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De la ansiedad a la fobia: un camino de ida y vuelta
  1. Bienestar
TENER PERSPECTIVA

De la ansiedad a la fobia: un camino de ida y vuelta

Los ataques de pánico suelen evolucionar al mundo fóbico. Muchas de estas crisis pasan sin ser diagnosticadas, y el médico o psiquiatra, en ocasiones, les da una significación inadecuada

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La ansiedad es una vivencia de inquietud y desasosiego en la que se anticipa lo peor. La fobia es un temor desproporcionado, terrible, superior a uno mismo, que se produce ante hechos, personas o situaciones. Hay un elemento común, el temor. Por eso podemos establecer una gradación de sentimientos temerosos que partiendo del miedo conduce a la ansiedad y culmina en la fobia. Quiero recordar lo básico: el miedo es un temor ante algo concreto, específico, claro, evidente, que se ve, que es perceptible desde la posición donde uno se encuentra. Uno puede tener miedo a un león en plena selva y defenderse de un posible ataque llevando consigo un arma de fuego. Se puede tener miedo a un examen, en el curso de los estudios, y caben varias posturas: estudiar con más orden y ahínco, aprovechar mejor el tiempo, hacerse un plan más serio de trabajo, no presentarse o copiar durante la prueba. Del miedo se defiende uno con medidas racionales.

La ansiedad es un temor difuso, vago e inconcreto, sin referencias. Por eso la reacción que suele provocar es de perplejidad, sorpresa, asombro, de una especie de embotamiento confuso que hace que no se reaccione de ninguna manera. A esto lo llamamos estadio de alarma en el lenguaje de psicología actual. Aquí los mecanismos de defensa van a ser inconscientes y se generarán ciertos síntomas: manifestaciones psicosomáticas, trastornos de la estética corporal, hipocondría, fobias, obsesiones o dispositivos de defensa anómalos.

Las fobias son miedos irresistibles, tremendos, insuperables, desproporcionados. Aquí solo cabe hacer una cosa: huir, no aproximarse, no ponerse en contacto con aquello que las produce, escapar. Actitud de huida o de aplazamiento si de lo que se trata es de enfrentarse a algo o a alguien, evitar y/o aplazar.

Miedo, ansiedad y fobias

Entre los tres, miedo, ansiedad y fobias, hay una estrecha cercanía que se recorre como un camino de ida y vuelta.

Los ataques de ansiedad o pánico suelen evolucionar al mundo fóbico. Muchas de estas crisis pasan sin ser diagnosticadas, y el médico o psiquiatra, en ocasiones, les da una significación inadecuada. El pueblo suele atribuirlas a un “corte de digestión”, “caída brusca de la tensión arterial” o “un disgusto fuerte que ha desencadenado esta reacción”.

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De otra parte, es una constante no hallar en los análisis y pruebas de exploración ningún dato relevante que haga sospechar que existe una enfermedad física determinada. Tras las crisis se recobra la calma, aunque queda un cierto estado que se puede definir como temor de expectación ante la posible repetición. El análisis personal de sitios, personas, situaciones, tensiones profesionales y/o familiares, hasta el tipo de comidas o hábitos de vida, trata de conducirle hasta la clave de lo que a él le ha ocurrido. Por esa vía resbaladiza acaba en la fobia.

No siempre es posible señalar una dinámica tan clara entre la ansiedad y la fobia. En otros casos hay que bucear en la biografía e intentar esclarecer los hechos o situaciones que puedan hacernos comprender su porqué.

Este mecanismo se llama desplazamiento: consigue sustituir el temor difuso de la ansiedad por un temor concreto que se condensa en objetos del mundo real. Desplaza la ansiedad arrojándola fuera y sustituyéndola por miedos más intensos, pero bien delimitados. Mecanismo de carácter defensivo que da paso a la fobia.

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Tras una primera definición de lo que son las fobias, vamos a dar otra y a explicarla para que se pueda entender claramente: miedo irracional, persistente, sobrecogedor, de una intensidad desbordante, que se acompaña del deseo impulsivo de evitar ese objeto, o situación o persona que se lo provoca. El individuo reconoce lo que le pasa, se da cuenta claramente de su trastorno, capta que tiene un miedo excesivo e irrazonable que puede con él, ante un tipo específico de estímulo.

Lo que hay en el fondo de la fobia es ansiedad. Por ello, la persona se protege y procura evitar ponerse en contacto con aquello que se lo provoca. La vivencia es muy incómoda, displacentera, aquella que no queremos experimentar o sentir, se percibe el desamparo y el terror de que llegue a producirse. Una persona que ha tenido una crisis de pánico volando en avión, puede pasar, en un periodo de tiempo muy corto, a un miedo superintenso a volar, que más tarde se convierte en fobia a volar.

Una persona que ha tenido un ataque de ansiedad en el tren, un autobús o un espacio cerrado o abierto, en un cierto tiempo se convierte en fobia a coger el tren, el autobús o en claustrofobia o agorafobia… y el lugar en sí se convierte en fóbico.

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Sería imposible hacer una clasificación de todas las posibles fobias. Es una tarea tan difícil como compleja. Lo que sí queda muy patente es que son miedos atroces ligados a situaciones específicas, como resultado de un proceso de aprendizaje. Un estudiante desarrolla fobia a los exámenes tras haber sufrido uno en el que lo pasó muy mal y en el curso del cual padeció una crisis de ansiedad, con todo el cortejo sintomático correspondiente. Un niño puede padecer una fobia escolar porque su madre, sin darse cuenta, le dice que tenga cuidado con esto o con aquello, y se lo provoca inconscientemente.

A veces las conexiones asociativas son bastante directas, como en los casos antes comentados. Pero otras veces las conexiones asociativas son más oscuras.

Hay que tener cuidado en los casos de ansiedad con dejarlos ir sin supervisión, puesto que pueden conducir a las fobias, y esto repercute en nuestro día a día. Todo tiene tratamiento y los cambios en positivo no tardan en llegar.

La ansiedad es una vivencia de inquietud y desasosiego en la que se anticipa lo peor. La fobia es un temor desproporcionado, terrible, superior a uno mismo, que se produce ante hechos, personas o situaciones. Hay un elemento común, el temor. Por eso podemos establecer una gradación de sentimientos temerosos que partiendo del miedo conduce a la ansiedad y culmina en la fobia. Quiero recordar lo básico: el miedo es un temor ante algo concreto, específico, claro, evidente, que se ve, que es perceptible desde la posición donde uno se encuentra. Uno puede tener miedo a un león en plena selva y defenderse de un posible ataque llevando consigo un arma de fuego. Se puede tener miedo a un examen, en el curso de los estudios, y caben varias posturas: estudiar con más orden y ahínco, aprovechar mejor el tiempo, hacerse un plan más serio de trabajo, no presentarse o copiar durante la prueba. Del miedo se defiende uno con medidas racionales.

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