Directos al desastre: el abuso de antibióticos impedirá la cura de las infecciones más leves
Si no solucionamos este problema, los expertos prevén un total de 40.000 muertes anuales en 2050 provocadas por infecciones que antes eran fácilmente curables
No será porque no nos han avisado... La comunidad científica hace tiempo que alerta a las instituciones y a la población en general de los peligrosos efectos que tiene el actual consumo de antibióticos de los españoles y, lo que es peor, la inquietante tendencia al alza del mismo. Algunos de los datos que sustentan dicha advertencia se recogen en el último análisis del Observatorio de Tendencias Cofares, Uso y abuso de antibióticos: el peligro de la resistencia bacteriana, en el que se puede leer que casi la mitad de los españoles (45,8%) ha consumido antibióticos en los últimos seis meses, y que la población más joven señala haberlo hecho en mayor porcentaje (61,6%).
Lo que hace unos años se curaba fácilmente con un antibiótico ahora podría ser letal
Las consecuencias derivadas de este consumo no son algo que se atisbe a medio o largo plazo. Según expertos como el doctor Alejandro Martín Quirós, miembro del equipo de Medicina interna de Olympia Quirónsalud, "los riesgos ya son reales. Se trata de infecciones ocasionadas por bacterias para las que puede que no tengamos antibióticos y, por tanto, lo que antes se podía curar con un fármaco ahora podría ser letal". Es más, "ya es frecuente encontrarnos con bacterias multirresistentes (resistentes a varias familias de antibióticos) e incluso panresistentes (resistentes a todas las familias). En ocasiones, nos vemos obligados a ingresar a pacientes para que reciban tratamiento antibiótico intravenoso porque no existen opciones orales que, en el caso de no existir resistencias, se podrían usar", relata el experto.
Desarmados contra las infecciones
El quid de la cuestión de este asunto es que el consumo irresponsable de este tipo de medicamentos nos está dejando indefensos frente a infecciones que hasta ahora eran fácilmente curables. No hay que olvidar que no estamos ante un problema individual, en el que cada cual es la víctima de su propio pecado, lo que estamos generando es una situación global que afecta a la seguridad de todos. "Las resistencias no solo ocurren para la persona que toma los antibióticos de forma incorrecta, sino que se extiende a la población, ya que eliminamos bacterias por las heces que posteriormente pasan a las aguas residuales y de ahí a la cadena alimenticia", argumenta Martín Quirós.
Esto hace que nos encontremos inmersos en una situación muy delicada, en la que la toma de medidas correctoras ya es urgente. "Es conveniente reducir la administración de antibióticos a los casos que realmente se necesitan, esto es, cuando hay diagnóstico de infección bacteriana", asevera el doctor Vicente Soriano, médico especialista en enfermedades infecciosas y profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), quien además remarca que "los antibióticos se han de administrar el tiempo previsto, generalmente no más de 3-5 días fuera del hospital. Ni más ni menos. Esto se llama en inglés antibiotic stewardship (desescalada de antibióticos)".
En esta misma línea se muestra Martín Quirós, quien además de recomendar el uso de antibióticos solo cuando estén indicados, añade que también es fundamental escoger el más adecuado a cada situación.
A tiempo de cambiar la tendencia
Si bien es cierto que los pronósticos no son halagüeños, también lo es que su consolidación está condicionada a que continuemos por la misma senda por la que caminamos. Esto significa, entre otras cosas, que no está todo perdido. Contamos con las herramientas adecuadas para "dar un golpe de timón" y evitar registros tan terroríficos como que un total de 40.000 muertes por infecciones banales podrían ocurrir en el año 2050, dato aportado por el Plan Nacional Resistencia de Antibióticos (PRAN), iniciativa de la que forman parte más de 200 expertos españoles de la salud humana y animal, que trabajan en conjunto y en consonancia con Europa, para combatir el problema de la resistencia a antibióticos.
