El auge imparable de los test de microbiota: ¿merece la pena hacerse uno?

El impresionante desarrollo de las técnicas genómicas ha permitido abrir nuevos campos muy prometedores para la salud. Después del hito de la secuenciación completa del genoma humano en 2003, los científicos comprendieron que esa información era insuficiente para encajar por completo todas las piezas del puzle de la vida (y la salud) de las personas. Finalmente, la tarea se dio por concluida en 2021 (aunque el anuncio oficial de la secuenciación del primer genoma humano completo se demoró hasta marzo de 2022 y se hizo a través de la prestigiosa revista Science).

Estos estudios dieron paso al análisis de otros genomas, entre ellos, el de los billones de microorganismos que conviven con nosotros, para lo que se puso en marcha el Proyecto Microbioma Humano, financiado con fondos públicos de los Institutos de Salud de Estados Unidos (INH) desde 2007 hasta 2016.

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A lo largo de estos años, el proyecto ha ofrecido un volumen ingente de información, y la microbiota -sobre todo la intestinal, aunque también la de la boca- ha captado el interés de cientos de grupos de investigación en todo el mundo, que han encontrado evidencias suficientes de la relación entre la composición bacteriana del organismo con muchas enfermedades, desde la obesidad hasta la depresión y, por supuesto, las enfermedades gastrointestinales.

Buscando el mejor test

A partir de sus resultados, los científicos han sabido inocular a los ciudadanos el interés por la microbiota y ha calado la idea de que mantener el equilibrio entre especies puede ser un seguro de salud. Lo más atractivo es que está en nuestras manos cuidar de la microbiota, principalmente siguiendo una dieta variada, abundante en fibra y alimentos vegetales y fermentados, y evitando el consumo de tóxicos o de ciertos medicamentos (los antibióticos alteran la composición de la microbiota).

Por tanto, parece razonable que debamos conocer el estado de nuestra microbiota y hacernos un test es la vía más sencilla y directa de saber quién convive con nosotros. Unas veces será un profesional de la salud el que recomiende la prueba y otras será por iniciativa propia; sea como fuere, ¿qué test es el mejor y qué ofrece? Nada mejor para encontrar respuestas que ir a ese gran oráculo que es Google, y sí, recoge información suficiente para despejar todas las incógnitas, lo malo es que es casi imposible saber cuál es mejor.

Microbiota hace referencia al conjunto de organismos vivos en un ambiente; microbioma engloba todo lo relativo al ecosistema intestinal

La bióloga Marta Llopis, de Synlab España, que comercializa el test myBIOME, confirma que “hay numerosas pruebas en el mercado que analizan la composición de los microorganismos que habitan en el intestino, la mayoría son test de microbiota y otros de microbioma”. Y aquí está una de las diferencias importantes: “El término microbiota hace referencia al conjunto de organismos vivos presentes en un ambiente; sin embargo, el término microbioma engloba todo lo relativo al ecosistema intestinal: los organismos que habitan en nuestro intestino y las moléculas que producen y que les permiten interactuar entre ellos y con el entorno, incluyendo también las estructuras microbianas y elementos genéticos móviles”.

Llopis aclara que la importancia de establecer esa diferencia es la conclusión a la que llegó un panel de expertos internacionales en 2020, ya que “para poder comprender cómo los microorganismos intestinales influyen en la salud, no es suficiente con estudiar la microbiota y que es indispensable analizar todos los demás elementos, es decir, el microbioma intestinal”.

Por lo tanto, dice la bióloga a El Confidencial, a la hora de escoger un test, “es muy importante solicitar información acerca de la tecnología utilizada, pues solamente la secuenciación completa del genoma microbiano contenido en las heces permite analizar el microbioma intestinal y obtener así una información mucho más completa y fiable”.

Un test de microbioma permite conocer cómo somos de únicos en función de los microorganismos de nuestro intestino

Un test de microbiota es “una fotografía instantánea que ofrece mucha información sobre nuestra salud intestinal actual y el bienestar general”, argumenta Paul Hammer, biólogo de sistemas y fundador y director general de la empresa alemana Biomes, que cuenta con un test de microbiota comercializado. “Nadie tiene la misma composición de microorganismos, por lo que un test de microbioma como el nuestro nos permitirá conocer cómo somos de únicos en función de los microorganismos de nuestro intestino”, añade Marta Llopis. “También nos mostrará si la capacidad funcional de nuestro microbioma es equilibrada, cubriendo parámetros que van desde la digestión de la fibra y las proteínas hasta la producción de sustancias que pueden interactuar con nuestros sistemas inmunológico, metabólico y nervioso, pasando por la transformación de los medicamentos que tomamos”.

