Una de cada tres mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura por osteoporosis

En el marco del 43 Congreso Nacional de Medicina Interna de la SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna), que tuvo lugar hace apenas unas semanas, se celebró la mesa redonda Terapia en osteoporosis, un punto de encuentro del que salieron valiosas aportaciones en pos de la difusión de esta patología y, en especial, de sus consecuencias, tratamiento y prevención.

Una de las afirmaciones más contundentes que, sin duda, captaron la atención de todos fue la emitida por el doctor José Luis Pérez-Castrillón, médico internista y miembro del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, quien alertaba a los presentes de que "el 30% de los pacientes con fractura de cadera fallece a lo largo del año siguiente tras el evento". Un porcentaje preocupante que se explica, entre otras razones, porque "la edad media en España de las personas que se fracturan la cadera está por encima de los 80 años, con lo cual muchas de ellas son pacientes pluripatológicos, es decir, que padecen ya otras enfermedades".

El 30% de las personas con una fractura de cadera fallece a lo largo del año siguiente

"Por otro lado —continúa el doctor—, en muchas ocasiones, tras un fractura de cadera, no se recupera la movilidad previa, y esta circunstancia favorece el desarrollo de complicaciones que pueden llevar a la muerte. Normalmente, hay un deterioro basal de la salud que incrementa las posibilidades de mortalidad". Además, "el 8% de las personas ingresadas en el hospital por este motivo fallece durante su estancia por las complicaciones médicas o derivadas de la cirugía", apostilla.

Aunque menos, también la sufren los hombres

En palabras del doctor Pérez-Castrillón, la osteoporosis "puede afectar a todos los huesos del esqueleto, pero, principalmente, lo hace al radio y al cúbito, a las vértebras y a la cadera". Y continúa: "Como consecuencia de esta enfermedad, los huesos se debilitan, tienen una menor resistencia, y esto hace que se produzcan fracturas que en condiciones normales no tendrían lugar". El problema añadido es que se desencadena la aparición o el desarrollo otras enfermedades.

Aunque es una enfermedad que afecta mayoritariamente a la población femenina, no hay que perder de vista que puede diagnosticarse a todo el mundo, hombres y mujeres. Según el informe de la Fundación Internacional de Osteoporosis publicado en febrero de este año, de los casi tres millones de españoles que sufren esta enfermedad, el 79% son mujeres.

Un dato que forma parte de una progresión que va al alza, ya que la esperanza de vida es cada vez mayor, lo que hace que la prevalencia de la enfermedad se incremente año tras año.

TE PUEDE INTERESAR

El superalimento que protege los huesos y combate la inflamación

Juan Montagu

Edad, estrógenos y malos hábitos, todo suma

Dos son las razones principales que señala el experto como las más importantes a la hora de explicar que esta enfermedad se dé más entre las féminas: "En primer lugar, las mujeres alcanzan un pico de masa ósea muy inferior a los hombres. Y es que cuando nacemos tenemos predestinado nuestro pico de masa ósea genéticamente, y el de las mujeres es menor. Esto se traduce en que la posibilidad de alcanzar el umbral de fractura es más fácil. Por otra parte, con la menopausia, hay una caída brusca de estrógenos, los cuales ejercen un efecto protector sobre el hueso. Este hecho hace que disminuya mucho la masa ósea".

Aunque los motivos con raíces en la condición femenina son contundentes, lo cierto es que la edad no es menos importante: "A medida que pasan los años, se produce un fenómeno que se llama senescencia celular. En este periodo, comienza un descenso en la producción de las células que producen hueso y un incremento de las que lo destruyen, con lo cual se va produciendo un descenso de la masa ósea".

A la edad y al sexo se añaden otros factores de riesgo que, aunque no son tan determinantes, también influyen en su aparición. Se trata de hábitos tóxicos como "el consumo de alcohol en cantidades excesivas o el tabaco. También la inmovilidad, la toma de algunos medicamentos o enfermedades asociadas que predisponen a una mayor pérdida de masa ósea", apunta el experto.

TE PUEDE INTERESAR

Inflamación: no eres tú, son los estrógenos... O, más bien, la falta de ellos

Eva Carnero

Sin síntomas, el diagnóstico se complica

Precisamente, uno de los factores que incrementan la gravedad de esta enfermedad es la ausencia de indicios que nos alerten de su presencia. Y es que "en las fases iniciales no da manifestaciones clínicas. Por eso, en muchas ocasiones, a la osteoporosis se la ha llamado la epidemia silenciosa, porque el paciente no siente nada", asevera el doctor.

Si no es posible partir de una señal previa en forma de dolor o molestia, ¿qué es lo que nos induce a pensar que la padecemos? "Básicamente, tenemos que barajar esta posibilidad cuando el paciente cumple con algunos de los factores de riesgo, como, por ejemplo, si es una mujer de bajo peso, si ha entrado en la menopausia, o en el caso de los varones, si está tomando corticoides", sintetiza Pérez-Castrillón.

Los pacientes con osteoporosis no presentan síntomas al inicio de la enfermedad

Sea cual sea el origen desencadenante, el objetivo del facultativo siempre será el mismo, poner todas las medidas necesarias para evitar las fracturas. "En ese momento es cuando aparecen las manifestaciones clínicas", apunta el doctor, quien destaca que el problema más importante es que "las fracturas osteoporóticas pueden agravar la clínica de otras enfermedades. Por ejemplo, en el EPOC [enfermedad pulmonar obstructiva crónica], cuando se producen fracturas vertebrales en el contexto de una osteoporosis, la capacidad respiratoria de esos pacientes se reduce notablemente, con lo cual se agrava la situación de esta enfermedad".

TE PUEDE INTERESAR

Fracturas vertebrales: cuando la lesión se produce en la columna

Dr. Pablo Clavel Laria

Cómo frenar e incluso revertir la enfermedad

Vistos los factores de riesgo, sintomatología y consecuencias, la idea es dar con el tratamiento que nos aleje de las fracturas. En este sentido, el doctor es portador de buenas noticias, ya que asegura que "disponemos de un arsenal terapéutico importante. De hecho, existe una serie de fármacos que han demostrado tener una capacidad para reducir las fracturas mayor que los medicamentos hipertensivos para evitar el ictus. Hoy por hoy, tenemos fármacos que mejoran la masa ósea del paciente, incluso pueden revertir la situación a la basal y, sobre todo, pueden evitar la aparición de las fracturas".

Ahora bien, como en cualquier otra enfermedad, tomar medidas de prevención sería el consejo previo para evitar llegar a las situaciones más complicadas. En este sentido, el doctor sugiere algunas de las que él mismo recomienda a sus pacientes:

• Caminar a ritmo moderado entre 45 minutos y una hora al día.
• Practicar pilates.
• Nadar.
• Correr.
• Realizar ejercicios de fuerza adaptados a las circunstancias de cada uno.
• Evitar jugar al golf o al pádel, porque son deportes con excesivos cambios de flexión y extensión que pueden favorecer la aparición de fracturas vertebrales.

La práctica regular y constante de estas actividades puede, según el doctor, "mejorar la masa ósea y, sobre todo, la condición física de los pacientes, lo cual evitará las caídas, que son las que determinarán la aparición de fracturas".

Por último, para evitar una segunda fractura, además de atender los consejos mencionados, "es imprescindible seguir un tratamiento osteoporótico, especialmente, porque cuando un paciente sufre varias fracturas consecutivas está en una situación mucho más delicada". Y es que "incluso puede producirse un cambio físico en el paciente, como una cifosis, lo cual repercute mucho en la visión que tiene de su propio cuerpo".