Bronquiolitis, qué hacer si mi hijo tiene mocos y le cuesta respirar
Cada invierno, esta enfermedad infantil lleva de cabeza a los padres y a los médicos, y ha causado este año un pico de ingresos en hospitales
La bronquiolitis es la principal causa de hospitalización en pediatría de nuestro país. Según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), cada año se diagnostican 100.000 casos en menores de dos años. Esta afección puede tener complicaciones y causa la mayoría de hospitalizaciones del departamento de pediatría, comprendiendo entre un 15 y un 20% de los casos diagnosticados, especialmente si son menores de 6 meses.
Los síntomas iniciales de este virus sincitial son los mismos que en cualquier catarro infantil: tos, mocos, fiebre y malestar general. La diferencia con estos resfriados comunes es la inflamación de las vías respiratorias bajas, los bronquiolos. Esto se nota mucho cuando el niño no puede respirar bien y presenta pitidos en el pecho.
Si aparece todo este cuadro vírico, es el momento de acudir al pediatra. Normalmente, con una revisión normal con auscultación será suficiente para que el profesional médico diagnostique la bronquiolitis. Es un proceso que cursa entre 10 y 21 días, por lo que los padres tienen que tener paciencia.
Los principales cuidados en el hogar
Si el niño no tiene complicaciones o afecciones previas, la bronquiolitis se puede tratar en casa. El pediatra recomendará no dar antibióticos, a no ser que exista una infección bacteriana paralela. Los jarabes antitusivos no están recomendados para menores de seis años, por lo que habrá que realizar lavados nasales con frecuencia para que el pequeño pueda comer y dormir con tranquilidad.
Elevar la cabeza del infante a la hora de dormir puede ayudarle a respirar mejor. También es importante que el niño beba mucha agua para evitar la deshidratación. La comida, mejor en forma de líquidos o alimentos fáciles de digerir. Y, por supuesto, controlar la fiebre con antitérmicos para que el malestar sea menor.
Siguiendo estos cuidados, y si no aparecen complicaciones, el pequeño pasará la bronquiolitis como cualquier otro resfriado y podrá hacer vida normal. Los niños se exponen a virus cada día y su sistema inmune se vuelve más fuerte cuando superan con éxito este tipo de enfermedades víricas.
Si la sintomatología persiste o empeora, hay que llevar al pequeño a urgencias
Las señales de alarma de que la bronquiolitis se está complicando pueden comprender desde dificultad para respirar, fiebre muy alta que no desaparece con los días, que el niño deje de respirar durante unos segundos o que sus labios y piel presenten color azulado. Ante cualquiera de estos síntomas, no hay que tardar en llamar a urgencias.
La bronquiolitis es la principal causa de hospitalización en pediatría de nuestro país. Según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), cada año se diagnostican 100.000 casos en menores de dos años. Esta afección puede tener complicaciones y causa la mayoría de hospitalizaciones del departamento de pediatría, comprendiendo entre un 15 y un 20% de los casos diagnosticados, especialmente si son menores de 6 meses.
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