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¿Sirven los balnearios realmente para mejorar tu salud? Esto dice la ciencia
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¿menor tensión arterial?

¿Sirven los balnearios realmente para mejorar tu salud? Esto dice la ciencia

Desde hace siglos, asistimos a estos establecimientos que prometen ser la panacea para múltiples afecciones. La suerte que tenemos es que la ciencia los ha estudiado con detalle

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Adiós sanguijuelas. Los métodos médicos del pasado han quedado enterrados (más o menos) gracias al avance de la investigación científica. Las sangrías, trepanaciones y ungüentos eran, para muchos, los únicos tratamientos médicos que se podían permitir, a menudo realizados por profesionales de dudosa formación. Aunque es cierto que algunas afecciones pueden tratarse, con mayor o menor éxito, con el uso de estas prácticas, hoy en día se consideran obsoletas por un sinfín de razones.

Según la ciencia médica fue evolucionando, apareció el concepto de sanatorio, un lugar al que uno iba para reponerse de diversos problemas de salud. De entre todos, los que más éxito consiguieron fueron los balnearios, que son, además, los que mayor reputación han mantenido a lo largo de los años. Cambios de temperatura, aguas termales (a las que se atribuyen en ocasiones poderes casi mágicos), masajes, chorros por doquier, saunas y baños turcos... Son muchas las atracciones de estos establecimientos que han ido dejando de lado la palabra balneario para convertirse casi todos en spas.

"Las mujeres que asistieron junto a sus maridos tenían los niveles de cortisol significativamente más elevados que el resto del grupo de estudio"

Pero, en el imaginario colectivo, esas aguas calientes y potentes chorros siguen teniendo beneficios para nuestra salud, como lo hacían hace 100 años. No tenemos claro el porqué, pero así lo creemos. Por suerte para nosotros, un buen número de científicos se han dedicado a estudiar cuánta verdad hay en las bondades para la salud de los tratamientos termales. Los resultados, por suerte para los amantes de estos establecimientos, son positivos en su mayor parte.

Para empezar, lo bueno. Según explican en un estudio investigadores de la Universidad Médica de Viena, en Austria, gran parte de los tratamientos ofrecidos en diversos balnearios, entre los que destacan los baños de barro, masajes, terapias físicas y baños, "son capaces de reducir el dolor reumático, así como el producido por algunas enfermedades cardiovasculares o trastornos ginecológicos".

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Estas enfermedades tienen una importante correlación con la hipertensión arterial. Este problema vascular, además de ser un factor de riesgo para algunas enfermedades de gran importancia, como pueden ser los infartos o los accidentes cardiovasculares, se ve ampliamente afectado por las temperaturas a las que está sometido el organismo de forma inversamente proporcional. Por decirlo de otro modo: a más calor, menos tensión arterial. Como explica el doctor de la Clínica Mayo Francisco López Jiménez, "la presión sanguínea, por regla general, es más alta en el invierno que en el verano, dado que el frío provoca que los vasos sanguíneos se contraigan, reduciendo su diámetro. Esto hace que una mayor presión sea necesaria para forzar a la sangre a atravesar esos estrechos canales".

Esto tiene un resultado directo en los balnearios, donde las aguas termales provocan el efecto opuesto, aumentando el diámetro de los vasos sanguíneos y facilitando el paso de la sangre que por ellos circula.

A pesar de existir una correlación directa entre los efectos que provocan en nosotros los balnearios y algunos beneficios para nuestra salud, una de las máximas estadísticas es que "la correlación no implica causalidad". Por esto mismo, dos investigadores de la George Mason University en EEUU, Jonathan Klick y Thomas Stratman, decidieron en 2008 prestar mucha atención a los mejores datos disponibles (que no son tan extensos como puede parecer): los de una serie de balnearios alemanes.

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Estudiando hasta el más mínimo detalle, los resultados pudieron llegar a determinadas conclusiones sobre los efectos reales de los balnearios sobre la salud de aquellos que van a visitarlos. Para comenzar, los investigadores establecen un marco, afirmando que, en Europa, la efectividad de los balnearios para tratar ciertas enfermedades no se pone en duda, y por esto (al menos en Alemania) tanto el sistema de salud público como los seguros privados contemplan y cubren los tratamientos en spa, no solo por su efectividad, sino también porque suponen un menor desembolso económico.

Pero, desde un punto de vista completamente estadístico, "hemos demostrado que hay beneficios significativos de los balnearios, dado que aquellos que los visitan para tratar sus problemas de salud tienen, a posteriori, un menor absentismo laboral por enfermedad y menos hospitalizaciones que la media de la población". En concreto, los investigadores, utilizando diversos modelos estadísticos, llegaron a la conclusión de que la asistencia a los balnearios reducía la cantidad de días de trabajo perdidos al año entre los 2 y los 5.

Con quién vas es igual de importante

Preocuparnos de nuestra salud y de la de nuestros familiares es algo completamente natural, pero, como se ha estudiado en algunos trabajos científicos, quién es nuestro acompañante es casi igual de importante. Como se explica en este trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Osaka, en Japón, existe una gran diferencia en los niveles de cortisol en saliva (y, por tanto, en sangre) que presentan las mujeres acompañadas tras un día en el spa dependiendo de si han asistido solas, acompañadas de una amiga (o su pareja femenina) o si, por el contrario, han asistido junto a sus maridos.

Como señala el doctor Masahiro Toda, autor principal del estudio, "tras ocho días, las mujeres que asistieron junto a sus maridos tenían los niveles de cortisol significativamente más elevados que el resto del grupo de estudio". Por el contrario, asegura el científico, no se observó ningún tipo de variación en los niveles de cortisol en las mujeres que asistieron con acompañantes del mismo sexo ni entre los maridos.

placeholder Él se relaja y ella se tensa. (iStock)
Él se relaja y ella se tensa. (iStock)

Estos resultados son controvertidos. Esto se debe no solo a las repercusiones psicológicas y sociológicas que hacen referencia a los roles de género en Japón (considerablemente diferentes a los nuestros), sino también al rol del cortisol en nuestro organismo. Esta es una hormona absolutamente fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Por una parte, se encarga de contrarrestar el efecto de la insulina (es capaz de aumentar el nivel de glucosa en sangre), así como de mediar en diversos procesos metabólicos. Por otra, son los niveles altos de estrés los que desatan la liberación de esta molécula y su exceso es el desencadenante de importantes enfermedades como el síndrome de Cushing.

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A pesar de esto, a falta de más datos, es imposible determinar si estos cambios hormonales solo tienen lugar en los spas o también en otros ámbitos de la vida diaria de las parejas japonesas.

Lo más importante es que en ninguno de los estudios a los que Alimente ha tenido acceso se han descrito efectos negativos de los spas (siempre y cuando estos estén bien gestionados, evitando la proliferación de patógenos en las aguas termales o en las superficies, como es el caso del pie de atleta). Asistir a un balneario es un placer, estemos sanos o no, pero si nos encontramos en el segundo grupo, obtendremos mucho más beneficio que el simple gustito.

Adiós sanguijuelas. Los métodos médicos del pasado han quedado enterrados (más o menos) gracias al avance de la investigación científica. Las sangrías, trepanaciones y ungüentos eran, para muchos, los únicos tratamientos médicos que se podían permitir, a menudo realizados por profesionales de dudosa formación. Aunque es cierto que algunas afecciones pueden tratarse, con mayor o menor éxito, con el uso de estas prácticas, hoy en día se consideran obsoletas por un sinfín de razones.

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