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¿Hasta qué punto los genes nos predisponen a la adicción al alcohol y al tabaco?
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LA GENÉTICA HABLA

¿Hasta qué punto los genes nos predisponen a la adicción al alcohol y al tabaco?

Un estudio ha identificado 4.000 asociaciones genéticas que explicarían por qué unas personas son adictas y otras no. ¿Nos acercamos al fin de las adicciones?

Foto: Dos de las adicciones con mayor prevalencia en nuestro país son al tabaco y al alcohol. (iStock)
Dos de las adicciones con mayor prevalencia en nuestro país son al tabaco y al alcohol. (iStock)

El alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida en nuestro país, según el Informe 2021: Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España, elaborado por el Observatorio Español de las Drogas y Adicciones. En concreto, el 77,2% de los entrevistados aseguró haber consumido alcohol en los 12 meses anteriores, el 63% en los últimos 30 días y el 8,8% diariamente en el mes anterior.

Por detrás del alcohol, le sigue el tabaco, cuya prevalencia ha disminuido pasando de 34% a 32,3%, volviendo a las cifras de 2005. Según el mismo informe, el 39,4% de la población con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años ha consumido tabaco a lo largo de los doce meses anteriores; el 36,8%, treinta días antes, y el 32,3% diariamente.

La genética no determina la aparición y desarrollo de las adicciones, pero sí puede influir

Estas cifras y porcentajes nos informan acerca de la importancia que tienen en nuestra sociedad dos de las adicciones con mayor prevalencia. Ahora bien, estos números no nos hablan de los porqués, ni de las razones que hay detrás de estos acumulados. Y es que, aunque sí se aducen motivos culturales, los factores biológicos quedan fuera de este tipo de investigaciones, los cuales, sin duda, podrían ser de gran ayuda en el campo de la prevención.

De hecho, "la genética es un factor más a tener en cuenta que explica la aparición y desarrollo de este tipo de trastornos psicosociales", apunta Javier Costas, investigador líder del grupo de Genética Psiquiátrica del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), quien recalca que, en este asunto, "la genética no es determinante, sino un elemento más que se suma a las variables ambientales".

placeholder Una investigación revela que la genética predispone a desarrollar trastornos como el alcoholismo y el tabaquismo. (iStock)
Una investigación revela que la genética predispone a desarrollar trastornos como el alcoholismo y el tabaquismo. (iStock)

Los genes influyen, pero no determinan

Estudios como el publicado recientemente en la revista Nature podrían constituir un primer paso encaminado a la prevención y el tratamiento de este tipo de conductas lesivas para la salud humana, como son el tabaquismo y la adicción al alcohol.

La investigación, llevada a cabo por un grupo internacional de científicos, ha encontrado 4.000 asociaciones genéticas que tienen cierta influencia sobre el consumo de alcohol o tabaco, teniendo en cuenta factores como la edad en la que se comienza a consumir estas sustancias o en qué cantidad se toman.

Foto: No a los malos humos. (iStock)

En este estudio, que incluye a más de tres millones de personas (un 80% de ascendencia europea y un 20% del resto del mundo), se observa que, pese a vivir en un entorno similar, las personas con mayor predisposición genética fuman más. “Los individuos en el 10% superior de predisposición genética al uso de tabaco fuman como promedio el doble de cigarrillos por día que los del 10% inferior (14 cigarrillos frente a 7)”, señala Costas.

Un buen punto de partida

Más allá de las conclusiones del estudio, lo más relevante radica, en opinión de Costas, en la gran base de datos que ha generado. "Este estudio confirma los resultados de otro similar llevado a cabo en 2019 por el mismo consorcio (GSCAN), y amplía la base de datos, pasando de 1,2 millones de individuos a 3,4 millones. Esto significa que el número de variantes genéticas identificadas se incrementó de 566 a más de 3.800 variantes que se sabe que, en mayor o menor medida, afectan al tabaquismo o al alcoholismo", asevera el científico, quien insiste en que este estudio no arroja conclusiones sorprendentes ni rompedoras.

Ahora bien, "lo que sí hace es poner a disposición de la comunidad científica una gran base de datos que servirá para poder realizar estudios posteriores de gran valía, especialmente en la medicina de precisión".

Lo más importante de este estudio es la gran base de datos genéticos que ha generado

Como consecuencia de este incremento en la muestra empleada, Costas señala un aspecto novedoso referido más a los resultados que a la metodología. Según el experto, dado que se aumentó notablemente el número de entrevistas realizadas, "esto permitió a los investigadores llegar a conclusiones en función de la ancestralidad, es decir, del origen geográfico de los participantes. Teniendo en cuenta esta variable, se resolvió que "las variantes genéticas que afectan a estos factores (tabaquismo y alcoholismo) tenían efecto independientemente de la ancestralidad del individuo", apostilla.

Falta de concreción en los datos

Precisamente, uno de los efectos derivados de la ampliación del número de individuos participantes es el origen de la principal limitación del estudio. "La información, generalmente, es proporcionada por los propios entrevistados y suelen ser muy poco concretos. Por ejemplo, dos patrones muy distintos de consumo de alcohol, como, por ejemplo, el de una persona que toma un vaso de vino en las comidas y el de otra que hace botellón semanal, pueden dar lugar al mismo número de bebidas alcohólicas a la semana, cuando, obviamente, no es lo mismo. También está comprobado que las personas con problemas de salud suelen declarar un consumo de alcohol y tabaco inferior al real", argumenta Costas. Y añade: "Tampoco se recoge información de los datos más extremos. Es decir, de dependencia al alcohol o al tabaco".

placeholder La investigación ahora debería centrarse en averiguar la relación entre las variantes genéticas identificadas y la conducta. (iStock)
La investigación ahora debería centrarse en averiguar la relación entre las variantes genéticas identificadas y la conducta. (iStock)

Tenemos una gran base de datos, ¿y ahora qué?

Sin restarle importancia al valor que aporta la investigación del GSCAN, gracias a la ampliación de la información genética, la pregunta que nos hacemos ahora es para qué sirve esta gran masa de datos. ¿Tiene algún valor pronóstico? La respuesta a este interrogante podría ser el objetivo del siguiente paso.

Para Costas, uno de los caminos que podría tomar la investigación sería tratar de distinguir, dentro del conjunto de variantes genéticas identificadas, aquellas que afectan al consumo de tabaco y depresión, o al consumo de tabaco y déficit de atención e hiperactividad, por ejemplo. Es decir, la idea sería averiguar qué mecanismos hay detrás de la presencia de la variante genética y un determinado comportamiento. "Una vez identificadas las variantes, el objetivo podría ser conocer si sirven de biomarcadores con algún tipo de utilidad. Esto permitiría personalizar al máximo los tratamientos de deshabituación", apunta Costas, quien considera que también podría completarse el estudio, "llevando a cabo el análisis de variantes raras, ya que en esta ocasión no se han realizado".

El alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida en nuestro país, según el Informe 2021: Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España, elaborado por el Observatorio Español de las Drogas y Adicciones. En concreto, el 77,2% de los entrevistados aseguró haber consumido alcohol en los 12 meses anteriores, el 63% en los últimos 30 días y el 8,8% diariamente en el mes anterior.

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