¿Te gusta nadar en mar abierto? Cuidado, es más peligroso de lo que parece

La natación nos hace trabajar los músculos de la parte superior e inferior del cuerpo y tiene un efecto beneficioso sobre la salud del corazón. También es uno de los ejercicios más relajantes, por lo que nadar no solo es bueno para la salud física, sino también para la salud mental.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista BMJ Case Reports y llevado a cabo por cardiólogos de Royal United Hospitals Bath y la Universidad de Bath, Reino Unido, advierte que hay evidencia que vincula este deporte con una afección pulmonar llamada edema pulmonar inducido por la natación (SIPE).

Un peligro poco conocido

La natación salvaje se refiere a nadar al aire libre y no siempre en lugares designados específicamente para nadar. Esto se puede hacer en diferentes cuerpos de agua, como el mar, ríos, lagos, estanques, cascadas o piscinas al aire libre. Como curiosidad histórica, el propio emperador romano Julio César era un apasionado de la natación salvaje y con el paso del tiempo, durante la Edad Media, también se convirtió en un deporte muy popular como entrenamiento militar de los soldados.

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Sarah Romero

Documentado por primera vez en 1989, SIPE deja a los nadadores luchando por respirar y agota su sangre de oxígeno vital. Afecta aproximadamente al 1-2% de los nadadores de aguas abiertas, pero es probable que los casos no se notifiquen, dicen los autores.

Lo cierto es que no se entiende la causa exacta de esta dolencia, pero sí que sabemos que tiene lugar cuando se acumula líquido en los pulmones sin que la persona esté ingiriendo agua. Podrá ser que implique aumentos en la presión arterial en los pulmones secundarios a la centralización del volumen sanguíneo en un ambiente frío, combinado con una constricción exagerada de estos vasos sanguíneos en respuesta a este frío y al aumento del flujo sanguíneo durante el esfuerzo físico. El nadador o la nadadora generalmente experimenta dificultad grave para respirar, niveles bajos de oxígeno y tos húmeda.

Lo más complejo de esto es que, una vez que una persona sufre un episodio de SIPE, sus posibilidades de desarrollar la afección nuevamente aumentan sustancialmente.

"La recurrencia es común y se ha informado entre el 13 y el 22 por ciento entre buceadores y nadadores. Los episodios varían en gravedad y con frecuencia no requieren hospitalización; sin embargo, se debe informar adecuadamente a los pacientes sobre el alto riesgo de recurrencia y después de un episodio inicial se debe suponer que tienen una predisposición", escriben los investigadores.

Los factores de riesgo

La edad, nadar durante mucho tiempo seguido, el agua fría, ser mujer, la presión arterial alta o las enfermedades cardiacas son todos ellos factores de riesgo. Los médicos enfatizan que SIPE sobreviene a personas sanas, lo que dificulta que los nadadores respiren y los priva de oxígeno.

"Si experimentas los síntomas por primera vez, los autores recomiendan dejar de nadar y salir del agua de inmediato, luego sentarse erguido y llamar a asistencia médica si es necesario"

Consejos

• Recuerda que si ves a alguien que está teniendo problemas en el agua, no entres al agua inmediatamente para rescatarlo porque podrías acabar en la misma situación tú mismo.
• Lo que tienes que hacer es llamar inmediatamente a emergencias y ser lo más preciso posible con la ubicación.
• Coméntale a la persona que está en el agua que intente ponerse boca arriba y que flote con el cuerpo distribuido en forma de estrella.
• Lánzale algo que pueda ayudarle a flotar, como una rama de árbol, una pelota inflable o incluso una botella grande de agua.