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¿Qué quieren decir los ronquidos? ¿Significan algo importante?
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En boca de todos

¿Qué quieren decir los ronquidos? ¿Significan algo importante?

Estos sonidos, provocados por los tejidos blandos de la garganta, son a menudo motivo de bromas, pero otras delatan la existencia de un problema de salud que, una vez identificado, se puede tratar y resolver

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Los ronquidos son sonidos que ocurren al dormir, provocados por la vibración de los tejidos blandos de la parte superior de la garganta (orofaringe e hipofaringe). A menudo son motivo de bromas, están incluso culturalmente aceptados, sobre todo en hombres y quizás asociados intuitivamente al sobrepeso. Sin embargo, los ronquidos a veces son útiles síntomas que nos hablan de un posible problema a tratar, y que, por suerte, puede tener una buena solución.

Foto: Los roncadores tienen tres veces más probabilidades de padecer diabetes

Los ronquidos ocasionales (aquellos que se dan de forma puntual en individuos que casi nunca roncan) suelen estar asociados a circunstancias como la ingesta de alcohol, la congestión nasal, el consumo de algunos fármacos, etc. Por otro lado, los ronquidos habituales y persistentes (desde hace más de 6 meses) pueden estar asociados a problemas respiratorios con importantes implicaciones. A menudo no somos conscientes de ser roncadores, y es nuestra pareja quien sufre por las noches. Es indispensable por ello entrevistar a nuestro compañero de cama para averiguar la frecuencia, intensidad, e incluso saber más sobre un posible problema respiratorio.

Y bien, ¿qué puede implicar un ronquido?

Habitualmente, los ronquidos son síntomas de una entidad llamada síndrome de apneas e hipopneas del sueño (SAHS, u OSAHS por sus siglas en inglés). La apnea constituye una interrupción en el flujo aéreo durante el movimiento torácico-abdominal que generalmente produce ese flujo, mientras que la hipopnea se define como una disminución de al menos el 30% del flujo de aire.

Los pacientes con SAHS grave tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir eventos cardiovasculares fatales

Esta condición, como nos podemos imaginar, puede tener graves consecuencias para cualquier paciente que lo padezca. Es decir, que aunque no tengamos muchos factores de riesgo adicionales, el hecho de interrumpir el flujo de aire hace sufrir al sistema cardiovascular y está asociado a un mayor riesgo de desarrollar patologías como la hipertensión arterial, el ictus, trastornos cardiacos de diversa índole, impotencia, insomnio, trastornos psicológicos y anímicos, etc. De hecho, los pacientes con SAHS grave tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir eventos cardiovasculares fatales. Pues bien, conocidos estos datos, vamos a darle la vuelta y ver cómo podemos, una vez más, actuar para mejorar nuestra salud.

¿Qué puedo hacer?

Por supuesto, la primera solución que nos viene a la cabeza es adelgazar. En efecto, las personas con un índice de masa corporal ≥ 40kg/m2 (obesidad-obesidad mórbida) tienen una probabilidad de más del 90% de padecer apneas del sueño. Las personas con sobrepeso no mórbido también tienen un riesgo mucho más elevado de lo normal de sufrir SAHS. Perder peso es la medida más efectiva para respirar en la mayoría de estos casos, y puede llegar a hacer desaparecer por completo los ronquidos.

No es motivo del presente artículo entrar en recomendaciones dietéticas, pero solo cabe mencionar que la dieta es mucho más importante que el ejercicio físico, aunque el ejercicio físico moderado añadido a la restricción calórica consigue una mayor reducción de peso, mejor calidad de vida y bienestar psicológico en las personas que aquellas que solo hacen dieta.

placeholder Foto: Unsplash/@fatladattheback.
Foto: Unsplash/@fatladattheback.

Antes mencionábamos cómo el ronquido puede ser algo positivo, ya que nuestra pareja puede hacer que nos demos cuenta de algo que de otra forma podría ser silente. Si nuestra pareja ronca, lo mejor que podemos hacer es recomendarle que se haga un estudio. Los ronquidos pueden tener diversos orígenes, pero en general está ligado a un estrechamiento del canal de entrada del aire hacia la hipofaringe (en la parte alta y media de las vías aéreas). Los profesionales encargados de tratar los ronquidos son los otorrinolaringólogos, los neumólogos y los estomatólogos/odontólogos.

