmente, se observa el tumor. Debido a que el ependimoma puede suceder tanto en el cerebro como en la columna vertebral, se deben utilizar diferentes pruebas de diagnóstico para crear imágenes de las dos zonas.

Análisis de líquido cefalorraquídeo: una punción lumbar servirá para extraer el líquido de la columna vertebral y determinar la presencia de células tumorales. Consiste en introducir una aguja entre dos huesos en la columna vertebral baja para retirar líquido de la médula espinal. Se analiza el líquido en busca de células tumorales y otras anomalías.

Grados del tumor

El ependimoma se clasifica en tres grados según sus características. Como recoge la web del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, dentro de cada grado hay diferentes subtipos de ependimomas. Los análisis moleculares ayudan a identificar subtipos que se relacionan con la localización y las características de la enfermedad.

Foto: Fuente: iStock

Grado I: tumor de grado bajo. Esto significa que las células del tumor crecen de forma lenta. Los subtipos son el subependimoma y el ependimoma mixopapilar. Ambos son más comunes en adultos que en niños. El tumor mixopapilar suele aparecer en la médula espinal.

Grado II: tumor de grado bajo que se presenta en el cerebro o en la médula espinal.

Grado III: tumor maligno (canceroso). Esto significa que es un tumor de crecimiento rápido. Los subtipos incluyen el ependimoma anaplásico, que se presenta con mayor frecuencia en el cerebro, pero también aparece en la médula espinal.

El grado del tumor definirá el tratamiento más adecuado para curar o mitigar la enfermedad.

Tratamiento

La Clínica Mayo describe las cinco modalidades terapéuticas para el ependimoma. Con frecuencia, el abordaje exige la combinación de varias:

Cirugía: el objetivo es extirpar el tumor entero, pero, a veces, el ependimoma está ubicado cerca de tejido cerebral o medular delicado, lo que hace que esto sea demasiado arriesgado. Si se extirpa el tumor entero es posible que la enfermedad se dé por resuelta y no sea necesario un tratamiento complementario, pero si quedan restos, o el tumor es muy agresivo, hay que aplicar otras terapias.

Foto: La doctora Elena Panizo y una paciente ya tratada. (Clínica Universidad de Navarra)

Radioterapia: emplea haces de alta energía, como rayos X o protones, para matar las células cancerosas. La radioterapia podría recomendarse después de una cirugía para ayudar a prevenir la recurrencia de tumores más agresivos o si los cirujanos no pudieron extraer el tumor por completo.

La protonterapia es una técnica con menos efectos adversos para el paciente, por lo que se está imponiendo para determinados tumores, sobre todo infantiles

Radiocirugía: técnicamente es un tipo de radiación y no una operación. La radiocirugía estereotáxica concentra múltiples haces de radiación en puntos específicos para destruir las células tumorales. A veces, se utiliza la radiocirugía cuando un ependimoma vuelve a aparecer después de la cirugía y la radiación.

Quimioterapia: su eficacia no es muy alta y está reservada para determinadas situaciones, como cuando el tumor vuelve a crecer a pesar de la cirugía y la radiación.

Ensayos clínicos: participar en el estudio de nuevos tratamientos ofrece la oportunidad de probar las últimas opciones terapéuticas, pero los riesgos y los efectos secundarios son, a menudo, desconocidos.

La parte más 'positiva' es que no es común que el ependimoma se disemine fuera del SNC. Pero es posible que se disemine a otras partes del SNC a través del líquido cefalorraquídeo.

El caso del pequeño Oliver acapara la atención desde hace más de una semana, a raíz de la petición de ayuda desesperada de sus padres. El niño, de tan solo dos años, acababa de ser diagnosticado de un ependimoma en grado 3, un tumor cerebral que exigía tratamiento inmediato. El problema es que en México, donde reside la familia española, los médicos no pueden llevar a cabo el tratamiento necesario y de ahí la llamada de auxilio del progenitor y la historia que se ha hecho famosa en los últimos días: un empresario anónimo dona 200.000 euros para trasladar al paciente desde México a España en un avión medicalizado y la llegada de Oliver al Hospital Sant Joan de Deu, de Barcelona, uno de los centros más prestigiosos en el tratamiento de cáncer infantil, donde, hace cinco días, el equipo médico catalán llevó a cabo la primera intervención dirigida a reducir la elevada presión intracraneal provocada por la acumulación de líquido.

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