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30 años de datos sobre cáncer: de los que siguen en aumento a los que no paran de descender
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30 años de datos sobre cáncer: de los que siguen en aumento a los que no paran de descender

Un nuevo informe de la American Cancer Society nos da la buena noticia: la mortalidad del cáncer en general se ha reducido un 33% en 30 años y casi todos bajan... menos el más 'fácil' de curar, el de próstata

Foto: Las mortalidades de los cánceres han variado mucho. (iStock)
Las mortalidades de los cánceres han variado mucho. (iStock)

Tradicionalmente, las enfermedades del sistema circulatorio han sido (y siguen siendo) el enemigo público número uno, pero nuestra mejor calidad de vida ha ido limitando su impacto, haciendo que el cáncer les pise día a día más los talones. Según datos del INE, "el 26,4% de las defunciones en el año 2021 se debieron a enfermedades del sistema circulatorio, el 25,2% a tumores y el 10,2% a enfermedades infecciosas".

El cáncer es (y seguirá siendo) uno de los mayores focos de investigación y, aunque esas cifras puedan parecer preocupantes, un nuevo informe de la American Cancer Society -ACS- (el 2023 Cancer Facts and Figures) acaba de aportar datos acerca de lo lejos que hemos llegado en la lucha contra el cáncer en las últimas décadas, así como de las grandes preocupaciones y retos que nos esperan en los años venideros.

"El aumento del porcentaje de hombres que presentan cáncer de próstata avanzado incurable es desesperanzador"

Empecemos por lo bueno: la mortalidad media por cáncer ha bajado un 33% desde 1991. No hay ningún punto de vista desde el que esto sea negativo. Eso sí, desde hace 31 años, han muerto en el país norteamericano 3,8 millones de personas debido a tumores malignos. La incidencia, comparando datos, se asemeja (teniendo en cuenta la inmensa diferencia de población) a la de España, donde, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se diagnostican cada año 280.000 casos nuevos y mueren (basándose en estimaciones) 113.054 personas por esta enfermedad.

Otra de las mejores noticias que nos podía haber dado el informe de la ACS es que la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) funciona como la seda. En España (al igual que en EEUU) se comenzó a vacunar a las niñas entre 2006 y 2008. El VPH, por lo general, es una infección asintomática y sin consecuencias, pero, de vez en cuando, puede generar cáncer de cuello de útero (de hecho, es la principal causa del desarrollo de esta enfermedad). Esto tiene especial relevancia si tenemos en cuenta que se estima que el 50% de las mujeres sexualmente activas contraerá el VPH en algún momento de sus vidas.

placeholder La vacuna del VPH ha reducido sobremanera la incidencia de cáncer. (iStock)
La vacuna del VPH ha reducido sobremanera la incidencia de cáncer. (iStock)

El informe de la ACS ha aportado nuevas cifras sobre la reducción de la incidencia de cáncer de cuello de útero gracias a estas vacunas: entre 2005 (último año en el que no se vacunó a las mujeres de entre 9 y 26 años de edad en EEUU) y 2012, hubo un 33% menos de casos de tumores de cuello de útero, y entre 2012 y 2019 ese porcentaje aumentó al 65%. Como explica Rebecca Siegel, directora científica de investigación sobre vigilancia del cáncer de la ACS, "el acusado descenso de la incidencia de cáncer de cuello de útero es extraordinariamente excitante porque ese es el primer grupo de mujeres que recibió la vacuna y, por lo tanto, prevé el descenso de otros cánceres asociados al VPH".

Además, señalan desde la American Cancer Society, no es solo que haya habido una reducción del 90% de los casos de VPH en este grupo de población (mujeres jóvenes vacunadas), sino que aquí también entra en juego la inmunidad de grupo, dado que entre las mujeres jóvenes a las que no se administró la vacuna, las infecciones también han disminuido un 74%.