¿Cómo puede ayudar el dentista a reducir los ronquidos?

Dependiendo del origen y de la severidad, los dentistas pueden ser de gran ayuda para disminuir o eliminar los ronquidos, y, sobre todo, para reducir las posibles graves implicaciones que conllevan. El objetivo del dentista será realizar una correcta anamnesis (escuchar al paciente para buscar el origen del problema), y diagnosticar y tratar posibles alteraciones orofaciales factibles de ser corregidas mediante su especialidad:

La posición de la mandíbula y el tamaño y forma de los dientes son algunos de los factores que influyen en la salida del flujo de aire

  1. Uno de los motivos de los ronquidos es la posición de la mandíbula. Al relajarse los músculos faciales y cervicales, la mandíbula puede desplazarse hacia atrás, disminuyendo el diámetro de las vías aéreas. En este caso, y en casos leves y moderados de SAHS, están indicados los dispositivos de avance mandibular (DAM). Los DAM son parecidos a las férulas de descarga o de blanqueamiento, pero su función es avanzar levemente la mandíbula cuando esta se relaja. Estos aparatos consiguen en muchos casos que el paciente no necesite medidas complementarias como el famoso CPAP (máquina de presión positiva continua de oxígeno, por sus siglas en inglés).
  2. El tamaño y forma de los maxilares, así como la posición de los dientes, influyen en gran medida en el flujo de aire. La ortodoncia es capaz de ampliar la vía de entrada de aire hacia la garganta, mejorando significativamente la respiración en sueño y vigilia. En ciertos casos es necesario recurrir a cirugía, pero en general la ortodoncia (brackets, alineadores invisibles…) mejora ostensiblemente la entrada de aire.
  3. Hoy en día, existen dispositivos en algunas clínicas dentales que hacen un diagnóstico inicial de los SAHS, con independencia de cuál sea su origen.

¿Puedo evitar estos problemas?

En un mundo ideal, a los profesionales de la salud nos gustaría que todas las enfermedades se pudieran prevenir en vez de tratar. En este caso, los ronquidos de origen dental-oral pueden ser prevenidos muy eficazmente: los niños que hacen deporte desde pequeños desarrollan la parte media e inferior del cráneo (boca y nariz) considerablemente más que aquellos que no lo practican. Estos niños probablemente tendrán maxilares más grandes y vías aéreas más competentes que los niños que no hacen deporte. Todos hemos conocido ese “típico niño muy delgado, con ojeras, cara de cansado”, que se habría beneficiado de nadar de pequeño.

placeholder La ortodoncia mejora la posición de los dientes y la relación entre los maxilares y el cráneo. (iStock)
La ortodoncia mejora la posición de los dientes y la relación entre los maxilares y el cráneo. (iStock)

Por otro lado, los tratamientos de ortodoncia están destinados a mejorar la posición de los dientes, así como la relación entre los maxilares y el cráneo, y la relación de los maxilares entre sí. De forma que los tratamientos de ortodoncia mejoran directamente el diámetro de las vías aéreas en los pacientes susceptibles de padecer problemas de origen ortopédico-facial en este sentido. Lo bueno es que en adultos también existe esta posibilidad. La consecuencia secundaria es que, además, mejora el aspecto de la sonrisa.

Por último, la responsabilidad de los profesionales sanitarios también debe ser estimular los estilos de vida sanos, el equilibrio en la dieta y las actitudes preventivas que nos ayuden a vivir una vida más sana. Una vez más, tener un dentista y un médico de confianza nos ayudará, sin duda, a vivir mejor. Quizás no era así el refrán, pero “es mejor tener los amigos cerca, y los enemigos y los médicos, aún más”.

Los ronquidos son sonidos que ocurren al dormir, provocados por la vibración de los tejidos blandos de la parte superior de la garganta (orofaringe e hipofaringe). A menudo son motivo de bromas, están incluso culturalmente aceptados, sobre todo en hombres y quizás asociados intuitivamente al sobrepeso. Sin embargo, los ronquidos a veces son útiles síntomas que nos hablan de un posible problema a tratar, y que, por suerte, puede tener una buena solución.

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