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La operación de un tumor cerebral benigno y sus posibles secuelas
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La operación de un tumor cerebral benigno y sus posibles secuelas

La calidad de los profesionales sanitarios es esencial a la hora de someternos a este tipo de intervenciones. Sumados a eso, los nuevos avances médicos basados en la más alta tecnología aumentan las probabilidades de éxito

Foto: Las nuevas técnicas permiten mejores resultados. (iStock)
Las nuevas técnicas permiten mejores resultados. (iStock)

Como hemos puesto de manifiesto en otros artículos, dentro de nuestra especialidad, las enfermedades del cerebro son las que más alarman al paciente. Desde luego mucho más que las intervenciones de columna.

Es importante que el paciente conozca el diagnóstico y las opciones terapéuticas, dado que con frecuencia una intervención cerebral puede resultar más sencilla que una intervención de columna. Y en bastantes ocasiones, la patología cerebral tiene buen pronóstico si se interviene. Por ejemplo, los tumores cerebrales benignos situados en áreas accesibles suelen resultar en la curación.

"Es importante el dominio de la técnica microquirúrgica y contar con un equipo multidisciplinar con experiencia"

En áreas cerebrales no tan accesibles, contamos con tecnología como la navegación cerebral o la tractografía (el dibujo de los tractos de fibras nerviosos) que nos ayuda a acceder con un riesgo asumible.

En general, las lesiones tumorales localizadas en la convexidad son extirpables. La mayoría de estas lesiones son los meningiomas, que aproximadamente en el 90% de los casos tienen un comportamiento benigno y la extirpación conlleva la curación. Aun así, los pacientes precisan de un seguimiento durante unos 10 años asegurándonos de que el tumor no recidiva. Además de ser accesibles, son lesiones extraaxiales, que quiere decir que el tumor no invade el parénquima cerebral. La disección microquirúrgica meticulosa y una buena neuroanestesia permiten la separación de la tumoración del cerebro sin que este se vea afectado.

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Foto: iStock.

Otro tipo de lesión tumoral benigna en general son los tumores de la hipófisis a los que se accede por la nariz. Se ha extendido la técnica endoscópica para la extirpación de estas lesiones que en ocasiones van más allá de la propia localización de la hipófisis, lo que hace que algunos pacientes precisen de una nueva intervención o tratamiento mediante radioterapia para control de ese tejido tumoral al que no se ha podido llegar en una primera intervención.

Otras lesiones benignas son los cavernomas. Se trata de lesiones vasculares que muchas veces se encuentran localizadas dentro del cerebro y pueden dar lugar a sangrados. El acceso puede no resultar fácil y es importante contar con sistemas de guiado como la neuronavegación. En ocasiones, estos cavernomas se encuentran en localizaciones muy sensibles como el tronco del encéfalo. En estos casos, debemos buscar un punto de entrada directo, pero a la vez que no deje un déficit al paciente. Es importante el dominio de la técnica microquirúrgica y contar con un equipo multidisciplinar con experiencia como lo son un/a buen/a neuroanestesista y un/a buen/a neurofisiólogo/a.

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Foto: iStock.

La neurofisiología intraoperatoria nos dice en tiempo real cómo responden los circuitos neurológicos y evitan, se anticipan o nos avisan de una posible lesión. En ocasiones, las cirugías deben realizarse con el paciente despierto cuando estas lesiones se encuentran en áreas elocuentes motoras o sensitivas o en áreas del lenguaje.

La planificación preoperatoria es de vital importancia. Hoy en día contamos con tecnología que nos localiza con precisión la lesión. La neuronavegación y la localización de la lesión pueden proyectarse en los microscopios de última generación, que cuentan con filtros para visualizar mejor las estructuras vasculares y diferenciar el parénquima cerebral sano del tejido tumoral. En los Institutos Clavel de Barcelona y Madrid contamos con los microscopios Zeiss Pentero y Kinevo respectivamente, con todos los filtros de visualización. Bajo estos microscopios, la cirugía con 5-Alanina nos permite diferenciar con rayos ultravioleta el tejido cerebral sano del patológico.

Foto: Foto: iStock.

Con el microscopio Kinevo podemos ver las estructuras en 3D y utilizar el endoscopio adaptado al microscopio para visualizar estructuras que queden más allá del campo tubular ofrecido por el microscopio. También en ambos centros contamos con los últimos sistemas de navegación como el S8 de Medtronic en Barcelona o el Curve de Brainlab en Madrid.

La planificación mediante modelos tridimensionales y la tractografía incorporadas a estos sistemas de navegación hace que la cirugía sea más precisa. Además, contamos con la ecografía intraoperatoria que en tiempo real corrige las variaciones que se pueden ir produciendo durante la intervención. A pesar de ello, toda esta tecnología no sustituye los conocimientos, la habilidad, así como la experiencia del cirujano. Lo que hemos conseguido los equipos dedicados a la cirugía cerebral en los últimos años son cirugías más precisas y con menor morbilidad y, por lo tanto, más seguras y con menos secuelas.

Como hemos puesto de manifiesto en otros artículos, dentro de nuestra especialidad, las enfermedades del cerebro son las que más alarman al paciente. Desde luego mucho más que las intervenciones de columna.

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