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Las bondades del ácido hialurónico, también para tu salud oral
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Las bondades del ácido hialurónico, también para tu salud oral

Esta molécula que producimos de forma natural proporciona soporte, volumen, hidratación y elasticidad. Con el paso de los años, su producción disminuye, ocasionando las temidas arrugas y sequedad en la piel

Foto: Foto: iStock.
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El término ácido hialurónico se encuentra entre los más buscados en el área de la belleza en Google; es el ingrediente clave en la mayoría de las firmas dermocosméticas y la sustancia fundamental de relleno en tratamientos médico-estéticos. Algunos lo llaman “el ingrediente mágico”, siendo sin duda “el ingrediente más famoso”.

¿Qué es, para qué sirve y dónde se encuentra?

Se trata de una molécula (un biopolímero) que producimos de forma natural y que podemos encontrar en la piel, cartílagos, articulaciones y otros órganos como válvulas cardiacas, pulmón, aorta, tejido esquelético, próstata, cordón umbilical, líquido sinovial, fluido vítreo del ojo…, proporcionando soporte, volumen, hidratación y elasticidad. Con el paso de los años, su producción disminuye, ocasionando las temidas arrugas y sequedad en la piel.

Es químicamente idéntico en todas las especies y todos los tipos de tejidos.

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Está presente en varios alimentos como el caldo de hueso, la batata, hojas verdes, frijoles, soja, frutas cítricas (limón, naranja, kiwi) y frutas rojas, pescado (caballa, dorada y anguila), y también en los tejidos cartilaginosos de ternera, cerdo y aves de corral, los ojos, vísceras (hígado y corazón) y articulaciones de los animales.

Propiedades

Entre sus propiedades fundamentales destaca que es un material biocompatible, biodegradable, viscoelástico, antibacteriano, con gran capacidad de retener agua, atrayéndola como una esponja, para mantener la piel hidratada, elástica, tersa y con volumen. Es capaz de retener hasta 1.000 veces su propio peso en agua.

Aplicaciones médicas y cosméticas

Así, se ha convertido en el aliado de primera mano de múltiples aplicaciones médicas y cosméticas conocidas, entre las que destacan:

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Médicas:

  • Dermatología y medicina estética: Rellenos dérmicos (ojeras, pómulos, surcos, arrugas en zonas periorbitales y zonas peribucales, mentón, rinomodelación, labios…).
  • Cirugía: Prevención para la formación de cicatrices en heridas quirúrgicas y curación de heridas.
  • Traumatología: actuando como lubricante en las articulaciones en caso de osteoartritis de rodilla y artritis reumatoide, mejora sensiblemente los síntomas, en especial el dolor.
  • Oftalmología: Cataratas, reemplazo del humor vítreo natural, prevención de adhesión de bacterias en lentes de contacto e imitación de lágrimas naturales en tratamientos de ojo seco.

Cosméticas:

  • Sérums o sueros.
  • Cremas.
  • Ampollas.
  • Comprimidos y cápsulas.
  • Lociones faciales y corporales.
  • Tónicos.
  • Aplicaciones en la salud oral.

De sobra son conocidas sus múltiples aplicaciones, médicas y cosméticas, pero otras no lo son tanto, como las que hoy nos ocupan y son las que afectan a la salud oral.

Médicas:

Destacamos las siguientes aplicaciones médicas:

  • Tratamiento de llagas, úlceras y aftas bucales.
  • Regeneración tisular periodontal.
  • Regeneración de encías y de la mucosa dental.
  • Tratamiento de la articulación temporomandibular o ATM.

El ácido hialurónico es altamente eficaz como complemento a algunos tratamientos orales. Sus efectos hidratantes y regeneradores en tejidos permiten recuperar zonas deterioradas de las encías, favorecen la cicatrización en áreas intervenidas quirúrgicamente o tras una extracción dental, y por sus efectos antiinflamatorios y antibacterianos ayudan a disminuir la inflamación y los daños causados por úlceras bucales y el riesgo de sufrir una infección tras una cirugía. Por último, sus efectos lubricantes permiten hacerlo en la articulación temporomandibular reduciendo el desgaste que sufre ante movimientos anómalos, aliviando los síntomas en cara, mandíbula y cuello.

La aplicación del ácido hialurónico se realiza en diferentes formas: mediante espráis, colutorios, geles o inyectado, según la zona a tratar.

Estéticas:

Y si nos atenemos a las aplicaciones estéticas en tratamientos odontológicos, sin duda se llevan la palma:

  • El tratamiento en arrugas de la zona peribucal (arrugas verticales alrededor de los labios, también llamado código de barras), suavizando las arrugas y mejorando el aspecto y el perfil labial aplicando el ácido hialurónico inyectado en las mismas arrugas en dos o tres sesiones.
  • El propio relleno de labios proporcionando el perfilado y volumen deseados, idealmente aplicando el ácido hialurónico mediante inyecciones en el labio en dos o tres sesiones para ver la evolución.
Foto: Foto: Unsplash/Alexander Krivitskiy. Opinión
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Dentro de las aplicaciones estéticas, hay dos aplicaciones no tan populares, que solucionan problemas que cada día adquieren mayor protagonismo en el compromiso estético de los pacientes adultos, pues normalmente acarrean complejos y falta de autoestima como son:

  • Sonrisa gingival (se aprecia mayor cantidad de encía al sonreír), un problema bastante común que hasta ahora se solucionaba con cirugía. En estos casos, el ácido hialurónico es capaz de embellecer drásticamente el aspecto de la sonrisa. Para ello, se aplica una inyección del mismo a la altura de la espina nasal anterior (el pliegue donde se juntan el ala de la nariz con el maxilar superior) para que el paciente levante menos el labio superior al sonreír y, por tanto, muestre menos encía.
  • Triángulos negros entre los dientes (también llamados troneras) debido al cambio de dimensiones de las papilas o la pérdida de ellas. Se trata de pequeños triángulos entre los dientes que deberían estar cubiertos por la encía pero asoman normalmente por la acumulación de placa bacteriana en la encía y su consecuente recesión. En estos casos, además del problema estético que supone, se solucionan también problemas funcionales, pues la falta de papilas puede afectar a la pronunciación y se evita que se conviertan en un nido de acumulación de restos de alimentos y de bacterias. El ácido hialurónico viene a rellenar esos pequeños huecos, aumentando el volumen de las papilas interdentales como un tratamiento no invasivo, alternativa a la cirugía periodontal, evitando posibles complicaciones. Es más económico y más cómodo para el paciente, ofreciendo una excelente estética en la sonrisa, con resultados prometedores de reconstrucción completa de la papila interdental o mejoras de hasta el 80% (aumento de volumen y de la dimensión vertical y horizontal de las papilas), especialmente durante los seis meses posteriores a la inyección. La técnica consiste en la inyección de gel de ácido hialurónico directamente en las papilas, repartido en 2 o 3 sesiones.

Como todas las aplicaciones de ácido hialurónico, su duración aproximada es de 6 a 12 meses.

Claramente, el uso del ácido hialurónico en tratamientos orales permite que los pacientes consigan un mayor grado de satisfacción en los tratamientos.

El término ácido hialurónico se encuentra entre los más buscados en el área de la belleza en Google; es el ingrediente clave en la mayoría de las firmas dermocosméticas y la sustancia fundamental de relleno en tratamientos médico-estéticos. Algunos lo llaman “el ingrediente mágico”, siendo sin duda “el ingrediente más famoso”.

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