Si tienes estos cinco síntomas físicos, tal vez solo sea ansiedad

Todos tarde o temprano experimentamos algún tipo de ansiedad, y eso tiene un reflejo en nuestro organismo. Este trastorno no deja de ser uno de los más acuciantes en el mundo desarrollado, impulsado por el ritmo de vida o las altas expectativas que ponemos en nosotros mismos, entre otros factores. Normalmente suele manifestarse con pensamientos intrusivos negativos que acaban afectando a la vida cotidiana de quien la sufre.

¿Por qué algo tan mental como la ansiedad acaba produciendo efectos físicos y dolencias en el cuerpo? Los psicólogos explican que esto se debe a una producción excesiva de ciertas hormonas del estrés, como el cortisol o la adrenalina, las cuales desencadenan una respuesta de lucha o huida que a su vez genera aumentos del ritmo cardiaco, una sudoración excesiva o una hiperventilación.

Lo mejor, para salir de dudas, es reparar en si últimamente has estado muy estresado o acudir a un profesional de la salud

Pero si sufrimos de ansiedad a largo plazo o de una manera continuada, esta puede llegar a manifestarse con síntomas similares a los de otro tipo de enfermedades físicas, de ahí la dificultad de dar con un diagnóstico claro, o que cuando vayamos al médico por episodios recurrentes de dichos síntomas y los análisis salgan bien, el profesional de la salud tal vez nos diga que se debe a la ansiedad. La revista Live Science ha enumerado algunas de estas señales que pueden cronificarse y cuya solución más recomendada es pasar por la consulta de un psicólogo para que te oriente sobre cómo proceder.

Dolores de cabeza

Las migrañas y los dolores de cabeza frecuentes son comunes cuando se sufre de ansiedad, los cuales se pueden desencadenar por la liberación de hormonas del estrés que contraen algunos de los vasos sanguíneos del cerebro. Sai Achuthan, psiquiatra del Reino Unido, reconoce que es muy difícil para un profesional de la salud determinar qué viene primero, si el dolor de cabeza o la ansiedad, para así identificar la causa y consecuencia. Ambas dolencias están relacionadas, "pudiendo ser uno una un síntoma de la otra". Lo mejor, para salir de dudas, es reparar en si últimamente has estado muy estresado o te has tenido que enfrentar a una actividad que te ha reportado alta tensión.

Opresión en el pecho

Se trata de uno de los síntomas más comunes de la ansiedad, relacionados con los problemas cardiovasculares. Al igual que sucedía con los dolores de cabeza, los vasos sanguíneos se contraen, lo que provoca hipertensión arterial y un aumento de la frecuencia cardiaca. También se ha demostrado que la ansiedad está relacionada con un mal funcionamiento del nervio vago, la autopista del cuerpo que conecta el cerebro con los órganos internos. Asimismo, también tiene que ver con una menor variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC), lo que provoca cambios en el tiempo que hay entre cada latido del corazón.

Malas digestiones

Seguramente, cuando has estado sometido a épocas de gran estrés, como un examen, por ejemplo, has notado que ha cambiado tu frecuencia con la que vas al baño o dolores digestivos. El vínculo entre la ansiedad y el aparato digestivo puede deberse a una combinación de factores genéticos y experiencias vitales tempranas, según un estudio de la revista Frontiers in Systems Neuroscience. Al parecer, los primeros años de vida en la infancia son vitales para el desarrollo de los circuitos implicados en la regulación del estrés y del dolor, de ahí que también desde épocas inmemoriales se haya asociado la tristeza a dolencias clínicas del bazo o del hígado.

Sistema inmune débil

Si has cogido últimamente varios resfriados seguidos, puede que esto se deba a que tienes bajas las defensas, lo que a su vez puede ser causa directa de épocas en las que has sufrido varios episodios de estrés. "La liberación de cortisol continuada puede conducir a una alta probabilidad de infecciones seguidas", asegura Achuthan. Para corregir esto, lo mejor es llevar una dieta rica en vitaminas y minerales, es decir, ingiriendo un buen número de frutas y verduras al día, a la par que evitar la ingesta de grasas animales o demasiados carbohidratos.

Falta de aire

Se trata de uno de los síntomas más comunes de la ansiedad en el organismo. "Sentimos estrés cuando anticipamos que algo muy malo va a suceder, por lo que el cuerpo reacciona para ayudarnos a lidiar con esa situación estresante o intensa", asegura Angel Enrique, psicólogo clínico, al diario científico antes mencionado. "El organismo responderá aumentando nuestra respiración para que nuestos pulmones muevan más oxígeno en caso de que necesitemos escapar". Y esto, a su vez, produce más ansiedad, debido a que sentir que nos falta el aire puede llevar a una excesiva preocupación por lo que nos pasará a continuación. Para prevenir estos síntomas, conviene realizar ejercicios de respiración profunda o, en su defecto, meditar de manera frecuente.