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La española de la OMS que sabe todas las enfermedades que te va a provocar el cambio climático
  1. Bienestar
Entrevista a María Neira

La española de la OMS que sabe todas las enfermedades que te va a provocar el cambio climático

Charlamos con la directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS de la importancia del diseño de las ciudades, el calentamiento global y hasta cuándo tendremos que seguir vacunándonos contra el covid-19

Foto: Maria Neira. (EFE/Villar López)
Maria Neira. (EFE/Villar López)

La historia de María Neira comienza en La Felguera, la parroquia más populosa del concejo asturiano de Langreo y uno de los núcleos industriales más importantes de España hasta finales del siglo XX. La asturiana estudió medicina en la Universidad de Oviedo y posteriormente se especializó en endocrinología y enfermedades metabólicas en la Universidad René Descartes de París. Estas no son las únicas especialidades de Neira, que también tiene una maestría en salud pública de la Université Pierre et Marie Curie –también en la ciudad del Sena– y un diploma internacional en preparación para emergencias y manejo de crisis de la Universidad de Ginebra.

La asturiana ejerció con Médicos sin Fronteras en Centroamérica. Más tarde se trasladaría con la ONU a Mozambique y Ruanda.

En 1999, fue designada directora del Departamento de Control, Prevención y Erradicación de Enfermedades Infecciosas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Posteriormente, en 2002, fue nombrada presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, trasladándose a Madrid. Pocos años después regresó a Ginebra para continuar su trabajo en la OMS, donde ostenta en la actualidad el cargo de directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente.

Charlamos con la experta en salud pública de la OMS sobre la importancia del diseño de las ciudades para el bienestar, cómo afecta el cambio climático al aumento de enfermedades y hasta cuándo tendremos que estar vacunándonos contra el covid-19.

placeholder Foto: EFE/Salvatore Di Nolfi.
Foto: EFE/Salvatore Di Nolfi.

PREGUNTA. Recientemente ha participado en una mesa redonda organizada por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España sobre la relevancia que tiene la arquitectura y el diseño de las ciudades en la salud. ¿Cuál es su importancia?

RESPUESTA. El diseño de las ciudades es una especie de laboratorio en donde puedes tomar buenas decisiones de planificación urbana, que tengan un impacto muy positivo en la salud; o decisiones que tengan un impacto muy negativo. Todo se juega ahí.

El 70% de la población humana va a estar viviendo en ciudades dentro de 20 años, con lo cual es fácil imaginar el impacto que el diseño de las urbes tiene para la promoción de la salud, la prevención y sobre todo para la protección de la salud.

En función de cómo las ciudades tengan organizado el transporte público, cómo estén congestionadas de tráfico, los niveles de calidad de aire que se tengan, las zonas verdes que se puedan utilizar para actividad física, para salud mental o interactuar con otras personas... Eso tiene un impacto muy estudiado y muy conocido en la salud humana, en positivo o negativo, según las decisiones que tomes.

Foto: Altos niveles de contaminación en la ciudad de Londres. Reuters

P. Como comenta, la mayor parte de la gente vivirá en ciudades en las próximas décadas, pero en algunas grandes urbes de España, como Madrid y Barcelona, la contaminación del aire está completamente disparada. Si no se toman medidas reales, en un futuro no se podrá vivir en estos municipios...

R. Es evidente que la mortalidad y la morbilidad asociadas con esa calidad de vida que te encuentras en las ciudades es muy importante, depende de lo que aceptemos como calidad de vida. Los niveles preconizados de calidad de aire por la OMS no se respetan en casi ningún lugar del mundo, pero cierto es que no es lo mismo que no se respeten en un 10% o que no se respeten en un 400%, como es el caso de Nueva Delhi, donde tienen niveles de contaminación de aire casi invivible.

Pero es inaceptable que en el continente europeo tengamos todavía 400.000 muertes anuales por contaminación del aire. En países tan avanzados como los nuestros, esto es realmente inaceptable.

