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¿Qué ocurre cuando mordemos mal?
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¿Qué ocurre cuando mordemos mal?

Una mala oclusión puede llevar a desgastar el esmalte, causar retracciones de encía, roturas de dientes, enfermedades periodontales por apiñamiento… y hasta dolores de cabeza y mandíbula que no nos dejan dormir

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Existen diversos problemas derivados de morder mal de los que quizás no somos conscientes. Y es que las consecuencias de la alteración en la mordida pueden ir más allá de una simple caries. El tener una oclusión o una mala mordida puede llevar a desgastar el esmalte, que solo tenemos uno; puede causar recesiones/retracciones de encía, roturas de dientes, enfermedades periodontales por apiñamiento… y hasta dolores de cabeza y mandíbula que no nos dejan dormir.

El principal peligro de morder mal es que provoca el desgaste dental, además de la fractura prematura de piezas dentales. El desgaste es silente, no avisa, comienza afectando a los bordes incisales o a las cúspides de los caninos y acaba en las muelas, dejándolas planas y sin función.

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El verdadero culpable del desgaste dental no solo es la presión ejercida por la tensión de nuestra musculatura, también existen factores intrínsecos como el reflujo gastroesofágico o el vómito, que puede deshacer nuestra esmalte dando una sensibilidad irreversible. También existen factores extrínsecos como, por ejemplo, el abuso de bebidas ácidas como la cocacola, zumos naturales, zumo de limón..., que si los tomamos en exceso puede ser corrosivo y erosivo para nuestro esmalte.

Qué hacer en estos casos

En pacientes con desgaste incipiente, lo recomendable es hacer un abordaje lo antes posible, ya que podemos interceptar el problema y reconducirlo. Siempre realizamos una valoración de ortodoncia, que nos va a indicar si el paciente tiene una mala oclusión que está perjudicando o agravando ese desgaste y si sería favorable corregirla. Colocando los dientes y los maxilares en una posición óptima vamos a minimizar y evitar que los dientes se sigan desgastando.

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En casos de desgaste moderado y severo, también comenzaremos con un estudio de ortodoncia para valorar si el paciente se va a beneficiar de un tratamiento que mejore la posición de sus dientes, y sobre todo lo que queremos es minimizar cualquier tallado que fuera a necesitar para la posterior colocación de restauraciones tipo carillas, composites, etc.

El tratamiento para restaurar esos dientes desgastados y agrietados será siempre mínimamente invasivo; es decir, evitaremos tocar o tallar el diente del paciente, solo añadiremos la parte desgastada fortaleciendo y protegiendo el diente de seguir desgastándose. Los dientes, a diferencia de las uñas o de la piel, no se regeneran; el esmalte que se ha perdido no crece; por ello hacemos tanto hincapié en ser conscientes del desgaste aunque sea muy incipiente y acudir a su clínica para que le realicen un correcto diagnóstico y tratamiento de acuerdo a sus necesidades.

Existen diversos problemas derivados de morder mal de los que quizás no somos conscientes. Y es que las consecuencias de la alteración en la mordida pueden ir más allá de una simple caries. El tener una oclusión o una mala mordida puede llevar a desgastar el esmalte, que solo tenemos uno; puede causar recesiones/retracciones de encía, roturas de dientes, enfermedades periodontales por apiñamiento… y hasta dolores de cabeza y mandíbula que no nos dejan dormir.

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