"Hay que dar el número previsto de comprimidos/pastillas para que se tomen los días exactos, ni más ni menos"
Estos son algunos de los consejos incluidos en el PRAN para llevar a cabo de forma particular:
- Tomar antibióticos solo cuando los recete el médico.
- Seguir siempre sus recomendaciones sobre cuándo y cómo usarlos. Completar el tratamiento prescrito y, si sobran, no guardarlos ni compartirlos con otras personas.
- No olvidar que no son eficaces contra resfriados ni gripe.
- Los antibióticos solo son eficaces para combatir infecciones bacterianas, no curan infecciones causadas por virus. No son analgésicos y no alivian el dolor o la fiebre.
- El veterinario de tu mascota es quien decide su tratamiento.
Por su parte, para atajar el problema, que, dicho sea de paso, hemos creado nosotros mismos, el doctor Martín Quirós resume en pocas palabras lo que frenaría las dramáticas predicciones apuntadas: "Evitar el autoconsumo de antibióticos y usarlos solo cuando un médico los prescriba, y hacerlo en la dosis y en la duración indicada".
También el doctor Soriano defiende la idea de la importancia de la prescripción, la cual "debe ser realizada por un médico y no estar al arbitrio de otro personal sanitario o de los propios pacientes". Y añade: "Hay que dar el número previsto de comprimidos/pastillas para que se tomen los días exactos, ni más ni menos".
Además, nos recuerda que "hay que optimizar el uso de antibióticos también en veterinaria, que es la otra gran fuente de exposición global a antibióticos".
¿Cómo se hacen resistentes a los antibióticos?
Entender cómo hemos llegado a semejante situación es clave para revertirla y, por supuesto, para no repetirla. Así explica el doctor Martín Quirós la resistencia bacteriana: "Las bacterias evolucionan y, al usar antibióticos, son capaces de desarrollar mecanismos con los que 'escapar' de la actividad de estos medicamentos. Es por ello que deben usarse solo cuando realmente están indicados. Si lo hacemos en situaciones en las que no sirven, estaremos favoreciendo que las bacterias que tenemos en nuestro cuerpo desarrollen resistencia que, en el futuro, puede darnos problemas: bien porque esas mismas bacterias ocasionen una enfermedad o porque trasmitan, por diversos mecanismos, estas resistencias a otras bacterias".
El aumento de la capacidad de estos microorganismos para sobrevivir frente a los antibióticos, "generalmente, es el resultado de la aparición de mutaciones en el genoma bacteriano", añade Soriano. "Algunas de esas mutaciones se transmiten entre las bacterias y se generalizan en la población de gérmenes".
Ahora bien, aunque la resistencia bacteriana se está viendo incrementada debido al mal uso de la población, lo cierto es que es uno de los posibles efectos adversos que puede tener un antibiótico. Y es que "cuando un médico prescribe un fármaco es porque el beneficio es mayor que el riesgo de esos efectos no deseados. En el caso de los antibióticos, lo más grave es el desarrollo de las resistencias bacterianas, haciendo que ese antibiótico deje de sernos útiles. Sin olvidar otras consecuencias que dependen de cada uno de ellos (diarrea, infección por hongos, daño muscular…)", explica Martín Quirós.
No será porque no nos han avisado... La comunidad científica hace tiempo que alerta a las instituciones y a la población en general de los peligrosos efectos que tiene el actual consumo de antibióticos de los españoles y, lo que es peor, la inquietante tendencia al alza del mismo. Algunos de los datos que sustentan dicha advertencia se recogen en el último análisis del Observatorio de Tendencias Cofares, Uso y abuso de antibióticos: el peligro de la resistencia bacteriana, en el que se puede leer que casi la mitad de los españoles (45,8%) ha consumido antibióticos en los últimos seis meses, y que la población más joven señala haberlo hecho en mayor porcentaje (61,6%).