"Es inaceptable que en Europa tengamos 400.000 muertes anuales por contaminación del aire"

Claro que ha habido grandes avances y grandes buenos logros en cuanto a reducción de la contaminación. No estamos a esos niveles de Londres hace 70 años o esos combustibles que se hacían incluso dentro de las ciudades. Pero así y todo, hay un gran desafío por delante.

Si se mejora la calidad del aire, quiere decir que se mejora la eficiencia energética de los edificios, en cuanto a calefacción y aire acondicionado; quiere decir que se mejora mucho el transporte público, que responde a las necesidades de los ciudadanos y que no tengamos que usar tanto el coche privado; quiere decir que se van a reducir también más los accidentes de tráfico en las ciudades; quiere decir también que va a haber menos contaminación acústica; quiere decir que va a haber más interacción social, una vida menos sedentaria, con lo cual también vamos a reducir las enfermedades crónicas causadas por ese sedentarismo y esa obesidad. En fin, va a haber tantos beneficios de una planificación urbana saludable que yo creo que hay que concentrarse en esa parte positiva. Y, claramente, los arquitectos y urbanistas se están volviendo cada vez más nuestros aliados en cuestiones de salud pública. Cada vez planifican mejor, teniendo en cuenta esos factores de protección de la salud humana.

P. ¿Qué riesgos para la salud tiene la contaminación del aire?

R. Las mismas causas responsables del cambio climático son también responsables de la contaminación del aire.

"La contaminación del aire representa 7 millones de muertes cada año, una cifra dramática"

La contaminación del aire representa 7 millones de muertes cada año, una cifra brutal y dramática. Esas muertes son causadas por enfermedades crónicas pulmonares como el asma, el cáncer de pulmón o el EPOC. También produce enfermedades como infartos e ictus. Lógicamente, eso es un problema de salud pública muy importante; por ello, para nosotros combatir las causas del cambio climático significa poder reducir esas muertes por contaminación.

P. ¿Cree que se debería legislar el acceso a un aire limpio como un derecho fundamental?

R. Si fuera mi opinión personal, sí. Y sin ninguna duda. Desde la OMS también querríamos, obviamente, que se pudiera llegar algún día a un tratado de ejecución obligatoria de estándares de calidad del aire, como en su día hicimos un acuerdo marco para el tabaco.

Creo que es un derecho humano fundamental poder respirar aire que no te mate, ya no digo el aire puro, casi nadie respira aire puro, digo aire que no provoque todas las enfermedades vinculadas a la contaminación.

Además, estas enfermedades cuestan mucho dinero el sistema sanitario. O sea, que cuando se usa la excusa de que habría que hacer inversiones para mejorar la calidad del aire, esas inversiones ya las estamos haciendo pagando las consecuencias del tratamiento de enfermedades crónicas, que a nuestro sistema sanitario le cuestan mucho dinero, dos veces más que lo que habría que invertir en mejorar la calidad del aire.

placeholder Foto: EFE/J. L. Cereijido.
Foto: EFE/J. L. Cereijido.

P. ¿Qué enfermedades puede traer el cambio climático a Europa?

R. El cambio climático representa para la salud un aumento de la posibilidad de transmisión de enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria o el dengue.

También representa olas de calor, que han aumentado las muertes en un 35% en los últimos 20 años.

Significa desastres naturales más intensos y más frecuentes, con lo que eso lleva de sufrimiento humano, desplazamientos, muertes y accidentes.

Y significa también destruir los pilares de nuestra salud: el acceso a los alimentos, porque destruye cosechas agrícolas y obviamente tiene un impacto en la malnutrición; destruye el acceso al agua potable, tenemos dificultad de recursos hídricos en muchas zonas ya en África y en otros países en vías de desarrollo; y, por supuesto, el forzar ese desplazamiento tiene un impacto muy negativo también en la salud.

