Operarte los ojos para tenerlos de color azul: el auge de una tendencia muy peligrosa

La escritora y premio Nobel Toni Morrison escribió hace años 'Ojos azules', una dramática novela sobre una niña que, cuando sufre porque sus padres discuten o la molestan por la noche, imagina que tiene los ojos azules que todo el mundo admira y que le permitirán escapar de la vida a la que se encuentra sometida. Morrison quiso explorar con ello la idea que la sociedad tiene interiorizada sobre la belleza. Nada como unos preciosos ojos azules, signo de pureza, para que la vida te sonría y todo te vaya bien.

No estaba muy alejada de la realidad, que siempre supera la ficción. Según los datos, solo del 8 al 10% de la población tiene los ojos azules, un rasgo preciado que varios estudios achacan a un antepasado común. Concretamente, según una investigación de la Universidad de Copenhague, el rasgo de los ojos azules se obtuvo a partir de una mutación genética que afectó al gen OCA2, el cual hace que el iris tenga un color oscuro. Hasta hace muy poco, cada uno vivía con el color de ojos que le tocaba en función de su genética, pero en los últimos años se ha desarrollado un procedimiento quirúrgico conocido como queratopigmentación anular, que permite cambiar el color del iris. Y el azul es el protagonista porque, junto con el verde, suele ser el color elegido para estos cambios (poca gente decide pigmentar sus ojos de marrón).

Recientemente se ha hecho viral un vídeo en el que la influencer Daniela Requena explica que se ha sometido a una queratopigmentación para poder cambiar el color de sus ojos

En un primer momento, tenía como propósito ayudar a pacientes que, debido a alguna patología, tenían algún problema en los ojos: opacidad corneal, heterocromia, anisocoria, fotofobia u otros problemas en el iris. Sin embargo, en la actualidad se baraja la posibilidad de hacerlo exclusivamente por razones estéticas. Si echas un vistazo a internet, las webs que recomiendan hacerlo aseguran que se han realizado "multitud de ensayos" que han probado que ni el procedimiento ni la pigmentación generan complicaciones en los pacientes y, además, mantienen el nuevo color de ojos de manera irreversible.

Además, en la época de las redes sociales, las noticias corren como la pólvora, y recientemente se ha hecho viral un vídeo en el que la influencer Daniela Requena explica que se ha sometido a dicha operación para poder cambiar el color de sus ojos.

Por supuesto, el vídeo ha levantado ampollas, y mientras que algunos han alzado la voz para criticar la peligrosidad de la operación, otros han decidido apoyarla. "Es una intervención de 45 minutos con anestesia local, y de una sola vez", indica ella en el vídeo. Pero ¿qué riesgos conlleva algo así?

"Básicamente, se basa en hacer un bolsillo circular dentro del espesor de la córnea e introducir un pigmento de colores a gusto del consumidor, dejando la pupila libre"

El oftalmólogo José Antonio Gegúndez, vicesecretario tesorero de la Sociedad Española de Oftalmología, destaca el gran volumen de llamadas que ha recibido preguntando sobre este asunto. Tanto que han decidido hacer público un comunicado de prensa con aclaraciones al respecto. "La fotoqueratopigmentación, que es el nombre completo del procedimiento, pigmenta la córnea, no el iris", explica. "Sería lo mismo que ponerse una lente de contacto cosmética, que tiene un aro de color y el centro transparente para poder ver. Básicamente, se basa en hacer un bolsillo circular dentro del espesor de la córnea e introducir un pigmento de colores a gusto del consumidor, dejando la pupila libre".

La Sociedad Española de Oftalmología la desaconseja

Por supuesto, aclara que no hay ningún estudio que avale su seguridad: "Yo mismo soy especialista en córnea y he visto a algún paciente que se había sometido a esta técnica en otros países, al que se le había descompensado la córnea y había perdido su transparencia. Si la córnea se vuelve opaca, necesita un trasplante urgente, y además no puede estar desacompasada, sino que tendrían que operarse ambas. Por supuesto, la Sociedad Española de Oftalmología no recomienda esta práctica bajo ninguna circunstancia".

"He visto a algún paciente que por culpa de esta práctica se le había descompensado la córnea y había perdido su transparencia. Si la córnea se vuelve opaca, necesita un trasplante urgente"

"Además, si nos basamos solamente en un punto de vista puramente estético, tampoco queda bien, porque al final lo que cambia de color no es el iris, sino la forma, no hay profundidad en el color. Sería comparable a los ojos de un muñeco, que no tienen vida. Es como el efecto que dan unas lentes de contacto, pero esas al menos te las puedes quitar", explica.

Existe otro procedimiento basado en la despigmentación del iris que es "un poco oscurantista, puesto que no hay estudios al respecto", según cuenta el doctor Gegúndez. "En este caso es un láser YAG de doble frecuencia el que se aplica sobre el iris y lo despigmenta. Así, los ojos marrones viran a diferentes tonos de verde o azul, de más oscuro a más claro. En otras palabras: de ojos muy pigmentados a prácticamente no pigmentados. Esta solución también puede dar lugar a un glaucoma y producir ceguera, y además no tiene evidencias científicas porque es un procedimiento en experimentación, así que ni siquiera creo que se practique en España", añade.

"Existe otro procedimiento en pruebas que aplica un láser YAG de doble frecuencia sobre el iris y lo despigmenta"

¿Cómo puede ser, entonces, que un procedimiento tan peligroso se publicite en alguna clínica como la de Madrid? "Los límites de la medicina se basan en nuestros principios y el código deontológico", señala el doctor. "Se trata de una mala praxis, pero como tampoco se han hecho ensayos clínicos amplios o suficientes para demostrar nada es imposible hacer un discurso a favor. Y mucho menos sugerirlo. Allá el que lo haga. Pero nosotros, por supuesto, no recomendamos su uso".