¿Por qué la quimio no es igual de eficaz en cada cáncer? El estudio que analiza un tumor infantil
Una nueva investigación ha demostrado que la respuesta de las células tumorales del neuroblastoma a esta terapia está impulsada por la aleatoriedad
La incidencia del neuroblastoma –un cáncer que se desarrolla en el sistema nervioso simpático de "lucha o huida" del organismo– es un caso por cada 70.000 recién nacidos, lo que en España supone unos 100 diagnósticos anuales. El comportamiento de la enfermedad es muy diverso: puede ser benigno y no requerir ningún tratamiento (un 50-60% de los casos), o agresivo, requiriendo tratamiento multimodal (45-55%).
Las células cancerosas de este tumor presentan una aleatoriedad innata en su capacidad de respuesta a la quimioterapia, lo que supone una herramienta más en su arsenal de resistencia al tratamiento, según muestra una nueva investigación dirigida por el Garvan Institute of Medical Research. El estudio, publicado en Science Advances, demuestra que las células tumorales del neuroblastoma pueden pasar de un estado a otro, respondiendo o no a la quimioterapia.
Entender por qué algunas células tumorales se vuelven resistentes a la quimioterapia es uno de los principales retos de la investigación oncológica, ya que la quimioterapia sigue siendo un tratamiento de primera línea para la mayoría de los cánceres.
"Demostramos que hay ruido en el proceso de muerte celular, que es lo que les ocurre a las células cancerosas con el tratamiento quimioterápico, y que este ruido inherente, o aleatoriedad, en el sistema de expresión génica es un aspecto importante de la quimiorresistencia", explica David Croucher, jefe del Laboratorio de Biología de Redes de Garvan.
Alrededor del 15% de las personas con neuroblastoma no responden al tratamiento quimioterápico.
Según la Dra. Sharissa Latham, coautora del estudio, "nuestros hallazgos sugieren que la genética no lo explica todo; otras capas de regulación y otros mecanismos de progresión tumoral también pueden sustentar la respuesta a los fármacos, por lo que debemos tenerlos en cuenta".
El equipo demostró que una vez que las células de neuroblastoma alcanzan un estado de resistencia a la quimioterapia, ya no pueden volver atrás, lo que sugiere que existe una pequeña ventana en la que el tratamiento podría actuar sobre una célula tumoral antes de que quede bloqueada.
"Combinar la quimioterapia con fármacos dirigidos contra este ruido en el interior de los tumores podría dar mejores resultados como tratamiento de primera línea tras el diagnóstico, antes de que los tumores se bloqueen en un estado de resistencia", afirma el profesor Croucher. Esto da la vuelta al protocolo habitual de los ensayos clínicos contra el cáncer, en los que un nuevo tratamiento se administra a pacientes que han agotado todas las demás opciones terapéuticas.
"Ruido" en el sistema tumoral
Los investigadores utilizaron modelos matemáticos para acotar las señales de "ruido" en las vías de muerte celular de los tumores de neuroblastoma. A continuación, lo aplicaron a muestras de células de pacientes, utilizando técnicas de imagen de última generación para observar células individuales, en masa, y aislar visualmente las células que no respondían al tratamiento.
Encontraron un marcador de resistencia: un conjunto de proteínas implicadas en el proceso de muerte celular, conocido como apoptosis.
"Queríamos averiguar qué subyace a esa aleatoriedad. Qué tienen esas células y qué se puede manipular para que respondan", explica la Dra. Latham.
El equipo identificó ciertas clases de fármacos aprobados que podrían combinarse con la quimioterapia para estabilizar la expresión de los genes implicados en la muerte celular, o modificando el umbral innato que puede inclinar a una célula tumoral hacia un estado resistente.
El siguiente paso es empezar a llevar el trabajo a ensayos clínicos.
La incidencia del neuroblastoma –un cáncer que se desarrolla en el sistema nervioso simpático de "lucha o huida" del organismo– es un caso por cada 70.000 recién nacidos, lo que en España supone unos 100 diagnósticos anuales. El comportamiento de la enfermedad es muy diverso: puede ser benigno y no requerir ningún tratamiento (un 50-60% de los casos), o agresivo, requiriendo tratamiento multimodal (45-55%).