Cáncer de próstata: sube por primera vez en 20 años

Desde hace décadas se considera a estos tumores unos de los más fáciles de tratar y que mejores expectativas para el paciente acarrean. Su distintivo desarrollo lento y síntomas prácticamente inmediatos hacen que se busque asistencia médica mucho antes que en otros tipos de tumores. Esto se acentúa todavía más con los protocolos de detección precoz en los que las visitas al proctólogo y los análisis de sangre en busca de marcadores proteicos tumorales juegan un papel destacado. Estas son las causas de que, entre 1993 y 2020, el riesgo que tiene un hombre de morir por cáncer de próstata haya disminuido un 53% según datos de la ACS.

Pero el protocolo empezó a variar en el año 2008 en EEUU. Se consideraba que los análisis de sangre rutinarios y las visitas al proctólogo promovían un aumento del diagnóstico excesivo y el sobretratamiento, tratando como cánceres tumores no malignos o que no eran peligrosos. En un primer momento, la organización encargada de establecer dicho protocolo, la US Preventive Services Task Force (USPSTF), determinó que las analíticas solo se les debían realizar a los hombres mayores de 75 años y, dos años después, determinó que no se le realizasen a nadie.

placeholder El cáncer de próstata ha aumentado por primera vez en 20 años. (iStock)
El cáncer de próstata ha aumentado por primera vez en 20 años. (iStock)

Esto, en efecto, cumplió el objetivo de la USPSTF de reducir sobremanera el diagnóstico excesivo y el sobretratamiento, pero, al mismo tiempo, también ha provocado (según explica el nuevo informe de la ACS) que los pacientes que sí padecen tumores de próstata malignos asistan al médico cuando sus síntomas son completamente visibles y, por tanto, más peligrosos. "En los últimos 10 años, la cantidad de casos de cáncer de próstata diagnosticados en estadios avanzados de la enfermedad se ha duplicado", informan desde la ACS.

En concreto, desde 2014 a 2019, cada año ha aumentado la mortalidad del cáncer de próstata un 3%. Como explica la doctora Karen E. Knudsen, miembro de la ACS, "el aumento del porcentaje de hombres que presentan cáncer de próstata avanzado, que es mucho más difícil de tratar y una gran cantidad de ocasiones incurable, es desesperanzador". Y continúa: "Para lograr nuestro objetivo de terminar con el cáncer tal y como lo conocemos, para todo el mundo, es imperativo que nos centremos en cánceres en los que las tasas de incidencia y mortalidad van en dirección contraria a la que queremos".

Foto: Foto: iStock.

A pesar de estas terribles noticias para el 50% de la población, lo cierto es que los datos de 2020 (los últimos) son muy esperanzadores. La mortalidad media se ha reducido un 33% desde que alcanzase su pico máximo en 1991. Esto, subrayan desde la ACS, ha evitado en EEUU un total de 3,8 millones de muertes. Según apuntan desde la organización, esta increíble disminución se debe a cuatro factores clave:

  • La población fumadora disminuye año a año (en España, según datos del Ministerio de Sanidad, en 2005 un 32,8% de la población fumaba a diario, cuando ahora se sitúa en el 23,3% en el caso de los hombres y en el 16,4 en el de las mujeres).
  • Han mejorado los protocolos de detección precoz para determinados cánceres como el de mama, cuello de útero, colon y próstata.
  • Mejoras de los tratamientos médicos, sobre todo en el caso de nuevas y más eficaces quimioterapias.
  • Avances en el desarrollo de tratamientos específicos basados en la inmunoterapia, que han reducido sobremanera el desarrollo de cánceres de pulmón, así como de leucemia, melanoma o cáncer renal.

A pesar de eso, la probabilidad de que nosotros (o un conocido cercano) padezcamos esta enfermedad no es para nada pequeña, por lo que el aumento de la investigación médica sigue siendo prioritario, así como adoptar los protocolos de diagnosis temprana que más seguridad puedan ofrecernos. El cáncer tiene cura, pero para ello debemos tomar las decisiones correctas.

Tradicionalmente, las enfermedades del sistema circulatorio han sido (y siguen siendo) el enemigo público número uno, pero nuestra mejor calidad de vida ha ido limitando su impacto, haciendo que el cáncer les pise día a día más los talones. Según datos del INE, "el 26,4% de las defunciones en el año 2021 se debieron a enfermedades del sistema circulatorio, el 25,2% a tumores y el 10,2% a enfermedades infecciosas".

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