P. ¿Cómo afecta a la salud mental el cambio climático?

R. Cada vez se acumula más evidencia científica sobre el impacto del cambio climático en la salud mental, sobre todo el fenómeno llamado ecoansiedad y los jóvenes que están viviendo esta situación con mucho estrés porque ven que no se tomen decisiones. También sucede con gente de muchos países africanos porque lo están viviendo en el día a día: cómo la sequía va secando cada vez más, tienen problemas de acceso al agua, los desastres naturales son cada vez más frecuentes…

"Cada vez hay más evidencia científica sobre el impacto del cambio climático en la salud mental"

Hay un impacto muy negativo sobre la salud mental y es una razón más para acabar con las causas del cambio climático. Sabiendo que acabar con las causas del cambio climático generaría enormes beneficios para la salud pública, para la economía, para generar empleo, para la salud mental… No sé a qué estamos esperando cuando todos estos beneficios están ahí y los estamos vendiendo o hipotecando por un beneficio de solo ciertos grupos de gente que tienen negocios de combustibles fósiles. No entiendo cómo la sociedad no ve esa falta de balance tan importante en cuanto a decisiones estratégicas.

P. Cuando explicamos el impacto de la crisis climática tendemos a hablar en tono catastrofista. ¿Cree que deberíamos cambiar la retórica?

R. Creo que el tono apocalíptico que hemos usado ha sido muy importante para acelerar y generar este sentimiento de urgencia que había que tener para responder a la magnitud de la crisis que se nos viene encima.

Pero, por otro lado, cuando se usa este lenguaje también hay un peligro de crear una especie de parálisis entre la población, que siente que “si la situación es tan mala, qué puedo hacer yo. Mejor vamos a dejarlo y no hacer nada”. Y tiene que ser al revés. Hay que darles mensajes positivos de que todos podemos contribuir, de que todos tenemos que avanzar en este sentido positivo y de sentido común, porque en el fondo luchar contra el cambio climático es algo de sentido común, incluso nuestros abuelos campesinos sabían que no podían destruir lo que te da de comer y no echaban lejía a la huerta después de recoger los tomates.

Foto: Vista de Madrid con una "nube" de contaminación. (EFE/Fernando Villar)

Estoy de acuerdo en que hay que cambiar la narrativa, hay que darle mucho poder al ciudadano. Primero, el poder de su voto. Segundo, el poder de sus acciones individuales. Tercero, el poner presión en todos los aspectos, como no aceptar una bolsa de plástico, reciclar todos los días si es posible, tomar el bus en lugar del coche, ir avanzando y estar informado creando grupos de influencia entre jóvenes y que todos podamos demostrar nuestra parte y no generar este apocalipsis que en el fondo nos paraliza un poco a todos y nos da un poco la sensación de que nada está en nuestras manos.

P. Hablemos del covid-19 y vacunación. Como experta en salud pública de la OMS, ¿hasta cuándo vamos a tener que seguir poniéndonos dosis de refuerzo?

R. Entiendo que todo el mundo quiera tener esta respuesta. Esta pandemia nos está indicando que hay que ir mirando con una perspectiva de medio y largo plazo. Sobre todo estamos actuando en función de las situaciones epidemiológicas que se presentan. Es difícil decir cómo va a evolucionar y si dentro de unos años tendremos que seguir vacunando. De momento sí.

Ojalá que en un futuro entre como una enfermedad más rutinaria y que podamos gestionar de una forma rutinaria también, con proporción y con contexto, en función de cómo vaya la situación. Pero por el momento creo que podemos navegar a corto y medio plazo, pero a largo es difícil de predecir.

La historia de María Neira comienza en La Felguera, la parroquia más populosa del concejo asturiano de Langreo y uno de los núcleos industriales más importantes de España hasta finales del siglo XX. La asturiana estudió medicina en la Universidad de Oviedo y posteriormente se especializó en endocrinología y enfermedades metabólicas en la Universidad René Descartes de París. Estas no son las únicas especialidades de Neira, que también tiene una maestría en salud pública de la Université Pierre et Marie Curie –también en la ciudad del Sena– y un diploma internacional en preparación para emergencias y manejo de crisis de la Universidad de Ginebra.

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