Consejo individualizado

Toda la información está, según los portavoces de ambas compañías, respaldada por la evidencia científica y eso ayuda a los usuarios a comprender cómo la salud influye sobre su microbioma intestinal. El informe final del estudio incluye “recomendaciones personalizadas basadas en los puntos débiles del intestino. Son, principalmente, consejos relacionados con la alimentación y destinados a lograr que las bacterias ausentes colonicen el intestino”, apunta Hammer.

La empresa internacional va un paso más allá y junto con el informe "ofrece recomendaciones nutricionales personalizadas que serán explicadas en una consulta”, subraya Llopis. “Estas recomendaciones van dirigidas a estimular el crecimiento de los microorganismos beneficiosos que uno posee según su capacidad para degradar fibras prebióticas, lo que permite reequilibrar el microbioma sin necesidad de introducir agentes biológicos externos, como suplementos, si no es necesario”, matiza.

No es un examen médico

Dar valor de prueba médica a este tipo de test es todavía prematuro y así lo reconocen los portavoces de las dos compañías. En el informe que ofrece myBIOME se indica que “toda la información proporcionada (incluida la contenida en nuestro sitio web o en los informes de microbioma) es de carácter meramente informativo. No es un consejo médico ni debe considerarse como sustituta de una consulta con su médico o profesional sanitario. No pretende diagnosticar afecciones ni prescribir el uso de remedios, dietas o prácticas de estilo de vida”.

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En la misma línea se pronuncia el alemán: “La prueba no es un examen médico, por lo que no se hace un diagnóstico ni se sugiere una terapia. Sin embargo, el resultado contiene un amplio rango de datos que podrá servir de base para la consulta con un profesional (nutricionista o un médico)”.

¿Qué dicen los clínicos?

Aunque hay especialistas que consideran que conocer el microbioma intestinal puede ayudar a encontrar el origen de algún problema de salud, el consenso dista mucho de ser unánime. El nutricionista Miguel Aganzo, de los hospitales Fundación Jiménez Díaz y Rey Juan Carlos, afirma que “es esencial saber la composición de la microbiota y los test son la herramienta perfecta para ello. A partir de aquí, el tratamiento con dieta más un probiótico (y a veces antibiótico) permite corregir desequilibrios”.

Por el contrario, el doctor Luis Bujanda, responsable del Área de Enfermedades Hepáticas y Gastrointestinales del Instituto Biodonostia y reconocido por la Universidad de Stanford como uno de los investigadores más influyentes en el campo de la gastroenterología, sostiene que “no es útil hacer un test de microbiota y no está establecido ningún tipo de enfermedades en las que pudiera ser útil”.

Conocer el estado de la microbiota carece de utilidad clínica en la actualidad, pero su interés en la investigación es muy alto

Para Bujanda, disponer de esa información “carece de utilidad en la práctica clínica”. Otra cosa bien diferente es admitir su enorme utilidad en el campo de la investigación. El grupo del también catedrático de Medicina de la Universidad del País Vasco ha llevado a cabo relevantes investigaciones sobre la relación entre microbiota y cáncer colorrectal o microbiota y fibromialgia, pero de aquí a esperar que tengan a corto plazo una utilidad clínica hay un trecho: “Todavía hacen falta estudios clínicos que confirmen los hallazgos del laboratorio y para eso se necesita dinero y mucho tiempo”.

Solo admite, aunque con reservas, la aplicación de los exámenes de microbiota para las gastroenteritis agudas, aunque "estas enfermedades agudas tienen una evolución de pocos días, hagamos lo que hagamos, y demostrar que somos capaces de cambiar la evolución interviniendo sobre la microbiota está todavía por definir", matiza.

El especialista en enfermedades digestivas reitera su negativa a la supuesta conveniencia de hacerse un examen de microbiota para mejorar la salud intestinal, solo admite que “es posible que tenga alguna utilidad para la detección de cáncer colorrectal en combinación con otras pruebas, como el estudio de sangre oculta en heces”.

El dictamen del doctor Bujanda sobre la utilidad clínica de los test de microbiota es rotundo: “Actualmente están sobredimensionados”.

Interés en la calle

A pesar de las opiniones encontradas de los profesionales de la salud, parece que los ciudadanos cada vez sentimos más la necesidad de someternos a uno de estos test. La bióloga de Synlab asegura que “las ventas de myBIOME en septiembre de este año fueron un 500% más elevadas que el mismo mes del año anterior. Esto demuestra la cada vez mayor relevancia que tiene este tema en la salud en general”.

¿Y los precios? Haciendo una búsqueda por internet se pueden encontrar desde unos 150 euros los más baratos hasta 380 el más caro.

Llegados hasta aquí, la pregunta sería qué interés tiene hacerse un examen de microbiota. La investigación es apasionante y prometedora, pero hace falta más evidencia científica sobre su utilidad clínica, aunque si el propósito del test es saber quiénes son los inquilinos de nuestro intestino, la curiosidad queda bien satisfecha.