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El WhatsApp salvador: cuando el móvil es el único método de coordinación entre médicos
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BAJO EL MICROSCOPIO

El WhatsApp salvador: cuando el móvil es el único método de coordinación entre médicos

Los sanitarios involucrados en el trasporte de pacientes con máquinas de ECMO lanzan una petición unánime para que el Ministerio de Sanidad establezca unos protocolos y un mecanismo de coordinación

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Hace unas semanas se produjo una situación médica complicada, que afortunadamente acabó bien gracias a la iniciativa y la gran profesionalidad de sanitarios de tres comunidades distintas. Se trataba de Pablo, un niño de dos años con afectación pulmonar, ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital General de Burgos en situación muy inestable que necesitaba para seguir viviendo de la conexión a un ECMO, acrónimo en inglés del sistema diseñado para oxigenar la sangre mediante una membrana extracorpórea. Este aparato permite sustituir la función del pulmón enfermo mientras este se recupera, extrayendo la sangre a través de un circuito externo donde se oxigena, se limpia de anhídrido carbónico y se devuelve de nuevo al enfermo. Aunque no es una técnica nueva, lo cierto es que cada vez se utiliza más y no solo en el tratamiento de enfermedades pulmonares, sino por ejemplo en la extracción y preservación de órganos para trasplante. Durante la pandemia ha conseguido salvar centenares de vidas en pacientes muy comprometidos.

Foto: Operativo de traslado de un paciente con ECMO realizado en 2021. (EFE)

Las indicaciones en los niños son afortunadamente limitadas a unas decenas al año, una cifra que hace inviable que se disponga de esta técnica con el consiguiente equipo entrenado en todos los hospitales. En España hay 15 centros con esta tecnología, pero solo tres de ellos en Málaga, Madrid y Barcelona cuentan con el equipo preparado para desplazarse a distancia y trasladar al enfermo. En el caso de Pablo, a la llamada de petición de ayuda vía WhatsApp del hospital de Burgos respondió el hospital Doce de Octubre de Madrid, que tenía la máquina necesaria, pero no el personal para desplazarse, que, en cambio, sí estaba disponible en el Materno-Infantil de Málaga.

Todo se puso en marcha gracias a esta cadena de profesionales de tres hospitales, unidos por el WhatsApp, que confluyeron en Burgos (y en el caso de los malagueños adelantando el dinero de los billetes de avión a Madrid y el taxi de vuelta), conectaron el ECMO al niño y lo trasladaron en dos ambulancias junto con seis sanitarios y escoltados por la guardia civil hasta Madrid para continuar su recuperación.

Desde luego no ha sido la primera vez que se produce un dispositivo como este ni tampoco será la última ya sea en niños o en adultos. De hecho, durante la pandemia, estas conexiones profesionales de WhatsApp entre intensivistas sirvieron para conectar hospitales y salvar muchas vidas de enfermos en situación crítica que de esta forma pudieron recibir el tratamiento adecuado donde estuviera disponible. Lo que realmente llama la atención es que, en pleno siglo XXI, toda esta coordinación tenga que depender de la iniciativa de los médicos y no haya una serie de protocolos y mecanismos de coordinación oficiales establecidos entre hospitales y entre comunidades que conviertan lo heroico y excepcional en algo normal y rutinario.

Llama la atención que no haya una serie de protocolos y mecanismos de coordinación oficiales establecidos entre hospitales y CCAA

La petición unánime de los médicos involucrados en estos traslados es que se cree por parte del Ministerio de Sanidad unos protocolos y un mecanismo de coordinación similar al de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) que haga posible la coordinación efectiva de las unidades de cuidados intensivos tanto de adultos como infantiles y los traslados de enfermos y/o profesionales cuando sea necesario. Porque, efectivamente, lo que acabamos de describir no difiere demasiado de un dispositivo de donación y trasplante de órganos (de hecho, es más sencillo), que puede involucrar hasta a 100 personas y que cada día en España se repite una media de 6-7 veces al día, perfectamente coordinados por la ONT.

La situación, casi cuarenta años después, es bastante parecida a la de los trasplantes en los años ochenta (y ya ha pasado tiempo). En aquellos años, solo la iniciativa de coordinadores y equipos de trasplantes con el limitado soporte tecnológico de la telefonía fija y los buscapersonas y el apoyo de una pequeña oficina de la administración sanitaria catalana creada por iniciativa de la Dra. Roser Deulofeu hicieron posible el máximo aprovechamiento de las escasas donaciones existentes antes de la puesta en marcha de la ONT. Fueron precisamente las quejas de médicos, enfermos y hasta el defensor del pueblo las que forzaron al ministerio a crear esta institución en 1989. De nuevo, a finales de los noventa y ante una situación similar de falta de coordinación frente a las amputaciones de miembros con necesidad de reimplante urgente por parte de un equipo de cirugía plástica, la ONT asumió ese papel coordinador permitiendo el traslado del paciente y el miembro seccionado a los centros de referencia hasta que años después se establecieron los circuitos autonómicos de derivación.

placeholder Dispositivo médico durante el traslado de una niña de 18 meses a la que se ha tratado con ECMO. (EFE/Cati Cladera)
Dispositivo médico durante el traslado de una niña de 18 meses a la que se ha tratado con ECMO. (EFE/Cati Cladera)

De la misma forma, el Ministerio de Sanidad, sin competencias de gestión, transferidas a las comunidades hace ya muchos años, debería en cambio asumir el papel coordinador que le reconoce y exige el ordenamiento jurídico, sin mirar una vez más hacia otro lado cuando existe una clara necesidad de que alguien asuma este papel. Quizás la tantas veces invocada y por ahora pobremente definida Agencia Estatal de Salud Pública, uno de cuyos fines fundacionales recogidos en el anteproyecto de ley es la reducción de las desigualdades sociales en salud, pudiera afrontar esta responsabilidad y dar una respuesta satisfactoria a estas nuevas necesidades que van surgiendo en nuestro sistema sanitario

Mientras tanto, a confiar en el WhatsApp, aunque la transmisión de datos sanitarios personales a través de esta herramienta, desde luego muy útil, sea más que dudosamente legal.

Hace unas semanas se produjo una situación médica complicada, que afortunadamente acabó bien gracias a la iniciativa y la gran profesionalidad de sanitarios de tres comunidades distintas. Se trataba de Pablo, un niño de dos años con afectación pulmonar, ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital General de Burgos en situación muy inestable que necesitaba para seguir viviendo de la conexión a un ECMO, acrónimo en inglés del sistema diseñado para oxigenar la sangre mediante una membrana extracorpórea. Este aparato permite sustituir la función del pulmón enfermo mientras este se recupera, extrayendo la sangre a través de un circuito externo donde se oxigena, se limpia de anhídrido carbónico y se devuelve de nuevo al enfermo. Aunque no es una técnica nueva, lo cierto es que cada vez se utiliza más y no solo en el tratamiento de enfermedades pulmonares, sino por ejemplo en la extracción y preservación de órganos para trasplante. Durante la pandemia ha conseguido salvar centenares de vidas en pacientes muy comprometidos.

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