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Alzhéimer precoz: la alarma que salta cuando los síntomas aparecen antes de los 65 años
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ANTES DE TIEMPO

Alzhéimer precoz: la alarma que salta cuando los síntomas aparecen antes de los 65 años

Problemas de memoria aparentemente sin importancia o algunos descuidos reiterados podrían esconder la sintomatología de una enfermedad poco común a mitad de la vida

Foto: Cuando el alzhéimer aparece antes de los 65 años, se llama precoz. (iStock)
Cuando el alzhéimer aparece antes de los 65 años, se llama precoz. (iStock)

Un informe publicado recientemente en la revista Journal of Alzheimer's Disease describe el probable primer caso clínico de enfermedad de alzhéimer en un paciente de 19 años en China que tuvo que dejar los estudios tras ir perdiendo la memoria paulatinamente.

Es cierto que es un diagnóstico absolutamente excepcional y que se sale de la franja de edad donde se concentra la inmensa mayoría de las personas que sufren esta patología. Sin embargo, existe. Y, como suele ocurrir con las enfermedades que inciden sobre colectivos minoritarios, el alzhéimer precoz se encuentra relegado a un segundo plano, ignorado por la investigación, la Administración y también por gran parte de la sociedad.

Las cifras hablan por sí solas

El Plan Integral de Alzhéimer y otras Demencias (2019-2023) recoge que la prevalencia de esta enfermedad ronda el 0,05% entre las personas de 40 a 65 años; 1,07%, entre los 65-69 años; 3,4%, en los 70-74 años; 6,9%, en los 75-79 años; 12,1%, en los 80-84; 20,1%, en los 85-89; y 39,2%, entre los mayores de 90 años.

Se prevé que en 2050 el número de enfermos de alzhéimer se duplique y ronde los dos millones

Por otro lado, la Guía de Práctica Clínica sobre la Atención Integral a las Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias habla de que los estudios de prevalencia en España han mostrado cifras que oscilan entre el 5 y el 14,9% para mayores de 65 años y entre el 6,6 y el 17,2% para mayores de 70 años. Además, se calcula que el número de personas afectadas en España supera las 700.000 entre los mayores de 40 años y que en 2050 el número de enfermos se habrá duplicado y se acercará a los dos millones.

La frontera de los 65 años

Los primeros indicios de la presencia de la enfermedad se manifiestan con el olvido de eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad avanza, una persona con alzhéimer presentará un grave deterioro de la memoria y perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas, según describe la Clínica Mayo. Cuando esas señales se detectan en una persona con menos de 65 años, le ponemos apellido a la enfermedad, y lo denominamos alzhéimer precoz o prematuro. Ahora bien, esa barrera entre un tipo y otro "es pura convención", señala Guillermo García Arribas, neurólogo y miembro del panel médico de la Confederación Española de Alzhéimer (CEAFA), quien considera que "no hay ninguna prueba que rebata la existencia de un caso prematuro a los 67 años, por ejemplo".

Cómo se explica

La causa de la mayoría de los casos detectados en edades tempranas (el más joven conocido hasta ahora es de una persona con 20 años) se atribuye "a la genética, mientras que si nos centramos en los desencadenantes ambientales, el tramo de edad se desplaza en torno a los 55 años", asegura el neurólogo. La cuestión es que una persona con esa edad y con síntomas de alzhéimer "seguramente arrastra un proceso neurodegenerativo desde hace dos décadas. Lo cual es muy incongruente, ya que el desarrollo del cerebro finaliza sobre los 30 años. Esto nos hace pensar que estas personas empiezan a degenerar poco después", arguye el experto, quien además apunta que estamos hablando de un colectivo muy reducido que se estima en menos del 1% de la población.

placeholder Los diagnósticos de alzhéimer antes de los 65 años no llegan al 1% de la población. (iStock)
Los diagnósticos de alzhéimer antes de los 65 años no llegan al 1% de la población. (iStock)

De modo que estamos ante un inmenso reto en el que una de las incógnitas más urgentes sería averiguar el origen de una enfermedad que requiere el paso de muchos años para su desarrollo y que, sin embargo, aparece en personas que no han llegado a la edad de jubilación. Así, lo que se sabe hasta ahora es que "entre el 30 y el 40% de los casos de alzhéimer prematuro tienen su origen en una alteración hereditaria", quedando el resto todavía sin causante conocido.

Para más inri, "tampoco tienen los riesgos que habitualmente se asocian al alzhéimer. De hecho -añade-, muchas de estas personas gozan de una salud general estupenda. Sabemos que hay más riesgos de sufrir alzhéimer si se lleva una vida sedentaria, tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, hipoacusia... Pero ninguno de ellos tiene tanto impacto en el desarrollo de alzhéimer precoz".

Foto: Foto: Wikipedia.

Precisamente el hecho de que la mayoría de los casos de enfermos jóvenes estén determinados por la herencia genética hace que la prevención sea algo muy difícil de llevar a cabo. De hecho, García Arribas recalca la importancia de adoptar hábitos saludables para evitar el alzhéimer, sin distinguir entre si es temprano o no. Así, "los más importantes son la actividad física regular, el control de los factores de riesgo cardiovascular, las relaciones sociales y el mantenimiento de lectoescritura", apunta el experto, quien advierte que "aunque cumplir con estas recomendaciones no garantiza la inmunidad frente a la enfermedad, sí ayudaría a retrasar su aparición".

¿Cuándo olvidarse las llaves es un síntoma?

La sintomatología es muy similar en ambos tipos de alzhéimer, "la diferencia está en que la persona joven tiene más recursos para disimularlo, tiene más facilidad para manejarse en el entorno, suele tener menos dificultades con su memoria reciente y más problemas con su visión, orientación y para el lenguaje. Se constatan más dificultades con el cálculo, la lectura y la escritura", resume García Arribas.

Las personas con alzhéimer precoz suelen quitarle importancia a los primeros síntomas

También en estas edades "hemos detectado una actitud común. Y es que las personas minimizan los síntomas. De hecho, suele ser su entorno más cercano el que hace que finalmente acudan a la consulta", detalla.

Un problema añadido: estar en minoría

Las personas con alzhéimer precoz "tendrán a lo largo de su enfermedad, que se estima en diez años, una pérdida de sus derechos laborales, son apartadas de sus círculos habituales y muchas de ellas no son comprendidas por la mayoría de la sociedad. Además, quedan inoperantes y no pueden conducir", afirma el experto.

placeholder Mantener la menta activa jugando al ajedrez, por ejemplo, previene el deterioro cognitivo. (iStock)
Mantener la menta activa jugando al ajedrez, por ejemplo, previene el deterioro cognitivo. (iStock)

Por otro lado, el cuidador, que muchas veces es la pareja, todavía está en edad laboral, lo que dificulta enormemente que esté a su lado a lo largo del día, cosa que no ocurre cuando la pareja está jubilada. "De hecho -subraya el experto-, a menudo nos encontramos que es muy complicado realizar ensayos clínicos con estos casos porque hay que hacerlos con el cuidador y, normalmente, este no puede dejar de trabajar tantos días".

Un informe publicado recientemente en la revista Journal of Alzheimer's Disease describe el probable primer caso clínico de enfermedad de alzhéimer en un paciente de 19 años en China que tuvo que dejar los estudios tras ir perdiendo la memoria paulatinamente.

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